Estafas y otros engaños

Si usted piensa que la mayoría de los fraudes se hacen a partir del “enredo” verbal con que los estafadores someten a viejitas confianzudas y desprevenidas, le sugerimos que lo piense dos veces.

Un gran número de factores, como
el crecimiento de los falsos inversionistas de la Bolsa, que se masificaron
durante los ´90, y otras formas más sofisticadas de negocios aparentemente legítimos
(incluyendo los portales de internet), sumado a una carencia de fondos para
implementar mecanismos antifraude, están cambiando la cara de las estafas y de
sus victimas.

¿Quiénes son el blanco? Una
encuesta realizada por la Asociación Americana de Personas Retiradas sobre 745
personas víctimas del telemarketing, arrojó un cuadro sorprendente. La mayoría
de ellos son cultos, educados, sociales, y tienen alrededor de 50 años. Muchos
de ellos han oído cientos de historias de estafas, pero se negaban a creer que
ellos podrían ser víctimas de ellas.

¿Quiénes son los
perpetradores?
Hoy en día han abandonado sus sucios y desordenados cuartos, para establecer en
otros con las últimas tecnologías y adelantos.

Suelen usar las listas telefónicas
de los bancos, con las que se ponen en contacto a través de delicadas telemarketers, páginas de Internet con muy buen diseño, referencias falsas, y
cartas con aspecto muy sobrio que le dan sentido de legitimidad.

¿Que hacen los estafadores? Los
investigadores dicen que muchos falsos inversores de la Bolsa, convencen fácilmente
a las personas para que inviertan sus ahorros en inexistentes compañías,
aparentemente muy sólidas, para cobrar rentabilidades exorbitantes cuando
aumenten sus acciones.

Los oficiales también reportaron viejos trucos como el
esquemas de la pirámide, caridades falsas, y montos totales erróneos. Los más
sofisticados defraudan a una persona, y luego les envían una circular
membreteada, ofreciendo recuperar el dinero a las víctimas del fraude telefónico
por un honorario que… volverá a desaparecer.

La compañía de internet falsa:
Unos jubilados de Estados Unidos, invirtieron U$S 15.000 en efectivo a un fondo
de inversión para crear un shopping en internet con un modelo similar al de los
canales de televisión de venta directa (Llame Ya, Tevecompras etc.).

La
sofisticada presentación telefónica, les prometía ganancias de un 600 por
ciento anual, apoyada por un brillante folleto explicativo y otras
certificaciones de valores y acciones. La comisión Federal de Investigaciones
encontró que la compañía no tenía ningún tipo de tecnología para crear un
Shopping virtual, y les informó a los Woods que sus acciones y certificados de
valor carecían de valor.

El mal camino:
Los estafadores llegan haciéndose pasar por representantes de la policía
dedicados a recolectar fondos para chalecos antibalas o para asistir a los
familiares de policías desaparecidos. Los investigadores advierten que la mayoría
de estos casos son fraudulentos. En muchas provincias y ciudades, la policía
tiene prohibido recibir donaciones.

El llamado fraudulento:
Muchos consumidores se tientan por la chance de ganar unas vacaciones
simplemente llamando a un teléfono para conocer los detalles.

El problema: Los
falsos telemarketers les piden que realicen llamados a Guyana y el Caribe. La
llamada cuesta $30, que era abonada por la cuenta telefónica sin que ellos lo
supieran. La única forma de participar en el premio era a través del correo.

Perdedores de internet:
Los hackers de internet les piden a los usuarios que le bajen una foto y luego
tienen acceso a las cuentas personales de las personas. Luego, reconectan el número
de acceso del usuario a sus líneas telefónicas del Caribe. Así, ganan dinero
cuando los desinformados usuarios se conectan a la red, pagando más tarde
cuentas telefónicas exorbitantes.

El diploma virtual:
Una "Universidad" puso un anunció en internet prometiendo a
estudiantes de grado financiar 27 días para una experiencias de vida. Solo les
pedían que envíen la información de lo que querían realizar y sus
certificados de estudios.

Luego, utilizaron la información para crear y poner a
la venta falsos diplomas con distintos niveles. El costo: $1.995 por un título
de grado y $2.495 por uno de postgrado.

La cuenta de Nigeria:
Un creativo estafador envió cientos de cartas firmadas por un falso “oficial
de gobierno” en Nigeria que anunciaba poseer millones de dólares robados de
una ayuda exterior.

El falso oficial decía que no podía depositarlos en un
banco de Nigería, por lo que pedía que le enviaran números de cuentas en los
Estados Unidos para hacer los depósitos, a cambio de otorgar entre un 10 y un
30 por ciento de comisión. Una vez que la víctima le pasaba su número de
cuenta, esta aparecía vacía.

La pirámide de joyas:
Mas de 8.000 empresarios de la Florida, Estados Unidos, muchos de ellos ya
retirados de la actividad, creyeron entrar a un negocio que ofrecía
impresionantes ganancias por financiar collares ensamblados en el país. Las
altas expectativas surgían cuando solo les pedían $ 3.000 de inversión, como
en cualquier tipo de transacción financiera.

Los investigadores comprobaron que
se trataba del viejo esquema de la pirámide, en la cual los participantes se
ilusionan y llaman a otros para sumarse a la operación. Los únicos que hacen
dinero en este esquema son los perpetradores y algunos de la cabeza de la pirámide.

Los funcionarios de leyes estiman
que los estafadores telefónicos están robando 40 mil millones de dólares al año.
Según el FBI, mas de 14.000 operaciones ilegales de telemarketing, se realizan
diariamente a través de los Estados Unidos y Canadá, todas ellas seleccionando
cuidadosamente a la víctima. Las autoridades agregan que se han incrementado
las denuncias de inversores defraudados a través del telemarketing.

Internet está comenzando a ser
parte de este juego, y funciona para ambos lados. Por un lado, se pueden usar
los e-mails para captar nuevas víctimas, o construir sitios web para otro tipo
de engaños telefónicos.

Por el otro las agencias de aplicación de la ley y
otras asociaciones de consumidores utilizan la red para alertar al público de
los últimos fraudes o para tomar denuncias en forma electrónica.

¿Que puede hacer para no
convertirse en una víctima? El informe de la AARP sobre fraudes concluye que el
conocimiento sobre las personas con las que se negocia es la llave: "La
principal diferencia entre las víctimas y los cautos es que estos últimos
colgarán el teléfono rápidamente o estarán alertas de cualquier tipo de
trampas.

Las víctimas, por su parte, son más renuentes a cortar el teléfono y
solo esperan una señal que les confirme que quien llama tiene buenas
intenciones".

La buena noticia es que la gente
que puede advertir el riesgo de involucrarse con los telemarketers
inescrupulosos, poniendo mucha atención a las señales de un posible engaño y
resistiendo las presiones por aceptar sus tratos.