Qué hacer cuando nuestro gato tiene un accidente doméstico

El gato es una mascota frágil, susceptible de sufrir accidentes aún cuando habite en una casa o departamento. En esta nota, algunos consejos y procederes a tener en cuenta…


Caídas y golpes en los gatos


Comencemos por las caídas y golpes, a las que son proclives, dada su temeridad y
naturaleza trepadora, al punto que existe un síndrome llamado “del gato volador”
aplicable a aquellos que sufren caídas de varios metros.


Es cierto, el gato
suele amortiguar el efecto de la caída con su famosa propiedad de “caer parado”,
pero no es menos verdadero que esto de poco puede servir si la caída es desde 10
metros o más, cuando el cuerpo puede desarrollar unos 90 km/h en caída libre.


Traumatismos de tórax, heridas faciales, luxaciones de miembros, fracturas en la
columna y abdomen son los daños más frecuentes.

Lo importante como siempre, es
tener la celeridad de llamar a un veterinario para que actúe en consecuencia,
pero en un primer momento, es importante notar que ante la posible fractura de
un miembro, se deberá inmovilizar la zona envolviéndolo con alguna toalla, trapo
o algodón.

Esto facilitará también el traslado, así como avisar al veterinario
que pronto arribará el
animal herido. Si lo vemos que permanece inmóvil después
del golpe, es posible que tenga daños en su columna, por lo que se deberá
colocarlo sobre una superficie dura, como una madera, estante, bandeja o la
jaula de viaje: esto permitirá trasladarlo sin ocasionarle un daño extra.


Cuando el traumatismo es abdominal sin herida cortante, deberá llevárselo para
que esté en observación permanente durante 3 o 4 días, pues una lesión interna
puede manifestarse hasta 24 o 36 horas después del accidente.


Si se trata de una herida punzante, deberá envolverse al animal en un toallón
limpio o sábana, para contener las vísceras. Deberá llevarse de inmediato a la
veterinaria.


Si está muy agresivo, se recomienda tomarlo de la parte de atrás del
cuello,
procediendo a envolverlo por completo con una manta y colocarlo en una caja o su
jaula, para trasladarlo.

Hemorragias en los gatos


Golpes, patadas, maltrato humano, mordidas de perros, atropellamientos por autos
o motos, son otros de los accidentes que pueden causar traumatismos a un gato, e
incluso hemorragias externas.


Una hemorragia es la pérdida de sangre generada por el corte de un vaso
sanguíneo importante. Se caracteriza por la pérdida constante de sangre y si
esta es grande, puede causar un shock al animal, causándole la muerte en muy
poco tiempo.


Si la hemorragia es en un miembro, se puede aplicar un torniquete, arriba de la
herida, apretando lentamente hasta cortar la hemorragia. 

Si la pérdida de
sangre fuese en un lugar donde no se puede practicar un torniquete, se puede
hacer un vendaje compresivo sobre la herida. Si la pérdida es leve, se puede
aplicar como coagulante un poco de
azúcar sobre la herida y encima una gasa,
fijada a presión con venda o tela adhesiva.

Intoxicaciones en los gatos


En cuanto a las intoxicaciones, cabe aclarar que no todas se producen por la
ingesta, sino que muchas veces son a través de la
piel. La más común en este
caso, es la asimilación de insecticidas utilizados como pulguicidas.

Como
síntoma, el gato bebe mucho, aumentando su irritabilidad, debiéndose tener mucho
cuidado de no ser mordido o arañado por la mascota. Otros tóxicos son los
solventes, pinturas, barnices.

En todo caso, se tratará de bañar al gato con un
shampoo suave, enjuagando abundantemente con agua de la canilla.


Las intoxicaciones internas, en cambio son aquellas en las que nuestro animal ha
ingerido sustancias tóxicas, pese a que son bastante renuentes a hacerlo.

De
ocurrir, se le deberá provocar el vómito valiéndonos de agua oxigenada de 10 vol,
en cantidad de entre 5 a 10 cc.

Otro procedimiento es darle una cucharada de
sal. Esta práctica tiene una contraindicación y es cuando el tóxico ingerido es
corrosivo (ácidos, hidrocarburos).


También, si ya pasó más de una hora de la ingestión o no estamos seguros de
cuando ha ocurrido la misma.


De ser posible, será muy importante llevar una muestra de la sustancia digerida
(veneno) o todo el envase. De este modo, se podrá identificar mejor el agente
para actuar con el tratamiento que corresponda.


Contrariamente a lo que se supone, no se deberá suministrar leche, pues puede
ayudar a que el tóxico penetre en el organismo.

Y tampoco se le deberá dar nunca
una aspirina a un gato, que a pesar de ser usual en los seres humanos, es muy
tóxica para nuestros amigos los gatos.


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