En
primer lugar, mantenga la calma y trate de hacer un control mental para no
entrar en pánico.
Luego,
llame a quien pueda asistielo y notifique la ubicación del fuego.
Verifique
si el fuego está cerca de su puerta, colocando la palma en la puerta y luego en
la perilla de la puerta. Si alguna de ellas está caliente, no abra la puerta.
Por
el contrario, si parece seguro salir de su habitación, diríjase directamente
el exerior o hacia la escalera, pero lleve la llave de su habitación o vivienda
junto a usted, pues
podría llegar a necesitar volver a su la misma.
Si
el pasillo o el vestíbulo está lleno del humo, arrástrese por el piso hasta la salida, y,
nuevamente, verifique la temperatura de la puerta antes de abrirla, pues el
fuego podría estar en la escalera. En ningún caso utilice el ascensor.
Si
no puede salir de su habitación, o bien la escalera se presenta como peligrosa
y usted debe volver a su habitación, notifique a quien pueda ayudarlo, por teléfono
fijo o celular, que se encuentra en su habitación aguardando un rescate.
Abra
una ventana para que entre aire fresco, pero no rompa la ventana, pues podría
necesitar cerrarla nuevamente si el humo comienza entrar por allí.
Llene
la tina y el lavabo del baño con agua. Empape toallas y frazadas, las cuales
podrían ser necesarias para bloquear las aberturas de las ventanas y poner
alrededor de las puertas, para mantener fuera el humo y los vapores, y
refrescar el ambiente.
Una
toalla mojada que sea agitada a su alrededor, le ayudará a limpiar el cuarto
del humo.
Cúbrase
la boca y la nariz con una tela mojada.
Permanezca agachado o acostado en el piso, pero bien alerta
de cualquier signo de rescate proveniente de la calle o de los pasillos.
Permita que los bomberos sepan dónde se encuentra, ondeando una toalla o tela
por fuera de la ventana.
