Debe revisar el
sistema de frenos cada seis meses, aunque no sienta ninguna irregularidad en su
funcionamiento.
Revise el nivel del líquido de frenos periódicamente y asegúrese de que no
existen filtraciones.
Un sonido agudo que desaparece cuando usted pisa el freno le está indicando que
las pastillas de frenado están gastadas y deben ser cambiadas.
Si el sonido, en cambio, es de metal contra metal quiere decir que no queda
nada de las pastillas de frenado y que al pisar el pedal de freno usted está
estropeando los discos, los tambores o los pistones del sistema de frenos.
Otro indicador del desgaste de las pastillas es el polvillo amarillo dorado que
se deposita en las llantas y en el guardabarros. Si usted lo encuentra adherido
a su vehículo, es hora de cambiarlas.
Las pastillas de freno derivadas de compuestos metálicos, duran más pero tienen
una performance más baja y desgastan con mayor velocidad los discos y tambores.
Las que son hechas de cerámica son las que dan mejores resultados pero también
suelen ser las más costosas.
Si cuando presiona el pedal, siente que cede con demasiada facilidad pero luego
de que lo usa algunas veces vuelve a tener la misma rigidez, quiere decir que
hay algunas burbujas en su líquido de frenos.
Deberá llevar su vehículo al mecánico para una recirculación o un recambio
total del líquido para frenos.
Si el pedal se hunde hasta el piso o si su recorrido tiene algunas
intermitencias, puede que el cilindro del sistema de frenos esté defectuoso y
deberá llevarlo al mecánico.
Si al frenar siente alguna vibración o irregularidad, los tambores del sistema
de frenos pueden tener alguna irregularidad en la superficie y necesitan ser
arreglados.
Si sale humo de su sistema de frenos, hay algo que está atascado. Puede ser debido
a que ha circulado con el freno de mano puesto o a un desperfecto interno.
Si siente alguna irregularidad en el sistema de frenado no circule con su auto
hasta que esté reparado.
