La ciudad española de
Barcelona se ha convertido en la primera de Europa que albergará un geriátrico
para ancianos homosexuales. La iniciativa para su creación, ha partido desde la
Fundación Arena, una institución que presta asistencia a gays y lesbianas y
es, además, propietaria de siete pubs en Barcelona.
Según afirmó el presidente de
la Fundación Arena, Aladino Nespral, esta clínica de reposo será la primero
para homosexuales en toda Europa. Sin embargo, tampoco se tienen conocimientos
de que existan otros en el mundo, por lo que podría ser la primera del mundo
entero.
La clínica, que costará casi
medio millón de euros, contará con 25 vacantes y ofrecerá los mismo servicios
que cualquier otro geriátrico para la tercera edad, aunque sólo se admitirán
gays y lesbianas.
El financiamiento provendrá de
parte de la Fundación Arena, una institución privada formada a fines del año
pasado, cuyos objetivos son proporcionar asistencia a los gays y lesbianas españoles,
tanto en los aspectos sociales, culturales y legales. Inclusive, esta fundación
cuenta con una rama comercial que posee siete discotecas y bares en la misma
ciudad de Barcelona.
Asimismo,
esta institución ofrece también tres becas para sus miembros, las cuales
consisten en tres adjudicaciones de aproximadamente 3.000 euros por año: una
para realizar estudios de formación básica, otra para llevar a cabo prácticas
periodísticas, y, en el último caso, para desarrollar estudios sociológicos
sobre los gays y las lesbianas.
También,
los responsables de esta fundación piensan llevar a cabo un premio literario
sobre temáticas referentes a la homosexualidad, el cual se entregará todos los
28 de junio, el día internacional del orgullo gay.
Según
señalaron desde la propia institución, la elección de las 25 personas que
ocuparán las plazas del futuro hogar de retiro, será realizada en base a
criterios tales como “desatención familiar”, “carencia de recursos económicos”,
o “asilamiento del entorno sociocultural de los adultos”.
Si bien sus responsables
aseguran que el centro estará abierto en Barcelona o en otras ciudades linderas
antes de fin de año, o más tardar en primera quincena de enero del 2004,
admiten también que aún no han encontrado un lugar para ubicarlo, ya que ningún
lote de 500 o 600 metros cuadrados, el mínimo que afirman necesitar, ha podido
conformarlos.
Diferentes visiones
Por
supuesto, la polémica sobre la apertura de este centro no podía quedar al
margen. Según señala “Colegas” una federación estatal española de
Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales, la apertura del geriátrico tiene un
sesgo “segregacionista”.
De
hecho, según afirmaron sus responsables, esta denuncia está basada en el hecho
de que tanto gays, lesbianas,
negros, blancos, como cualquier otra persona de diferente sexo, raza, etnia,
creencia religiosa o política, orientación o identidad sexual, tiene derecho
de transitar una vejez digna y de respeto, es decir con pensiones dignas, y
asimismo residencias dignas, que
promuevan, a partir del respeto, una buena calidad de vida hacia sus miembros.
Pero
por el contrario, un editorial de David Martí (quien colabora además con la
Fundación Arena) firmado para el portal gaybarcelona.net, afirmó que, si bien
en general no coinciden en una misma persona la conciencia social y la
mentalidad empresarial, en el caso Aladino Nespral, se pudo ver el ejemplo de
alguien que busca beneficios sociales sin estar vendiendo nada.
En
efecto, según señaló Martí, la
Fundación Arena estaba supliendo las
carencias generadas por el neoliberalismo, con sus correspondientes faltas de
recursos y políticas vacías por parte de Estado.
Así
y todo, desde la federación “Colegas” de gays y lesbianas, se señaló que
no apoyarían este tipo de segregación, al que calificaron de “negocio” que
busca revestirse de un aura social que en realidad no posee. Por eso, afirmaron
que se presionará al Estado y los municipios para que no envíen ayudas públicas
tendientes a financiar estos proyectos segregacionistas.
Incluso,
“Colegas” manifestó apostar por un proyecto de sociedad
“igualitarista”, en la cual todas las personas, más allá de sus
orientaciones o identidades sexuales, puedan desarrollarse plenamente dentro de
su ámbito natural.
De
hecho, los organizadores advirtieron su temor de que esto sea la punta para
“hacer residencias exclusivas para negros, para mujeres, para vascos”, ya
que la filosofía de este emprendimiento, no sólo es lucrativa sino también
peligrosa.
Pero
Martí afirmó que, muy por el contrario,
la Fundación Arena sólo busca llenar el vacío que sufren los mayores
homosexuales de Barcelona que no cuentan con servicios asistenciales
especializados, por lo que se en muchas oportunidades obligados a enfrentar la
intolerancia.
Así,
la iniciativa de Arena demostraba que esta fundación tenía gente que, además
de trabajar duro por su empresa, se preocupaba por aquellas de a su alrededor
que tenían dificultades, por lo que era un ejemplo de responsabilidad social
para los empresarios.
Pero
desde “Colegas”, se señaló que gays, lesbianas, blancos, negros, o
cualquier otra persona, debían convivir en respeto en las calles barrios y
pueblos, residencias de tercera edad, o donde sea, sin segregaciones y
separaciones, para lograr una cultura común y enriquecedora que respete la
diferencia y la pluralidad, sin crear guetos y culturas separadas.