A., varón, nació en un pueblo de la provincia de Buenos Aires, muy pequeño. Desde chico sintió atracción por los varones, pero allí era imposible vivir como él sentía que le gustaría.
A los 17 años se fue a vivir a La Plata a estudiar Psicología y allí se inició sexualmente ¡ con una mujer! No sólo eso: se puso de novio durante 2 años, se casó-casó y su matrimonio duró 5 años.
– Pero entonces eras bisexual – pregunté casi afirmando –
– No, yo siempre supe que era homosexual.
– ¿Y por qué te casaste con una mujer?
– Porque tenía muy arraigado el mandato familiar y el deseo de "formar una familia". Una familia no es sólo una pareja sino también hijos.
– ¿Y tu esposa sabía de tus inclinaciones sexuales?
– Si, nunca se lo oculté. Y estaba perdidamente enamorada de mí.Y yo de ella. No creas tampoco que me casé sólo para tener un hijo, eh?
– ¿Le eras fiel?
– No, no siempre.
– ¿Salías con hombres?
– Sí, a veces…pero ella lo sabía. Y la familia de ella también.
– ¿Y qué decía?
– Nada, me adoraban. Me quisieron más los viejos de ella que los míos.
– ¿Y cómo nació la nena?
– La buscamos, la deseamos desesperadamente los dos.
– ¿Y por qué se separaron después?
– Porque yo era muy machista. La tenía oprimida. Yo mandaba en casa. Ella había perdido la confianza en sí misma. En una ocasión me fui de viaje a Europa por un mes "con un amigo". Ella lo sabía.
Y en ese mes ella descubrió cuántas cosas podía hacer "sin mí, sin mi control, sin mis celos". Y cuando volví me planteó que nos divorciáramos. A la vez yo volvía con ganas de meterme en la joda gay y acepté el divorcio.
– ¿Y cómo fue el divorcio? Contame porque soy abogada de familia y jamás tuve uno así.¿De común acuerdo?
– Si, por supuesto.
– ¿ Tenencia a favor de la madre?
– Si, por supuesto y un amplísimo régimen de visitas a mi favor, porque soy un padrazo. La nena este verano vacacionó conmigo solo primero en Mar del Plata y después conmigo y mi pareja gay, con la cual convivo, en Cuba varias semanas.
– ¿La madre no puso obstáculo en que viajaran los 3 juntos?
– Para nada.
– ¿Cómo lo pasó la nena?
– Genial…!
– ¿Cómo llama la nena a tu pareja?
– L., el amigo de mi papá. Nada de llamarlo tío. No me gustan esas cosas.
– ¿Se lo cuenta a sus compañeras de colegio?
– Si, con las que tiene más confianza hasta las invita a casa y todo.
– Sabés que pasa, Mirta, yo siempre supe que era gay pero quería formar una familia: ahora la tengo: mi hija y L., mi pareja conviviente.
– ¿Tu ex esposa volvió a convivir con alguien?
– Si
– ¿Hombre o mujer? – pregunté tímidamente –
– Hombre, hombre y tuvo otro hijo.
– ¿Y por qué se casó con vos sabiendo que eras gay y no pensabas renunciar a serlo?¿ Ella tenía algún rollo tipo abuso sexual en la infancia?
– Si, algo de eso hay. Ya lo vi en terapia. Pero mirá que cuando vivíamos juntos teníamos vida sexual normal, eh? Lo que no implica que yo sea bisexual: yo soy homosexual, pero también puedo estar con una mujer.
Ahora sí encontré al amor de mi vida con este hombre. El también estuvo casado, más años que yo, pero no tuvo hijos, así que adora a mi nena.
– Te hago una última pregunta: ¿cuando tramitaron el divorcio de común acuerdo, se habló de este tema en las audiencias?
– No, para nada. Fue un divorcio común y corriente, con acuerdo de tenencia, visitas, vacaciones, alimentos. Ella no considera un problema para nuestra hija mi condición sexual, así que de eso ni se habló en tribunales.
Fue un divorcio más pacífico que el de muchos heterosexuales que conozco y si bien al principio no fue fácil, ahora tenemos excelente comunicación y la nena está bárbara y yo que soy un padrazo comparto todo el tiempo que puedo con ella, duerme en casa cantidad de días, viajamos, salimos, la ayudo a hacer la tarea.
Me encanta ser padre. Ahora sí puedo vivir mi vida como gay y no la oculto. Mi viejo murió cuando yo era adolescente y no se llegó a enterar. A la que le cuesta bancárselo es a mi mamá (y ahí le cambió el tono de voz y se le ensombreció la mirada).
– ¿ Sos hijo único?
– No, tengo un hermano que es mi antítesis. El que hizo todo perfecto. Pero yo soy feliz, te lo aseguro.
– Gracias, A., gracias por permitirme hacer una nota sobre esto. Con tu permiso y sin decir tu nombre ni el de la peluquería, lo voy a publicar y creo que a mis lectores los atrapará la historia de estas "nuevas familias", que por lo que me contaste, aún divorciados, es menos conflictiva que de la de muchos matrimonios que yo atiendo.
Abogada de Familia y Psicóloga Social
[email protected]
www.mirta-nunez.com.ar
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Por Dra. Mirta S. Núñez