Claves de la multiorgasmia y la multiplicación del placer

Una de mis amigas me contó que en algunas de sus relaciones sexuales puede llegar a tener 14 orgasmos. No sé si creerle. A mí me cuesta tanto trabajo llegar apenas a uno... ¿Cómo es posible?

Aunque coincidamos en muchas experiencias, todos los seres humanos somos únicos;
por ende, nuestras capacidades son posibilidades y no obligaciones.


Así, a algunas mujeres les resulta más fácil abrirse a su compañero y a las
sensaciones, mientras que otras necesitan liberar creencias y bloqueos físicos o
emocionales que dificulten el clímax.


Como dijimos, el orgasmo se produce cuando el canal del flujo de la energía está
libre y despejado. Las mujeres capaces de la multiorgasmia tienen sus canales
más abiertos y sin bloqueos. Y disfrutan mucho del sexo.


Orgasmo pico o genital


Según las miradas holísticas como el tantra o el taoísmo, hay dos tipos de
orgasmo: el orgasmo pico y el orgasmo valle.

El primero coincide con la
estimulación de los genitales (el clítoris en la mujer y el pene en el hombre)
donde la excitación va en aumento, el cuerpo acumula tensión en la pelvis y, en
un momento, llega a un pico y se suelta abruptamente.

Esta relajación es muy
placentera, dura algunos segundos y está muy localizada en la zona genital.


Orgasmo valle o profundo


El orgasmo valle son olas sucesivas de tensión-relajación en las que el cuerpo
queda cada vez más placenteramente lleno de energía (no cargado, sino
energizado).

La energía sexual sube, recorre todos los canales desde la pelvis
hacia arriba, se expande, relaja y vuelve a comenzar el circuito.

Esta sensación
es muy placentera, duradera y produce un intenso bienestar y conexión y se
origina en un nivel más profundo del cuerpo.


La multiorgasmia se puede dar en este tipo de orgasmos. En cada encuentro suele
haber sólo uno o dos orgasmos pico (con suerte) porque tal es la intensidad de
la subida y la bajada, que el cuerpo necesita reponerse para volver a empezar.


Permitir el flujo de la energía: condición para el orgasmo en la mujer


La capacidad de entrega en los varones y la apertura a recibir caricias y al
fluir de la energía en el cuerpo, las emociones y la mente en las mujeres, son
algunas de las condiciones para la sensación orgásmica.


En verdad, la apertura de la mujer y la disposición de entrega generosa del
hombre son dos condiciones necesarias para el orgasmo de ambos.


Saber esperar y acompañar el placer


Por razones anatómicas, las mujeres suelen necesitar más tiempo para la
excitación. En consecuencia, su compañero debe prepararlas, comenzando por las
zonas no específicamente erógenas hasta llegar a las erógenas por excelencia (el
clítoris es el último lugar, no el primero).


El hombre necesita ser paciente y aprender a estimularla (con la experta guía de
ella, que primero debe conocerse a sí misma) y una vez que ella logre esta
apertura y disposición, podrá permitir que la energía de la vida la atraviese
libre y expansivamente.


La penetración no debería producirse hasta que el propio cuerpo de la mujer esté
listo y lo pida.


Los genitales en la multiorgasmia


En occidente, la sexualidad está muy asociada a la genitalidad. Los genitales
son la parte de nuestro cuerpo que tienen la mayor y más intensa capacidad de
vibración y de sensibilidad.

La sexualidad masculina suele comenzar y terminar
allí. Para las mujeres, la sexualidad se inicia en el resto del cuerpo (un
hombre podrá llegar al sexo de ella a través de su corazón, al hacerla sentir
querida y atractiva) y termina en los genitales.


Los orgasmos múltiples no suelen provenir exclusivamente de la estimulación
genital. Una mujer a la que se le dificulta llegar al orgasmo, puede lograrlo
aprendiendo a acariciar su clítoris (y luego enseñarle a su compañero).


No obstante, no es a partir de allí que logrará la multiorgasmia, que proviene
de otro lado.

El varón multiorgásmico tampoco tiene sus múltiples orgasmos
acompañados de eyaculación (orgasmo pico) sino a partir de una experiencia más
profunda y completa.


Creas lo que crees


Uno de los temas fundamentales que las mujeres necesitan trabajar para abrirse a
toda su capacidad orgásmica es la disposición física, emocional y mental ante el
sexo. “Tanto si crees que puedes como si crees que no puedes, estarás en lo
cierto”.


Cuando hay dificultades para la apertura, las causas pueden ser físicas
(enfermedad, desequilibrio hormonal o efecto de medicamentos), emocionales
(defensa frente al acercamiento de otros ) o mentales (creencias negativas y
limitantes respecto al merecimiento de disfrute u otras distracciones).


En ocasiones, la causa está en la relación y las dos personas no logran
comunicarse. Es importante detectar dónde está el origen del bloqueo para
disolverlo y abrirse plenamente a la circulación de la energía sexual.


Por Lic. Verónica Kenigstein


Facilitadora de procesos de transformación transpersonal, terapeuta de parejas,
sexóloga e instructora de Tantra. Creadora de la escuela vincular

Campo de conciencia

y del espacio multimedial

Senderos del placer
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