Déjame que te pregunte algo:
¿Alguna vez has estado con una persona que te gustaba y has tratado de gustarle
pero lo único que has conseguido es sentirte desorientad@?
Cuando conocemos a alguien que nos gusta nuestro sistema hormonal
se revoluciona
y nos hace perder el control.
Justamente cuando más necesitamos ese equilibrio que nos permita conseguir
atraer su atención y que se quede prendad@ de nosotros, es precisamente cuando
menos dominio tenemos de nuestros actos: hablamos de temas que no debemos, nos
ruborizamos y sentimos una timidez hasta el momento desconocida, nos quedamos
sin palabras, etc. La cuestión es que algo ocurre que hecha a perder la cita.
Todo parece indicar que cuando nos encontramos a alguien que nos gusta perdemos
nuestra naturalidad y frescura.
¿Por qué nos pasa eso?
¿Por qué ahora que por fin encuentro a alguien que merece la pena lo hecho todo
a perder?
¿Por qué tengo tan mala
suerte en el amor?
La respuesta está en la Profecía Auto Cumplida
Profecía Auto Cumplida se refiere al hecho de que provocamos aquello que ronda
nuestra mente de forma insistente.
Imagínate por un momento que llevas varios años sin una relación estable y
sientes que es el momento de tenerla. Ahora, cada vez que conoces a una persona
con cualidades que te gustan para ser tu pareja, tratas de mostrar lo mejor de
ti pero algo ocurre que no consigues si quiera una segunda cita o pasar de un
interés como amig@.
Si esta situación se produce de forma reiterada, ¿qué pensarás la vigésimo
séptima vez que te encuentres en un momento similar? Posiblemente estarás
esperando que ocurra “ese algo” que disipe su interés hacia ti.
Así es, nosotr@s ya vamos con predisposición a que nuestra cita sea un desastre
y no conseguir nuestro propósito, gustarle y que desee verme de nuevo.
Pero ¿Cómo va a desear eso, si no tu mism@ te lo crees?
Te voy a contar algo, nuestras emociones son las que gobiernan nuestro
comportamiento, las que hacen que nos mostremos más segur@s de nosotros mism@s,
nos sintamos más atractiv@s, más chispeantes,… y todo eso lo transmitimos.
Teniendo unas emociones positivas alcanzaremos un nivel de vibración que
irradiaremos y conseguiremos eclipsar a quien nos propongamos
Te preguntarás, ¿y cómo consigo yo tener esas emociones? Muy sencillo, a través
de tus pensamientos. Estos son los que provocan las distintas sensaciones y
emociones, y por tanto las responsables de cómo nos ven los demás.
Lo importante es lo que piensas, y por tanto lo que sientes
Muchas veces lo que impide que consigamos gustar a la persona que nos interesa
son nuestros miedos, pensamientos negativos, temores, etc.
Si conseguimos dominarlos y cambiarlos por pensamientos positivos, lograremos
muchos de nuestros propósitos.
De este modo, si los pensamientos que se apoderan de ti son del tipo: no le voy
a gustar, me voy a poner nervios@, no querrá que nos volvamos a ver,…
cámbialos por: tenemos muchas cosas en común y le voy a gustar mucho, me siento
muy bien y estaré a la altura, ¿qué día me viene bien para que nos volvamos a
ver? porque seguro que me lo propone,..
Los pensamientos en la misma dirección que nuestros intereses nos harán sentir
unas emociones. Estos nos ayudarán a mantener esa frescura y naturalidad de la
que hablábamos al principio, y que parece asustarse cuando estamos ante quien
nos gusta.
La seguridad que tengamos en nosotros mismos será nuestro aliado para alcanzar
aquello que deseamos
Así que ya sabes, cuando estés ante la persona que desees enamorar, tanto si
estás en la primera cita como en sucesivas, presta atención a tus pensamientos y
oriéntalos a lo que deseas y deja que tus emociones fluyan y hagan el resto. Si
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Por
Elena Calvo
www.quieroquerer.com
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