Hacer un mundo mejor
Los comentarios homofóbicos, es decir, los comentarios destinados a agredir o burlarse de las personas que son homosexuales a causa de un desprecio agravado por el miedo pueden muchas veces lastimar e incitar a una respuesta.
Pueden oírse en la calle, en el trabajo e, incluso, en la familia. Aunque responder y defenderse es un geste noble, a veces, es mejor quedarse al margen, que el silencio ante un comentario de ese tipo sea retirarnos de la sala.
No sólo las personas homosexuales son quienes deben responder, todo aquel que quiere defender sus creencias debe actuar en estos casos. Si queremos un mundo mejor debemos hacernos cargo de lo que creemos que es mejor.
Y…¿quién es usted?
Lo primero que debe tener en cuenta es de quién viene el comentario. Si usted sabe que es racista, retrógrado, ignorante, no importa lo que usted diga, será imposible hacerle ver las cosas de otra manera.
Ahora, si la persona quien lo dice tiene alguna posición de poder sobre usted, digamos un jefe suyo, considere cuáles podrían ser las consecuencias de enfrentarlo. Responderle sería el gesto más noble pero si el provecho que saca de su trabajo le permite vivir la vida como usted quiere y hacer algo constructivo para todos, tal vez, un enfrentamiento directo no valga la pena.
Sea diplomático, si oye que alguien utiliza un término inapropiado para referirse a la homosexualidad, instrúyalo de cuál término debería usar.
Si aún respeta a la gente aunque hagan algún comentario homofóbico, cuando usted responda lo van a escuchar con atención y sus palabras se insertarán con mayor facilidad en sus mentes. Si no, sólo tomarán las palabras como de alguien que está furioso y no sabe lo que dice.
Tenga en cuenta que muchas veces es mejor esperar para responder a la persona. Si el comentario se hace cuando hay muchas personas reunidas, quien lo haya hecho tomará una actitud defensiva y no querrá aceptar ni lo que usted le diga en ese momento ni lo que él mismo ha dicho.
Si espera a encontrarlo sólo, va a estar más dispuesto a escucharlo y sus palabras surtirán efecto.
De esta forma no le hará pasar vergüenza, que es la primera causa por la cual se niega la realidad y no se puede aprender cosas nuevas.
Mantenga la calma y explíquele con claridad por qué está en desacuerdo. Esté atento a los indicios de que ha entendido.
Si no es así, tal vez es de esas personas que describimos al principio y no vale la pena seguir intentando.
Pero si ve que se ha abierto una brecha, siga mostrándole lo que sepa acerca de la homosexualidad. Deja que lo conozca, que sepa que es una persona como cualquier otra y que también lleva una vida en la que trabaja, se divierte y ama a la persona amada.
La mejor forma de eliminar la homofobia es haciendo que las personas se conozcan. La homofobia, como muchos otros miedos, es muchas veces sólo falta de información.
Si no puede esperar a estar solos para responderle, algo habitual ante una ofensa, hágalo con estilo: el humor muchas veces permite decir cosas que parecen difíciles de decir.
Si los comentarios provienen de miembros de su familia, tal vez, pueda tener algo más de cuidado a la hora de responder. Pero no deje que se queden con su idea, y no evite el enfrentamiento
Hágase respetar por todos pero si la agresión puede llegar a algo físico o puede salir emocionalmente lastimado, aléjese: esa es una respuesta suficiente. Un enfrentamiento de este tipo simplemente no vale la pena.
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