Comience besando
la parte interna de la muñeca de su pareja, de esta manera usted podrá sentir el pulso
de ella, lo que calentará sus labios.
Apoye sus labios ligeramente sobre
los de ella y luego apártelos. Tome su cara entre sus manos. Apoye de
nuevo sus labios en los de ella mientras la mira a los ojos y presiona
suavemente labio contra labio.
Dedique varios minutos a explorar
los labios de ella, uno a la vez. Sus besos deben ser suaves, dulces y
juguetones.
Cierre los ojos y bésela
apasionadamente, sin introducir la lengua en la boca de ella.
Descubra
sus zonas erógenas con
sus labios, comenzando por detrás del cuello. Esto incluye las axilas, los
codos, la parte interna de los muslos, las rodillas, la espalda, el busto y las zonas
genitales.
Bese, lama y succione los pechos
de ella hasta hacerla gemir de deseo. Preste atención a los pezones. Alterne
la parte áspera de su lengua (la de arriba) con la lisa (la inferior) para
crear diferentes sensaciones en ella.
Vuelva de nuevo a besarle la boca.
Recuerde usar la lengua suavemente. Con su lengua juegue con la
de ella, y recorra toda su boca, sus dientes y labios suavemente. No introduzca
su lengua con mucha fuerza.
Siga haciendo esto hasta conseguir
el máximo placer posible en ella.
De esta manera usted logrará que
sus besos duren una mayor cantidad de tiempo y realmente disfruten ambos del
arte de besar.
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