Tal vez, el primer
gran paso que puede darse en una relación sea el de comprometerse a ser
monógamos. Es la primer gran prueba de que ambos pretenden algo serio con la
otra persona.
Muchos lo ven como una privación, pero sólo es así si se lo
interpreta de una forma errónea. Es el paso que hay que dar para que los lazos
se hagan más fuertes, para construir un pilar de confianza donde apoyarse, para
encontrar una verdad más profunda.
Antes de entrar en
esta etapa, los dos deben estar seguros de que se sienten cómodos con lo que
están a punto de hacer. Para esto es conveniente que programen un momento donde
se discutirá sobre el tema.
Esto permitirá haber reflexionado y preparado las
preguntas y comentarios que quieran hacerse. Pueden hacer regir reglas para el
tiempo de discusión: hablar por turnos, organizarlo en preguntas y respuestas,
programar recreos cada veinte minutos o poner como tiempo límite media hora.
Antes de empezar la discusión hagan sus listas de por qué quieren dar este
paso. Y al terminar, hagan una nueva lista y, por separado, saquen sus
conclusiones.
Hagan lo mismo en caso de no respetar la monogamia. Discutan cómo se sienten cuando se enteran de que la otra persona está viendo a alguien
más. No olviden de, cada uno, decir cuál es su definición de monogamia.
Cada quien
puede interpretar esta palabra de forma diferente: puede ser desde no tener
relaciones sexuales hasta no salir al cine con otra persona.
Al terminar el tiempo de discusión, reflexione si se ha sentido cómodo con
ella.
Si no es así, tal vez la relación no se encuentra lo suficientemente
madura como para dar este paso.