Los hombres suelen dibujar una línea bien clara entre el
tipo de mujer con la
que pueden divertirse o pasar un rato estimulante y el tipo de mujer que
llevarían al altar.
Coincidentemente, muchos hombres categorizan a las mujeres
que encuentran dentro de uno de estos dos grupos: chicas para una noche o chicas
que puedo llevar a casa y presentar a mamá.
Si bien muchos hombres cambiarán
esta clasificación a medida que conozcan con mayor profundidad a una mujer,
algunos seguirán experimentando una incapacidad total para ver en una misma
hembra la posibilidad de buen sexo y una buena relación. Esta patología es
conocida como complejo “Virgen/Zorra”.
Identificando a la Virgen y a la Zorra
Con el objetivo de clarificar un poco las cosas, establezcamos desde un comienzo
que a la Virgen que hacemos referencia es un símbolo de María, la madre de Jesús
(para algunas personas, el arquetipo ulterior de la pureza y la santidad), y no
a la reina del pop (que claramente pertenece al otro bando en cuestión).
La identificación de Zorra se explica bastante bien por sí misma, aunque la
música y el cine pueden ayudarnos un poco en nuestra empresa si es que todavía
no estamos siendo claros.
Piensa en la Glenn Close de Atracción Fatal, o en
Sharon Stone en Bajos Instintos, o, si prefieres, en Megan Fox en cualquiera de
sus películas. Psicótica y potencialmente peligrosa, la Zorra suele ser una
mujer excitante para cualquier hombre.
¿Por qué es malo?
Un hombre con el complejo Virgen/Zorra tiene problemas a relación al matrimonio
o a las relaciones de largo plazo. La mujer que él elige para pasar su vida
tendrá las cualidades de la Virgen (buena, amable, paciente, y pura).
Una vez
enlazados en matrimonio, y especialmente después de que ella tenga un par de
hijos, el hombre dejará de ver a su mujer como un ser sexual.
Este sujeto tendrá
miedo de ensuciar o abaratar su vínculo con el sexo. Como consecuencia, muchos
matrimonios que padecen el complejo Virgen/Zorra terminarán con uno o ambos
miembros teniendo aventuras fuera de casa.
El hombre buscará una mujer que coincida con la identidad de Zorra, y la usara
para satisfacer sus necesidades sexuales, mientras que la mujer comenzará a
mirar a otros hombres, en vistas de encontrar lo que no tiene en casa.
Cuestiones de mamá
Sigmund Freud, el famoso psicólogo, propuso una teoría acerca de cómo el
complejo Virgen/Zorra se desarrolla en la psiquis de un hombre. Un hombre con el
complejo, según Freud, puede haber crecido un una madre fría, distante, o
desatenta.
Su necesidad por capturar el afecto y la atención de su madre como
chico es luego proyectada hacia la mujer que elige para casarse. Incluso podría
llegar a buscar mujeres con características similares a las de su madre.
Los
paralelos que se dibujan entre la esposa y la madre llevan al hombre a perder
todo deseo sexual por su mujer. ¿Qué hombre tendría pensamientos sexuales hacia
su madre? En consecuencia, la madre de sus hijos se convierte en un objeto (uno
no sexual) para él.
Enfrentando el complejo
El primer paso para superar el complejo Virgen/Zorra es aceptar el hecho de que
cada mujer, ya sea que luzca primeramente buena o mala, tiene aspectos tanto de
la Virgen como de la Zorra en su personalidad.
La buena mujer con la que te has
casado quiere todavía tener sexo, y la mujer sexualmente abierta con la que te
acuestas puede cuidar de ti y de una familia.
Si el complejo Virgen/Zorra está ocasionado serias dificultades en tu matrimonio
o relación, la terapia posiblemente sea tu mejor apuesta para tratarte y superar
el problema. Busca un profesional que se especialice en parejas o sexo.
Tratamiento: cama, cama y cama
Permitir que tu matrimonio ingrese en un territorio desértico de sexo es un
viaje seguro a la infidelidad, a la infelicidad, y a la constante tensión.
Mantén la llama del sexo encendida manteniendo relaciones con regularidad y de
tantas formas como sea posible. Evita caer en la rutina. Con el tiempo, ambos
podrán ver que una vida sexual saludable puede coincidir con una relación llena
de amor y respeto.
Sin excusas para el engaño
Si eliges para casarte una Virgen tímida y reservada y después de algunos años
descubres que las Zorras despreocupadas te resultan más y más atractivas, vas
por mal camino. Tu complejo no es una excusa para engañar a tu mujer y destruir
tu matrimonio.
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