Las
feromonas son sustancias químicas que inciden en el comportamiento sexual de
los seres vivos de una misma especie. Sin embargo, hasta ahora no existían
evidencias funcionales de los receptores de los mismos.
Sin
embargo, existen receptores celulares para estas sustancias, que son aromas que
se perciben de forma inconsciente, mediante el órgano vomeronasal, que se
encuentra detrás de la nariz.
La
existencia de este órgano es controvertida entre los seres humanos, pues si
bien se puede detectar entre los embriones, luego desaparece. De todas formas,
existen estudios que parecen demostrar que los seres humanos también pueden
percibir la feromonas, justamente por medio de su nariz.
Los
mismos fueron efectuados en ratones mutantes, y se comprobó que las hembras que
son agresivas cuando amamantan, lo eran menos con las modificaciones genéticas.
Por su parte, los machos en cuyas neuronas no se encontraban los genes de
recepción, tenían una menor actividad sexual.
Las
primeras investigaciones sobre las feromonas fueron realizadas a mediados del
siglo pasado, sobre insectos, para años más tarde realizarlas sobre mamíferos,
lo cual arrojó como resultado que la extracción de sus órganos vomeronasales
tenían como resultado un trastorno en su actividad sexual.