Usar tus dedos en la vagina de una mujer puede producir algunos resultados sorprendentes —desde luego, si lo haces en forma correcta—.
Claro que depende de ti averiguar exactamente cómo una mujer prefiere que la toquen, sobre todo teniendo en cuenta la velocidad, el tiempo, y la cantidad de dedos.
En consecuencia, en la clase de hoy abarcaremos un manojo de formas en las que puedes usar tus dedos en una mujer. Pero antes de echar manos a la obra, hay una cosa que es cierta: una mujer debe ser encendida y puesta a punto antes de ponernos a manipular su vagina.
Digamos que tú no puedes aparecer de la nada e introducir tus dedos en su interior —no hablar de frotar vigorosamente su clítoris— sin haber producido un estado de excitación en ella. Entonces, antes de que tus manos juguetonas se pongan a trabajar, recuerda que debes excitarla.
La calesita
El clítoris es el epicentro del mundo para la mayoría de las mujeres. Cuando ella esté lo suficientemente lubricada o luego de haberte puesto algún lubricante a base de agua en tus dedos, usa las puntas de tu dedo índice y medio para acariciar su clítoris en movimientos circulares suaves.
Su reacción te hará saber que estás en algo grande. Continúa los movimientos e incrementa la velocidad lentamente. Recuerda que en ningún momento debes moverte tan rápido como para perder tu centro de referencia.
Si ella dice algo como “no te detengas”, entonces bien sabes lo que debes hacer: no detenerte. Algunas mujeres, sin embargo, prefieren que su amante dé un descanso al clítoris y se dedica a introducir los mismos dedos dentro de su vagina, siguiendo también un paso rítmico.
Saca conclusiones a partir de sus reacciones y sabrás en qué grupo se encuentra ella.
El dedo más rápido del oeste
¿Tu mujer prefiere el sexo lento y tranquilo o gusta subirse sobre ti y saltar de arriba abajo como un conejo endemoniado?
Si ella es de las últimas, entonces utilizar tu dedo medio para entrar y salir de ella a alta velocidad puede ser beneficioso a la hora de alcanzar el orgasmo.
Para trabajar en forma eficiente, siempre lo mejor será ubicarte frente a su vagina (es decir, abre sus piernas y arrodíllate entre ellas).
De esta manera, podrás tener acceso directo y te asegurarás que tus dedos sean utilizados en toda su capacidad. Asimismo, así es menos posible que pierdas de vista tu objetivo.
La mano amiga
Si puedes arreglártelas para usar ambas manos a ritmos diferentes, definitivamente tu mujer te lo agradecerá.
Mientras utilizas la punta de los dedos de una mano para frotar su clítoris, usa los dedos índice y medio de la otra para entrar y salir de su vagina.
Las sensaciones múltiples resultantes de esta técnica servirán para incrementar las posibilidades de que ella llegue al orgasmo.
Y no se trata de una carrera: no debes ir rápido como si el mundo fuese a acabarse. Simplemente procura mantener un ritmo sostenido. Si ella lo quiere más rápido, seguramente te lo hará saber.
El tornillo
En la misma tónica de “el dedo más rápido del oeste”, necesitarás utilizar tus dedos índice y medio en esta ocasión. Una vez más, ubícate entre sus piernas y comienza con la palma de la mano apuntando hacia abajo.
Introduce tus dedos en su vagina, luego voltea la mano de modo que la palma ahora esté mirando hacia ti y salte de su interior. Repite el procedimiento tantas veces como sea necesario hasta que alcance el orgasmo.
Consejo: cada vez que cuando vuelvas tu mano hacia ti (de modo que la palma mire hacia el techo), presiona su clítoris con tu dedo pulgar.
El indicador del punto G
Sentado frente a ella, con la palma mirando hacia el techo, inserta tus dedos en su interior y efectúa el típico movimiento del “ven aquí”.
Tu objetivo es intentar alcanzar su ombligo desde su interior, o, a decir verdad, alcanzar su punto G. No te vuelvas agresivo en dicha búsqueda. Comienza lentamente, y a partir de su reacción, mantén el mismo ritmo o incrementa el paso.
Estimulación simultánea
Si tú y tu mujer disfrutan de experimentar y ya han explorado la parte de atrás en otra ocasión, entonces esta técnica podría resultarle más que placentera.
Mientras que usas tus dedos índice y medio para estimular su vagina, introduce tu dedo menor en su ano (tu mano debe estar de costado, es decir, tu palma debería enfrentar su muslo). A medida que entres y salgas, ambos orificios serán estimulados en forma simultánea.
Ten en cuenta que después de ubicar tu dedo sobre su ano, ya no podrás usar este mismo para introducirlo en su vagina, ya que podría generar una infección.
El deslizador
Esta técnica requiere de una buena lubricación. Con tus dedos índice y medio, comienza ubicando las yemas de tus dedos a cada costado de su clítoris, luego deslízate hacia abajo e ingresa en su vagina. Vuelve a la posición inicial y continúa repitiendo este movimiento.
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