Si usted es de las
personas que pueden recordar los servicios completos en las antiguas estaciones
de combustible, sabe que es algo que ya no existe en ninguna parte del mundo.
Principalmente porque ahora los vehículos son capaces de recorrer 50.000 Km sin
necesitar acudir a un taller mecánico. De modo que queda en usted cuidar su auto
y encontrar los pequeños problemas antes de que se conviertan en grandes y le
cueste mucho dinero repararlos.
Comience por lo
básico. Revise el nivel de aceite, del líquido para frenos, del líquido del
rociador de su limpiaparabrisas, del líquido refrigerante, si su auto tiene
dirección asistida, el nivel del líquido del pistón hidráulico y, si su auto
tiene transmisión automática, el lubricante de la transmisión.
Revise que
funcionan todas las luces: internas, de posición, altas y bajas, las de guiño,
las de freno, las anti-nieblas (si tiene) y la baliza.
Verifique la
presión de aire de sus ruedas y también de la de auxilio. Lea con atención el
manual del vehículo, allí está indicado cuál es la presión indicada. Revise
todas las ruedas y busque signos de desgaste.
Observe debajo del
auto en busca de señales de pérdidas de algún tipo. Cualquier pérdida o
filtración puede llevar a roturas costosas.
Revise todas las
correa de transmisión: de la bomba, del ventilador, de la dirección asistida
(si la tuviera). Busque rajaduras, presione con firmeza y compruebe que no haya
demasiada tensión que pueda provocar una rotura.
Revise la batería
en busca de cualquier tipo de desgaste. Asegúrese de que los cables estén bien
ajustados.