Hola! Gente de En Plenitud:
Les envío esta
colaboración, no es de mi autoría, pero como tengo un hijo
discapacitado, me gustaría que se difundiera, porque realmente la
discriminación existe, y este poema podría llamar a la reflexión.
Felicitaciones por todo el sitio de En Plenitud. Me ha sido de mucha utilidad.
Como he visto que a
veces están ilustradas las colaboraciones les envío una foto de mi hijo en
archivo adjunto por si quisieran ponerla. Gracias por todo.
MABEL
PLEGARIA
Soy igual que tú… no
me margines
soy distinto a ti, no me
lastimes.
Tú que puedes correr, tu
andar aquieta
así pueden mis pasos
seguirte cerca.
Si Dios te dio visión y
yo no tengo,
dime con tus palabras cómo
es el cielo.
Si tú puedes hablar y yo
no puedo
sabes que con mis manos
digo: “te quiero”.
Y si miro tus labios
habla sin prisa
así puedo entender lo
que me digas.
Muy poco necesito, que me
respetes,
tengo un alma blanca para
quererte.
No tengo la suerte que
Dios te ha dado,
igual soy feliz, dame tu
mano.
Puedes con tus pies
correr las calles,
el color de las flores
ver cuando nacen,
la risa de los niños…
oír sus gritos…
Quizás, no comprendes lo
que te pido
acomoda tu paso al lado mío…
Descríbeme el color del
sol tan tibio.
No me mires curioso,
porque me duele.
Da gracias al Señor por
lo que tienes.
Soy igual que tú, aunque
te extrañes,
siento el mismo dolor,
aunque lo calle.
Tengo la inocencia que tú
has perdido,
acompáñame amigo por el
camino…
Aunque no comprenda
algunas cosas,
cuando tú no sonríes,
mi alma llora.
de María Isabel Sproatt