La cuestión es que nunca mi
familia le importo lo poco o mucho que yo podría hacer por ellos, ya que jamás
he contado con el respaldo económico como para poder llegar a su nivel.
Es triste pensar que no
puedes hacer nada por nadie si no tienes dinero, si no tienes una posición
económica, si no tienes una profesión con un titulo colgado donde se dice que
eres la Lic, o la Doc, o la Abogada de la familia, etc.
El año pasado una hermana
adoptiva de mi madre falleció, quedaron sus hijos (ya mayores) solos, ellos ya
son grandes, Jaime casado con hijos mayores, Rafael divorciado con hijos
grandes, viviendo con su hermana mayor con padecimientos de epilepsia y
trastornos mentales.
Ellos al pie de la tumba de
su madre nos agradecieron el haberlos acompañado al funeral de su madre, con
lagrimas en los ojos nos pidieron que —“no los abandonáramos,—– que ahora
era cuando más nos necesitarían”.
Todos enmudecieron y sin
saber que decir, continuamos con nuestro dolor en silencio.
Este año mi primo Rafael
sufrió una embolia que poco a poco ha ido superando, fue triste darte cuenta que
cuando estas enfermo o al borde de la muerte —— nadie te acompaña —–.
Poco a poco se fue
recuperando pero eso no era todo, no podía asistir a una terapia de
rehabilitación ya que su pierna y el brazo derechos no los podía mover, sentí
feo cuando el dijo que nadie lo fue a ver al hospital y que nadie lo quería y no
le importaba lo que le pasaba, sentí feo cuando digo que al enfermo nadie lo
mira pero que cuando hay fiesta todos voltean para asistir.
Junté a mi madre y a mi tía
(la hermana más chica de mi madre) y decidí llevarlas a ver a Rafa, lo
visitamos en su casa, pues ya no estaba en el hospital.
Su situación es precaria,
tiene una pensión muy raquítica y muchos gastos por delante y por detrás, viven
demasiado lejos del D-F y ni su propio hermano los puede frecuentar muy seguido:
“cada quien tiene su vida” dice Rafa “ no toda la gente puede venir a verme”,
además no tengo teléfono.
Yo me ofrecí muy humildemente a donarle un celular, para
que por lo menos estuviera comunicado, también me ofrecí a llevarlo a la
clínica y a las terapias, mi madre y mi tía cada vez que voy a llevarlo a sus
terapias me dan para la gasolina, el también aporta para la gas, el próximo mes
de abril le operan un ojo para que pueda ver bien, voy y vengo tres veces por
semana a Texcoco, hace un par de días me hablaron de urgencia porque le bajo el
azúcar y lo lleve a la clínica, otros minutos más y se me muere en el camino,
gracias a Dios no fue así.
Todo esto lo hice antes de
que fuera demasiado tarde y no tener que decir: “Lo pude hacer hecho y no lo
hice”.
Y al final de cuentas
señores, todo esto, me di cuenta que lo hago sin un título de licenciada ni de
abogada ni de doctora.
Me di cuenta que hay mucha
gente por ahí que con gusto acepta mi ayuda, yo no tengo nada, ni dinero ni
trabajo ni nada, sólo el apoyo de mi madre y mi tía., pero con gusto le doy al
que lo necesita lo poco que yo tengo Mi Persona, Mi tiempo, Mi amor, Mi lucha
con los brazos abiertos para poder seguir caminando en esta vida.
Ahora me siento como si me
hubiera graduado con honores del cielo y con la gracia de Dios, con la enseñanza
que la vida me ha dado y confiando que siempre hay alguien a quien yo le pueda
echar la mano sin ningún interés.
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