Para comprender el verdadero significado de "ser un líder", le propongo una experiencia en la simpleza de la cocina de su casa...

En tres recipientes con agua hirviendo, coloque en uno de ellos una zanahoria; en el segundo, un huevo; en el último agregue dos o tres cucharadas de café y respete los tiempos de cocción de cada uno de los elementos colocados en el agua hirviente.

Notará que la zanahoria antes de cocinarse era rígida y dura, muy difícil de quebrar; mientras que luego de ser hervida en el agua, se transformó en un cuerpo blando y muy fácil de aplastar con un tenedor.

El huevo, que tiene una apariencia frágil y con un espíritu fluido, luego de pasar por agua hirviendo, parece no haber sufrido transformaciones; sin embargo, al romper la cáscara, podrá comprobarse que esa fluidez se endureció, al igual que su corazón o yema.

El café, en cambio, tiñó el agua hirviente y hasta le dio sabor.

La adversidad, actúa en nosotros como lo hizo el "agua hirviendo" con la zanahoria, el huevo y el café.

Pregúntese qué es usted ante una determinada adversidad. ¿Es usted una persona dura, rígida, que ante la adversidad que le toca en ese momento vivir, lo convierte en un ser tan débil como una zanahoria?; ¿Es usted un individuo con mucha fluidez y aparentemente frágil que, cuando llega una situación adversa, se vuelve tan duro que sus emociones y su corazón no perciben las cosas hermosas?; o ¿Es, quizás, de aquellas pocas personas que hacen de la adversidad una oportunidad para aprender?.

El "autoliderazgo" es la condición humana del autodescubrimiento. Es descubrir y potenciar nuestras fortalezas; es aceptar y transformar nuestras debilidades, explorando las profundidades de nuestro Yo interior, donde habita la esencia del universo y sus principios.

Nos han "puesto" la idea en nuestras mentes que ser un "líder" es el terreno de unos pocos, de algunos "elegidos"; sin embargo, ¿recordamos conscientemente las muchas veces que hemos liderado situaciones en nuestras vidas con total naturalidad y desapego?. Ser líder no es algo que se nace, es algo que se aprende, y para ello es necesario tomar la decisión de hacerlo con total "determinación".

Ciertamente se dice que: "el arte de ser líder" es el "arte de ser uno mismo". El arte, en consecuencia, está relacionado con la belleza; y así como la belleza no se puede definir con facilidad, aunque se la "distingue" cuando se la contempla; así es el liderazgo de uno mismo.

Cuando uno se lidera, se auto-gobierna, se está manejando las herramientas del conocimiento de sí. Es aquel ser humano que ha decidido acompañarse a si mismo y "hacerse cargo de su propio ser". Y esa belleza interior que emana como una luz, se expande desde adentro hacia fuera, mostrando su plenitud, su simpleza y su creatividad en el "encuentro diario" con la felicidad.

Cuando tenía 3 años, mis padres y mis hermanos se contentaban cada vez que, en reuniones de amigos, me preguntaban que quería ser yo cuando sea grande. Recuerdo que siempre contestaba "quiero ser feliz"…"porque el amor es amar hasta morir"… Luego, los pasos por la vida me hicieron entender un nuevo significado de "ser feliz".

En un momento me parecía contradictorio cómo es eso de que uno desea "alcanzar la felicidad" y, a medida que avanzaba en la vida, sufría y veía que la felicidad cada vez resultaba más lejana.

Eso fue hasta que me di cuenta que la felicidad no es "una meta", sino "el camino de todos los días, del aquí y el ahora mismo". Que no es mañana, ni pasado mañana; que es mentira eso de que "no existe la felicidad, sino los momentos felices"…. Y cuando me di cuenta que había respondido a mi "pregunta difícil" (¿cuando llegaré a ser feliz?) al saber que la felicidad es "el camino del HOY".

Desde ese momento sentí que planté en mi una semilla.

Transformarse en un líder, es convertir la semilla en la flor del "uno mismo", del ser auténtico, del ser con valores, del vencer los fantasmas de los miedos, del ser agradecido al universo y a su inagotable energía, fuente de nuestro equilibrio y armonía.

Le propongo auto-responderse con verdadera conciencia a estos interrogantes, todos los días de su vida, a cada instante:

¿Me siento víctima de las circunstancias?
¿Me quejo todo el tiempo?
¿Critico a los demás?
¿Juzgo o condeno a las personas y a las situaciones?
¿Las adversidades dirigen mi vida?
¿Soy leal a mis principios y a los demás?
¿Cuáles son los valores con la que transito mi vida?
¿Reconozco mis emociones?, ¿Gerencio esas emociones que reconozco en mi?
¿Me auto-motivo?, ¿Cuántos pensamientos positivos pongo en mi mente día a día?
¿Mis miedos se apoderan casi siempre de mi?
¿Yo soy el que soy, o soy lo que hago en este momento?
¿Lo que hago, le da sentido a mi "Ser"?, o ¿Lo que soy, le da sentido a lo que hago?
 

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