El tipo, Herman Heffernan, era agnóstico y ciberadicto. Su pasión era el Poder Mental y las profundidades de la computación. Después de estudiar intensamente descubrió también las maravillas del Control Mental.
Así logró hacer interactuar su mente con la informática internética y su cabeza – cual un browser androide- recibió un “flasheo” de banners, ventanas emergentes, links, hipervínculos y e-mails entrecruzados, en medio del jpg de Brad Pitt y MP3 de Britney Spears y música de Kazaa, publicidad de viajes, hoteles, el horóscopo y páginas amarillas.
El film Troya superponiéndose a confusos chateos de sexo virtual; videos de Gran Hermano con una integrante gritando “Esta es la casa de tu vida!” bajo la ducha tapada enseguida por un ícono gigante del sitio oficial de Euro 2004.
“¡Me acelera un motor en mi cerebro!!!, ¡Que alguien apriete el reset!!!” – alcanzó a gritar segundos antes que un virus gigabático le haga estallar los sesos.
Quedó con los ojos abiertos y en las pupilas miles de imágenes pixeladas, hasta que alguien cerró sus párpados con una moneda de 50ctvs.
Sobre cada uno de ellos.
Por El Escribidor, 2005. Corrientes, Argentina
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