Hola, aquí
estoy.
¿Les gusta mi
traje gris?.
¿Y mi camisa
blanca?
Ah, me olvidaba
decirles que el gris es gris oscuro, casi negro y la camisa blanca es la blanca
smoking.
Abierta, sin
corbata.
Tengo la barba
de tres días, que cae justo con el triángulo de mi cara.
Mis ojos azules, ahora son azules oscuros.
Es de noche .
Estoy por salir.
Los zapatos
brillan como las estrellas.
Las medias
negras, juegan el rol de la noche en mis piernas.
El perfume, casi parece una caricia para el que pasa a mi lado.
Estoy perfecto.
Me paro frente al reflejo de una vidriera y a pesar de todo el cuidado que puse,
sé que algo me falta.
Ya sé. El reloj. No ahí está justo y perfecto haciendo juego con las
mancuernas.
¿Por dios, qué me olvidé?
Cuando miré mis manos, lo entendí.
Tenía caricias muertas en mi piel.
Faltaban tus
manos entre las mías…
Pero fundamentalmente, había dejado mis sueños arrugados en una silla.