Tarde en el hospital

En la seda y en la alcoba las manos no juegan…

El
cruel bandolero se rinde

como
un sapo en la cuna de barro

la
misma mujer llorona se sube

al
meneo corporal

hasta
su sombra suda por el movimiento

en
una esquina un león asoma sus garras

el
felino invita al descanso y la tarde cae en la ventana cerrada

se
rinden los mártires se preparan los héroes y los Ángeles

vomitan
su sangre amarilla en mi pecho

yo
me entrego una respuesta y el acto huele a condena eterna

porque
los zorros clavan sus garras en las crías

me
siento como un recreo confuso como caverna de intelectuales

como
calor de alcoba en el punto de la dependencia

apaguen
ese aparato ruidoso que no ven que hay enfermedad

en
el vientre de mi madre

pobre
el enfermo

pobre
el curandero

el
hospital de mi cama se matonea en artes de lamentos tontos

rueda
la torta en mi artefacto muerto te hago el amor por un cable

el
orificio es tortuoso mojigato y represivo

pobre
la cuenta de mis días sin hacer nada

pobre
el hijo esperando en su cuna que salga el padre

me
escape del horizonte unos papeles negros se aferraron

a
mi frente

un
grito en la sala me molesto sobremanera

sentí
las olas calientes que traspasaban mi …

no
, están tan glaciares mis manos que la cumbre del imperio mojado

sube
y sube y sube todo lo maneja

es
el hoyo infinito el origen del agua
y la sed conjunta

suelta
mi mano no puedo escapar

la
enfermera el enfermo la enfermedad

en
un solo coral espinado al fondo

ni
la materia de las maquinas computarizadas ni el botón de partida

ni
el arranque ni tu velocidad por recuperar al amante postrado

estamos
delirando yo soy el recuperado tu la contagiada con esta peste de fuego

lloren
todos los hospitales blancos con
sus cuentas interminables el muerto

no
recupero el sentido el habla son grillos embriagados en la noche del duelo

es
el desorden en la hora del destierro una cruz en los ojos una imagen

a
velocidad secreta

ESTAMOS HOY por un momento
preparados para la rueda

11:35,02 hora del
deceso.