Las mujeres pasan por ese sufrimiento una vez por mes. Y saben cuántas pueden llegar a ser las molestias, qué tan malos pueden ser esos días. Estamos hablando de la menstruación y del síndrome pre-menstrual (PMS). Pero por suerte hay formas de combatirlo

Todas las
mujeres, al menos en parte y aunque no lo admiten, sienten un cierto miedo con
respecto a lo que se ha denominado el “ciclo”.

Después de todo, es una reacción lógica, ante una rotura del orden habitual de
la vida, ante unos días que representan la necesidad de cambiar lo que se hace
normalmente por causa de algo que, si bien es totalmente natural, también es
algo naturalmente molesto para la persona que lo esta sufriendo.

Entre los
dolores típicos y los cuidados especiales que hay que tener, sin dudas no es un
momento agradable, así que es comprensible la desesperación que pueden sentir
las mujeres por querer evitar tanto como sea posible sus efectos.


Como todos sabemos, existen en el mercado toda una serie de medicamentos que
prometen ser la solución definitiva para el problema, que cuentan a los cuatro
vientos sus cientos de virtudes y que supuestamente producen milagros.

No vamos a decir que estos productos son inútiles, por que para ser sinceros
estaríamos faltando a la verdad, y eso es algo que no tenemos ningún interés en
hacer. Pero por otro lado también tenemos que decir que no todas las mujeres son
iguales y que no todas reaccionan de la misma manera ante los efectos de estas
medicinas.

Hay muchas que pueden encontrar en ellas un alivio inmediato y seguro, pero
también hay muchas que en realidad no sentirán ningún tipo de efecto y
probablemente necesitarán recurrir a algunas posibilidades en las que tal vez no
pensaríamos normalmente, sino que tenemos que buscar especialmente.


Es especialmente de estas otras posibilidades un poco menos habituales (si se lo
quiere decir de esa manera) que vamos a hablar a lo largo de este articulo,
haciendo un poco de hincapié en cada una de ellas, explicando un poco y viendo
como pueden ayudarnos.




Medicina
tradicional
para el PMS


La
medicina tradicional tiende a desconfiar de las demás posibilidades. Tiende a
cerrarse sobre sus conocimientos y suele ser bastante difícil (casi podríamos
decir que cercano a lo imposible) lograr que un médico que ha recibido educación
de este tipo pueda abrir su cabeza lo suficiente como para permitirse el
aconsejar a alguna persona el seguir un camino que no sea el de los medicamentos
que se pueden conseguir en cualquier farmacia y que vienen con los sellos de las
grandes empresas farmacéuticas.


Hay sobre las medicinas no tradicionales un cierto escepticismo generalizado,
que no deja de ser saludable, ya que permite escaparse al riesgo de la creencia
por la creencia misma, a aceptar como verdadero cosas que tal vez no lo sean y
que al final pueden resultarnos aun peores que lo que teníamos en el momento de
acercarnos a ellas.


Pero tampoco hay que generalizar y pensar que solo existe una camino. Hay
algunas terapias de las no tradicionales que pueden ayudarnos mucho a superar
problemas relacionados con el síndrome pre-menstrual y esto es algo que esta
siendo cada vez más aceptado e inclusive ya algunos doctores se animan a
recomendarlas.


Esto último se debe principalmente a que muchos pacientes han dado durante mucho
tiempo muestras de que sus reacciones ante los medicamentos habitualmente
recetados para estas situaciones no eran las deseadas. Que no les servían, para
decirlo de una manera más simple y directa.

Entonces, de alguna forma y por el poder del boca a boca, se empezó a hacer
conocido el poder que ciertas terapias de hierbas parecían tener sobre los
síntomas relacionados con la menstruación.


A partir de esto, fue solo cuestión de tiempo para que se iniciasen algunas
investigaciones respecto al tema y que con eso se pudiese saber con mayor
exactitud como estas hierbas funcionan y por que es que parecen tener éxito
donde otras cosas fallan.



Fitoterapia contra el PMS


Hay toda
una serie de diferentes hierbas que pueden ayudarnos con el problema en
cuestión. En general, todas han demostrado un alto nivel de efectividad, pero
podemos consultar para ver cuales son las que deberíamos probar en un primer
momento y tal vez luego cambiar sobre la base de los resultados que vamos
consiguiendo.


Como decíamos anteriormente, gracias a la apertura mental de algunos médicos y
médicas, una vez que hubo una cierta evidencia empírica del poder de estas
hierbas se comenzaron a hacer algunas investigaciones, para tratar de ver
exactamente como es que trabajan.



Explicación científica


La verdad
es que por el momento el gran problema con el que se encuentran aquellas mujeres
que comienzan a buscar una alternativa a los remedios tradicionales es la falta
de información realmente científica, probada e indiscutible que se puede
encontrar.

Esto hace que sea más difícil acercarse a una alternativa, ya
que no podemos tener la seguridad que estamos buscando algo que por motivos que
conocemos nos va a dar resultado. Todos dudamos más si no tenemos certezas. Y es
lógico que sea así, ya que no tenemos una base que nos permita tener confianza.


La información, por supuesto, es algo que sobra. La Internet, los artículos de
revistas, libros de auto-ayuda varios y toda una gama de medios se nos aparecen
llenos de “información”, pero no de información científica, sino que padecen de
una terrible falta de evidencia que lo soporten. En general, lo que podemos
encontrar son muchísimos elogios de estos tratamientos, sin tanto respaldo
detrás.


Igualmente, no son las hierbas el único tratamiento que existe en forma
alternativa a los remedios tradicionales. Hay muchos otros que también podemos
encontrar con un poco de búsqueda.

Las mujeres que traten de evitar las hormonas y los anti-depresivos (recetados
para los cambios de humor que suele traer la menstruación junto con ella, en
gran parte gracias a los cambios hormonales que se producen) por los motivos que
sean (desconfianza, salud, costos, para evitar todos los efectos colaterales que
pueden llegar a tener, sino todos, al menos una gran parte de estos remedios)
pueden acercarse a otros productos.


En particular, los investigadores han descubierto evidencia muy sólida de que
ciertas vitaminas y algunos minerales pueden ayudar mucho a pasar por este
momento del mes con la menor cantidad de molestias posibles.

Es más, es tan sólida la evidencia que los colegios de medicina de muchas partes
del mundo han empezado a incluir suplementos vitamínicos y de minerales entre
sus recomendaciones para esta situación.



La evidencia
sobre las hierbas
medicinales


Como ya
hemos dicho anteriormente, uno de los grandes problemas con los que se
encuentran las mujeres en el momento de acercarse a estos tratamientos es que la
información que se puede encontrar no suele estar lo suficientemente basada en
una investigación científica y no tiene detrás evidencia obtenida por el método
científico.


La mayor parte de la evidencia sobre el buen funcionamiento de los remedios
botánicos para el síndrome pre-menstrual lamentablemente se ha obtenido a través
del relato boca
a boca. Las mujeres se cuentan las
anécdotas de los buenos resultados que han obtenido y es de esta forma que se
arma un cierto “colchón” de información verosímil. Pero no esta soportada por el
conocimiento científico.


Esto ha generado también otra teoría, que ha sido investigada y parece tener una
cierta cuota de verdad al menos. Esta teoría indica que en realidad no tienen
las hierbas un efecto calmante sobre los síntomas, sino que las mujeres están
tan convencidas de que estas hierbas tendrán algún tipo de efecto que terminan
convirtiéndose en un placebo
.

Un placebo
es, en una explicación rápida y un tanto imperfecta, un medicamento que en
realidad no tiene ningún efecto sobre el físico de la persona que lo consume,
pero que como esta persona cree que sí lo tiene, tiene el efecto psicológico
deseado, logrando una “curación”.

Suelen usarse principalmente cuando la
“enfermedad” en realidad es psicológica, pero también pueden llegar a utilizarse
en casos de problemas físicos. Funcionan gracias al convencimiento que las
personas tienen en el poder de estas medicinas.

Se cree entonces que es este convencimiento en que pueden dar resultados lo que
hace que tengan efecto, no una causa relacionada con las características propias
de las hierbas.


Tratando de entender si esto es de esta forma que veníamos diciendo, se ha
realizado al menos un estudio al respecto, que demuestra que probablemente esta
teoría no está tan lejos de la verdad.


Durante mucho tiempo las mujeres reportaban que sentían gran alivio físico.
cuando se trataban con algunas de estas hierbas. Pero algunos científicos
decidieron tomárselo con un poco más de calma e investigar otras posibilidades.

Para esto, formaron dos grupos de mujeres y las trataron durante el tiempo en
que estaban pasando por el momento de la menstruación y trataron a uno de ellos
con una de las hierbas que habitualmente se utilizan. Pero al segundo grupo se
les dio un placebo.

El resultado fue que ambos grupos reportaron sentirse mucho mejor, en niveles
casi iguales, pese al hecho de que uno recibió realmente el tratamiento con un
remedio y el otro grupo tenía algo sin ningún tipo de efecto real.


Ahora, si estamos diciendo que estas hierbas pueden no tener ningún efecto real
(y arruinando cualquier efecto de placebo que puedan tener, todo en el mismo
momento, ya que el conocimiento de la característica de placebo lo vuelve
totalmente inútil), ¿qué es lo que queda? ¿Están las mujeres condenadas a tener
que arriesgarse con anti-depresivos y hormonas?

No. Vamos a ver ahora qué otras opciones se nos
presentan en el momento de buscar un poco de alivio.

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