Una alternativa natural para la impotencia y la falta de deseo

Damiana, remedio natural contra la impotencia

Al volver nuestros ojos a la vida natural, a la vida primitiva, al tratar de llevar una vida más acorde a las reglas de la Madre Naturaleza, muchos de nosotros hemos comenzado hace años a revalorizar el papel de la Plantas Medicinales, de la sabiduría que nos han legado los curadores primitivos: los Antiguos Chamanes que estudiaban las propiedades de cada elemento de la naturaleza buscando en ella las medicinas para nuestros males.

De la zona del Amazonas se conoce una planta cuyas virtudes fueron estudiadas por los etnobotánicos con gran precisión y que fue bautizada con el nombre de Damiana (Turnera Afrodisiaca).

 Esta planta es afrodisíaca y tónica, sus propiedades quedaron estampadas en el nombre latino que los botánicos le dieron. La Damiana actúa de manera rápida y efectiva sobre los centros nerviosos, con una acción tónica general y particularmente sexual estimulando además los riñones como diurética y la vejiga, y de inmediato los mismos órganos sexuales.

 Su principal indicación es la impotencia masculina pero actúa de manera superlativa también en la falta de deseo y el desinterés sexual en ambos sexos, lo que la hace muy útil en ciertas mujeres con tendencia a la aversión sexual, en ellas su efecto afrodisíaco es rápido, potente y seguro.

Propiedades de la damiana

 En su libro “Flora Colombiana” Santiago Cortés relata las hazañas terapéuticas que un médico francés, el  Dr. Chesnais de Romilly, realizó con esta planta:

 a) En la Albuminuria nefrítica producida por la repercusión del sarampión y la escarlatina los enfermos curan en 8 días con 3 gr. diarios de la Tintura Madre: la Digital esta contraindicada en este caso.

b) En la Albuminuria cardiaca se usan 8 gr. diarios.

c) En la impotencia masculina y frigidez femenina es suficiente una ingesta de 5 gr. media hora antes de la relación deseada.

 Más allá de las opiniones de este médico, la acción de la Damiana como tónico general y afrodisíaco ha sido comprobada en múltiples ocasiones.

La infusión de las hojas se hace con 10 gr. en agua hirviendo, es amarga y mucilaginosa y actúa rápidamente, en menos de 20 minutos.

Su acción se potencia cuando se asocia con la quina.

Parece un sueño que una planta tan poderosa pueda adquirirse en la humilde dietética del barrio, pero así es y por una suma muy modesta se pueden comprar directamente las hojas o hacer preparar una Tintura Madre.

 Se recomienda la toma diluida en un vaso de agua o mezclada con otra infusión para debilitar su sabor amargo. El extracto fluido es perfectamente tolerado y a las dosis indicadas no se le conocen contraindicaciones.

 Es una planta que genera una dosis de buen humor y deseo sexual; sólo resta probarla con la supervisión de quien conozca sus efectos- por aquellos que necesitan de sus extraordinarias virtudes.

La Damiana contiene arbutina, clorofila, aceites volátiles, resinas y taninos. También puede aliviar cefaleas y estimular el peristaltismo intestinal. Además de las formulaciones: infusión de sus hojas o Tintura Madre- también se puede preparar sobre la base del extracto seco, en forma de comprimidos, sola o con otros elementos naturales con similar función: guaraná, yohimbina, ginseng, ginkgo biloba, vitaminas, DHEA, Zinc y el aminoácido L-arginina –de importancia en el mecanismo erectivo-.

Una experiencia con la planta damiana

Nota del Dr. Sapetti: a partir del artículo del licenciado Litvinoff, publicado sobre la Damiana –hierba afrodisíaca-, en esta misma sección, este profesional nos hace llegar ahora un interesante testimonio de un paciente que, con exquisito sentido del erotismo y la creatividad, nos transmite claramente la experiencia de haberla utilizado.

 “Fuimos con mi pareja y compramos un frasco de Damiana TM  (Tintura Madre) que me indicó el profesional y, entre bromas y risas, nos dirigimos a mi casa. Era un día caluroso por lo cual picamos un poco de hielo y servimos la sustancia como si fuera una medida de Fernet sobre el hielo y le agregamos un poquito de miel para esconder el sabor un tanto amargo…. Lo bebimos lentamente… escuchando música en una atmósfera relajada y prendimos algunas velas para hacer el ambiente más agradable, más romántico.

Pronto la conversación se hizo más fácil y sentimos una hermosa sensación de bienestar y alegría que no obnubilaba para nada el resto de nuestros sentidos; la risa brotaba sin esfuerzo mientras nos desnudábamos y comenzábamos a acariciarnos con frenesí….

Las sensaciones eran claramente más nítidas, parecía como que el umbral de percepción sensorial de nuestros cuerpos se había relajado permitiendo que las sensaciones y   percepciones fuesen más completas y profundas, pero quiero destacar que nuestra mente percibía claramente el cambio, funcionaba normalmente sin ningún tipo de espejismos ni alucinación como los psicodélicos del tipo de cannabis o lisérgico…sólo las sensaciones eran un poco más vívidas, más eficaces, más perentorias…

Hicimos el amor con un sentimiento de alegría y felicidad que no me acuerdo haber vivido nunca. Ella estaba radiante: recuerdo haberla mirado largo rato mientras nos entregábamos al juego amoroso y seguí mirándola después de la penetración: su rostro resplandecía con una sonrisa de serenidad profunda y parecía gozar de una manera nueva… más intensa y sin embargo no se descontrolaba ni se agitaba, simplemente sonreía con toda su alma y disfrutaba con fruición de ese momento mágico. Había una mayor libertad para explorar zonas que nunca nos atrevimos a recorrer; sentía que ella no oponía resistencia a mis nuevas inquietudes, que se abría y se entregaba mansamente a la novedad… hasta que ella también empezó a participar creativamente de ese mundo nuevo.

Al llegar juntos al clímax vivencié una profundidad y una intensidad de la onda vibratoria que era desconocida para mí: fue algo sublime… deslumbrante…. las contracciones eran más profundas… más duraderas, en un momento creí que no terminaban nunca de estallar en mi cuerpo. Ella después me contó que había vivido algo similar.

Por último quiero agregar que pasé el resto del día con una sensación de alegría y bienestar interior que suavemente se fue instalando hasta que me fui a dormir a la noche, para levantarme al otro día fresco y relajado y con este hermoso recuerdo que espero repetir cuantas veces pueda a lo largo de mi vida.”

P. M., 53 años, Bs. As., Argentina 

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