Drenaje linfático: técnica de Vodder

El drenaje linfático es una de las más sutiles prácticas dentro de los masajes terapéuticos. En este curso aprenderás sus fundamentos

El  drenaje
linfático manual,  es una técnica que se caracteriza por movimientos suaves,
lentos,  circulares y de arrastre superficial  con especial atención al estimulo
intensivo de los  ganglios linfáticos.


El Dr. Emil Vodder,
al que se le debe el nombre de la técnica, dedicó años de su
vida junto con su
esposa la Dr. Estrid Vodder, a  perfeccionar una técnica que ayudara a movilizar
la linfa, canalizándola hacia los ganglios y así, recuperar y ayudar a pacientes
con enfermedades crónicas como sinusitis, y otras patologías.


Es así que en el año
de 1936 el Dr. Vodder, presenta  su técnica en París para la regeneración del
sistema linfático y los tejidos de la piel, siendo esta técnica tan aceptada,
que pronto, médicos, dentistas, terapeutas, enfermeras, esteticistas, etc., se
interesaron por la técnica y sus efectos, de ahí que se le conoce al Dr. Vodder
como el padre del drenaje linfático.

Consejos para el
terapeuta


La Técnica de
Drenaje Linfático es sin duda una de las más acogedoras y sutiles prácticas
dentro de la gama de masajes terapéuticos
,
es por esto que, recomiendo  a los lectores de este curso, investigar, estudiar,
practicar, buscar más información, ver videos, etc.  Ya que este es solo un
resumen detallado de la técnica.


Como en  toda
terapia de masajes, el terapeuta debe estar a gusto con su trabajo, debe
mantener una actitud positiva, no quejarse de asuntos personales, estar
concentrado en su paciente, tener la disposición para escucharlo y tener el
conocimiento para despejar posibles dudas que tenga el paciente.

Recomiendo hacer
algún tipo de práctica de superación personal y espiritual como yoga, tai- chi,
meditación, etc.


Mantener las manos
suaves, las uñas cortas, el cabello recogido en caso de llevarlo largo, cuidar
el mal aliento, no fumar, no beber alcohol antes de la sesión, para evitar
olores desagradables para el paciente, en general, un terapeuta debe estar
impecable en todo momento.

Es muy profesional
el uso de un mandil, ya que da al paciente la sensación de pulcritud, seguridad
y confianza frente al  terapeuta.


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