Todas
las situaciones que comprometan ese objetivo señalado más arriba, harán sonar
una alarma a la que cada sector del organismo responderá de una manera que le
es propia, cuya meta inmediata consiste en adaptar sus funciones a aquella nueva
condición.
Un
considerable caudal de
hormonas diversas y de neuro-transmisores (sustancias químicas
portadoras de mensajes provenientes del sistema nervioso), se vuelcan al
torrente sanguíneo y se distribuyen hacia los puntos clave donde se librará la
batalla por la defensa y la adaptación, haciendo que el corazón, los riñones,
el cerebro, las glándulas, los músculos y las vísceras se adecuen a la enorme
exigencia que se les hace y se dañen lo menos posible .
Si
todo lo que se pone en funcionamiento tiene éxito, se logra salir de la crisis
y las consecuencias para la salud son mínimas.
En
el caso de que las situaciones que lleven al
stress sean muy frecuentes y/o
intensas, las probabilidades de adaptación exitosa son menores y se comienzan a
evidenciar daños de mayor o menor significación, dependiendo de cuál fue el
órgano o sistema más afectado por el impacto.
El
ser humano, como ente dotado de sentimientos y de extraordinarias capacidades de
abstracción y razonamiento deductivo, interpone ante las situaciones
estresantes todo un abanico de respuestas emotivas, que se suman a las
respuestas orgánicas que habíamos mencionado.
Esta
circunstancia le otorga a la batalla un colorido dramático, y en situaciones límite
le confiere a los resultados una gravedad mayor, ya que al desgaste corporal se
suman estados de angustia, depresiones, o agresividad que terminan socavando el
rendimiento intelectual y afectivo.
Ante
todos estos hechos la Fito-terapia recurre a la Madre Naturaleza en busca de una
serie de plantas que tienen en sus componentes químicos sustancias capaces de
aplacar los síntomas tanto físicos como emocionales resultantes del stress, y
al mismo tiempo aumentar la capacidad de respuesta del cuerpo para una más rápida
recuperación.
A
este grupo de medicinas vegetales se les ha dado el nombre de Adaptógenos.
Los
adaptógenos comprenden básicamente 14 vegetales principales:
– Arándano
-Toronjil
-Yerba
gatera o menta de gatos
-Sello
de oro
-Flor
de tilo
-Hierba
de San Juan
-Cardo
Mariano
-Amla
o Amalaki
-Wu
wei zi
-Guarará
–
Bhangra
-Prímula
-Nimba
o Neem
-Skull
cap
Estas
hierbas medicinales administradas por separado o en combinación de varias de
ellas según el caso, se preparan a manera de tisanas o por decocción, y
gracias a la dosificación adecuada de cada una de ellas, se logran excelentes
resultados a corto plazo.
Referencias:
American
Journal of Health-System Pharmacy 1998- 1999.
Revista
Clín. Española 1999,Oct.
Lancet
1999 Aug;(9177).
Michelson 1996. N.
Engl.J Med, Vol 335.
National Institutes of Mental health(NIMH).
Patients with Major Depression. Relation to stress-System Neurohormonal
function.