Formulas “naturales” tradicionales para la caída del cabello

¿Funcionan o no funcionan?

El Aceite de Nuez,
es una formula que se basa en la aplicación superficial de una formula poco
agradable. Se prepara vertiendo 250 cl. de aceite de oliva, aproximadamente, en
un vaso y añadiendo 7 nueces peladas y troceadas. 
Se lo deja
reposar durante 7 días en un lugar fresco y seco, sin olvidar removerlo cada
noche. A partir del séptimo día, se untan los dedos en este aceite y se los
aplica en el cuero cabelludo con un ligero masaje. A las 3 horas, lavarse el
pelo, y repetir este masaje tres veces al mes. 

Otra forma parecida
es la del “Masaje con jugo de berros”, que se puede usar hasta dos veces por
semana y que se prepara licuando 100 gramos de berros y  pasando el jugo obtenido, directamente sobre
su cuero cabelludo. Se masajea bien la cabeza y se lo deja actuar durante 30
minutos. Después hay que enjuagar el cabello con un champú normal.  

El “Bálsamo de
cebolla” se hace hirviendo un litro de agua y añadiendo una cebolla pelada.
Cuando la cebolla esté blanda y el agua se haya reducido a la mitad, colar el
jugo resultante y ponerlo en un dosificador. Aplicar este bálsamo de cebolla
cada noche dando un ligero masaje y dejarlo actuar hasta el día siguiente.
Repetirlo durante 7 días y descansar otros 15 si tiene que repetir la
operación. 

El “Aguardiente
de quina” (1 g de corteza de quina de Brasil (polvo de quina), 1/2 l de
aguardiente de orujo, y 1 cucharadita de sal), se prepara volcando el
aguardiente en una botella, añadiendo la sal y 1 g de corteza de quina de
Brasil (de venta en droguerías, farmacias o herboristerías). Luego se cierra la
botella con un corcho y se deja 15 días en maceración, volteándolo cada día
para que los ingredientes queden bien mezclados.  

Una vez fabricada
la mezcla, empapar con la palma de la mano, la zona a tratar, masajear el cuero
cabelludo con las yemas de los dedos, friccionando firmemente para facilitar la
irrigación y la dilatación de los capilares y, así, permitir que se absorba el
preparado. Cuando se seca, repetir la aplicación volviendo a masajear con
firmeza, y seguir el tratamiento cada noche, durante cinco minutos, hasta
lograr detener la caída del pelo. 

Estas son algunas
formas naturales que surgen como posibles curas a la cura del cabello, pero en
muchas de ellas los efectos son dudosos. En ocasiones, el aroma que despiden
hace que las otras personas guarden la suficiente distancia como para no darse
cuenta de su verdadero problema capilar.

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