Estudios preliminares efectuados sobre cultivos celulares, en Ontario, Canadá,
han despertado asombro e interés en la comunidad científica, ya que se ha
demostrado la capacidad que poseen ciertos bioflavonoides
presentes en algunas
frutas cítricas, para inhibir el crecimiento de las células
del melanoma (tumor muy maligno de la piel).
Dicho estudio encontró que los flavonoides tangeretina, nobiletina
y 5-desmethyl-sinensetina,
son sumamente eficaces para limitar el crecimiento de una línea en particular
del melanoma.
Dichas sustancias se hallan en proporciones variables tanto en la cáscara (piel
exterior) como en la pulpa de las mandarinas y las naranjas amargas.
Actualmente se está estudiando de qué manera el cuerpo humano metaboliza dichos
productos y cuánto de ellos es capaz de aprovechar para la acción anti-tumoral.
El
d-limonene,
es un importante monoterpeno presente en los cítricos, y según estudios
encabezados por la USDA (Administración Nacional de Drogas de USA) ha demostrado
poseer una acción quimio-protectiva muy intensa especialmente para la prevención
de la aparición y desarrollo del carcinoma de células escamosas de la piel.
Este monoterpeno se halla en concentraciones importantes en la pulpa y la
cáscara de las naranjas, pomelos y limones.
Los estudios estadísticos llevados a cabo durante más de una década, muestran
evidencia sustancial de la correlación entre consumo de frutas cítricas y baja
incidencia de cáncer escamoso de piel.
El
consumo de la cáscara de las frutas cítricas es poco común entre algunas
sociedades occidentales, pero afortunadamente la divulgación de nuevos hábitos
de cocina que incluyen la utilización de la cocción de las cáscaras, facilita la
bio-disponibilidad de sus componentes dentro de la dieta diaria.
Otros beneficios quimio-preventivos incluyen la confirmada capacidad del d-limonene de
prevenir en un grado notable la aparición del cáncer de mamas y la largamente
conocida aptitud de los cítricos para disminuir el riesgo de sufrir enfermedades
cardio-vasculares.
Otros flavonoides, en especial la rutina, la quercetina y la
catekina, som potentes
antio-oxidantes, es decir que poseen una
acción anti peroxidación lipídica, pues
a)
reducen la formación de radicales libres en las membranas celulares, b) inhiben
el colesterol LDL, c) regeneran el colesterol LDL oxidado, y d) secuestran iones
metálicos capaces de actuar en procesos oxidativos( en especial el Cobre
iónico).
Aquellos mismos componentes de los cítricos, también poseen una activa
responsabilidad en los mecanismos anti-inflamatorios, al inhibir ciertas enzimas
tales como la ciclo-oxigenasa y la lipo-oxigenasa, las cuales son las culpables
de la oxidación del ácido araquidónico y de la producción de prostagalandinas y
leukotrienes en las membranas celulares ( todos ellos desencadenantes de la
mayor parte de los procesos inflamatorios).
Muchos de los mecanismos de inhibición enzimática a nivel de las membranas
celulares son los responsables de los efectos anti tumorales de las frutas
cítricas.
Como puede apreciarse, la Naturaleza es una fuente inagotable de sorpresas y de
obsequios para el mundo de la Ciencia y la Salud. En un tiempo no muy lejano
podremos apreciar los beneficios de muchos de los constituyentes íntimos de las
frutas cítricas, tanto en el campo de la Oncología clínica como en el de la
Cardiología y la Traumatología.
Referencias:
Bast, Haenen, Doelman.
Oxidants and Antioxidants: state of the art.
Am. J. Med 1991; 91:2S-13S.
Steinberg,Carew, Parthasarathy, et al. Beyond cholesterol.
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Ginter, The role of
Antioxidants in the Prevention of Tumors.
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