Cada letra minúscula del alfabeto posee significación especial que ayuda a la
comprensión profunda del inconsciente del escribiente: es la llave para penetrar
en su intimidad y profundizar en los rasgos de su personalidad.
Su
análisis nos permite saber cómo se desempeña el escribiente saber cómo se
desempeña el escribiente en el área que cada letra representa con sus
posibilidades, limitaciones, obsesiones o compensaciones.
La “e”
minúscula
es la manifestación más acabada de la forma en que el escribiente se relaciona
con los otros.
Nos habla de la necesidad de brindarse, de las contenciones o trabas, de la
forma en que se establecen o interrumpen los vínculos, de la calidez o frialdad
en los contactos, del grado de adaptación frente a las circunstancias que le
tocan vivir.
La
“e” pequeña
muestra el respeto por las normas sociales mientras que la
“e” agrandada
indica el deseo de contacto social que puede derivar en un comportamiento
invasor y egocéntrico (según el ambiente gráfico).
La
continuidad de la “e”
(si está ligada o no dentro de la misma palabra) habla del nivel de adaptación
y de la capacidad innata de sociabilidad del escribiente (dato muy útil en
ORIENTACIÓN VOCACIONAL y en SELECCIÓN DE PERSONAL).
Por ejemplo, si está
ligada al final pero desligada en la palabra
muestra una sociabilidad adquirida por necesidad pero que esconde una naturaleza
poco sociable.
Si, por el contrario, está
desligada al final pero ligada en la palabra
indica una sociabilidad innata que se ha perdido por hechos traumáticos,
decepciones o vivencias desgraciadas.
La
“e” dextrógira
(inclinada hacia la derecha) nos habla de la necesidad de contacto mientras que
la
“e” sinistrógira
(inclinada hacia la izquierda) indica contención y/o decepción por malas
experiencias que conducen al escribiente a una gran soledad.
La “e”
minúscula
nos brinda también
datos biográficos.
Por ejemplo, la “e”
inflada más alta que otras vocales del mismo escrito
habla de una necesidad exagerada de relacionarse para compensar un sentimiento
profundo de soledad sufrido en la infancia.
La
“e” nos brinda la posibilidad de conocer “la verdad” sobre las más aptitudes
de socialización del escribiente y sobre dificultades muy profundas que muchas
veces se intentan ocultar y/o disimular.