La Mujer es Flor, y después semilla potencial que permite la continuidad de la especie.
Vivimos en un mundo de fragmentación, un mundo racional y compartimentado, donde el cuerpo y el alma se hayan separados. Esto no se lo debemos a la Mujer, que siempre fue un puente de conexión con el cosmos.
En los antiguos matriarcados existía una concepción holística, una interrelación de las partes del yo con las del universo. Con los patriarcados se privó a la mujer de la Divinidad, y la diosa se transformó en Dios.
¿Qué papel tienen las Flores de Bach?
El punto de partida de las teorías filosóficas del Dr. Bach es la UNIDAD, el concepto holístico del ser, la conexión del microcosmos con el macrocosmos. Las Flores, con sus vibraciones, reconducen la personalidad, la integran, y nos vuelven estables en lo que somos.
Es nuestro Ser auténtico el que florece. Una Mujer en Flor, es una mujer que ha recuperado su intuición, su instinto y la conciencia de su poder como intermediaria de la Divinidad.
Los desequilibrios emocionales y su condensación material en el cuerpo (enfermedades) pueden desencadenarse por dos vías de acción, que son contrarias a la UNIDAD, y resultados de la SEPARACIÓN, segmentando nuestros cuerpos físico, mental, emocional y espiritual.
La primera de estas vías consiste en desobedecer los dictados de nuestro ser Superior, que no es otra cosa que nuestra parte trascendente e inmortal. Esto sucede cuando ignoramos nuestro instinto, intuición y conciencia (mensajeros del alma).
Somos como rayos de un GRAN SOL, y cada una de esas pequeñas proyecciones ha encarnado para aprender unas determinadas asignaturas, y si ignoramos cuáles son, se produce una disonancia, donde una parte del TODO no está vibrando al unísono.
Las mujeres y las flores de Bach
Algunas de nosotras hemos venido a aprender a través del Miedo, de la Incertidumbre, de la Soledad… que aunque parezcan obstáculos, en realidad son trampolines para nuestra evolución.
Las Esencias Florales están ahí para transmutar esas carencias de nuestra personalidad en Virtudes.
Así, nuestros miedos nos ayudarán a desarrollar nuestro valor, nuestras dudas, a perfeccionar nuestras certezas, etc…
La segunda vía de acción consiste en dañar o perjudicar con nuestros actos a esa UNIDAD (el prójimo), de tal forma que el mal en una de las partes, resonará en el Todo y también en nosotros.
Por todo ello, la Separación es un espejismo de la mente.
Según el Dr. Bach, todas las emociones humanas pueden englobarse en dos grandes grupos: el MIEDO y El AMOR.
El viaje a través de las Flores, es EL VIAJE DEL MIEDO AL AMOR.
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