Carta
enviada por un alcohólico:
“Los
alcohólicos somos básicamente alegres, joviales y eternos actores del no te
preocupes, aún cuando uno ya sea profundamente alcohólico, y es allí cuando
comienzan a manifestarse la depresión y el malhumor.
Alguien
una vez describió mi cara como un retrato de dolor con una mueca de sonrisa
agria y esto sirve para muchos alcohólicos que tratan de mantener una cara de
valor o firmeza y al mismo tiempo ser torturados por los problemas de la vida,
parecida a la máscara de un payaso con la sonrisa dibujada en el rostro sin que
nadie sepa qué es lo que fluye detrás de ella.”
Tanto
en alcohólicos como en drogadictos existe una fachada por mostrar, un rostro de
“está todo bien…”, aunque se trate personas en estado de desesperanza, o
que tratan de escapar de sus responsabilidades. También cuando existen
presiones que se tornan asfixiantes, buscan formas de animación o gratificación
ficticias.
El
remedio tipo para la mayoría de los alcohólicos será AGRIMONY, aunque cada
persona necesita ser cuidadosamente medicada por un profesional, pues de la
entrevista podría surgir la posibilidad de utilizar o agregar otros remedios.
Como
los Remedios Florales son preservados en Brandy, se cuestiona el hecho de darlo
a personas alcohólicas. Pero el colocar 2 gotas de Brandy en una preparación
no alterará el nivel de alcohol ya existente en el organismo y de todos modos
se puede reemplazar por jugos de frutas.
Adictos
a otras sustancias
Así
como ocurre con los alcohólicos, los
drogadictos también buscan formas de
escapismos y simulación. Para tratarlos con flores se debe en principio
definir:
1)
Cuáles fueron las razones que llevaron a la persona a consumir drogas la
primera vez:
–
El aburrimiento.
–
La incapacidad para encarar la realidad o responsabilidad.
–
Los miedos.
–
Las influencias externas.
–
El encontrarse al final de una sucesión de situaciones dramáticas.
–
La falta de control de sí mismo.
–
La preocupación.
–
La desesperanza.
2)
Cuál es el tipo de la persona a la que se le piensa suministrar la dosis:
–
Su personalidad.
–
El tipo de temperamento antes de necesitar la droga.
–
De qué modo solía reaccionar frente al estrés, la preocupación, el temor, la frustración, o lo que sea que crease el hábito.
Una
vez obtenidas las respuestas a estas preguntas, se habrá dado el primer paso
para iniciar el tratamiento, y lentamente la persona afectada retornará al
sendero natural de su recuperación.