Cardo, una planta con leyenda
Sus variedades y cualidades no son aprovechadas por una simple razón: se la menosprecia por creérsela una maleza.
VARIEDADES: Cardo borriquero, lechal, santo o bendito
El cardo lechal es ese tan decorativo que se ve a orilla de todas las rutas del país, y cuenta la leyenda que las nervaduras blancas de sus hojas se formaron con la leche de la Virgen Maria. Por eso también se llama Cardo Mariano.
Se une su leyenda al uso que, en la antigüedad, se le dio como”gran criador de leche para nodrizas” quien tomaban infusiones de sus hojas (“caldos lechosos”).
Sus frutos y semillas contienen principios que benefician al hígado y son utilizados en preparaciones farmacéuticas, luego de ser extraídos químicamente. En los desiertos, sus hojas jóvenes se convierten en manejares para los beduinos.
Tiene numerosas aplicaciones en medicina, aunque todavía no industrializadas por extracción directa del cardo. En Europa se lo cultiva con fines industriales, y desde tiempos remotos se lo utiliza como estimulante del apetito, diurético y antifebril.
COSMETOLOGICAMENTE…
Se utilizan sus semillas, contenidas en sus flores. Deben dejarse secar. Después agitándolas, se le extraen los pequeños granos que a su vez, se ponen a secar a la sombra.
Semillas de cardo, 5 g. (1 cucharaditas)
Agua hirviendo, 100 CC
Verter el agua hirviendo sobre las semillas y dejar en reposo de 2 a 3 horas. F
iltrar y utilizar las semillas, moliéndolas en un mortero.
Incorporarles 30 CC de vaselina.
Entibiar a baño de Maria y filtrar con una gasa doble.
Dejar enfriar.
Aplicar sobre manos de piel resquebrajada o engrosada, o luego de tareas en el jardín.
Cuando la piel esta muy afectada, usar hasta cuatro veces diarias. En caso leves, solo dos. Cubrir con una película y friccionar hasta la penetración completa.
Colocarse guantes.
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