Tanto
en combinación como por sí mismos, los antioxidantes proporcionan un manto de
cuidado contra las enfermedades de los ojos, incluyendo las cataratas.
En un estudio en 500 mujeres no diabéticas con cataratas, se encontró que la
vitamina C puede llegar a tener una significativa relación inversa con la
opacidad nuclear, un factor de las cataratas. Investigadores de Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos divulgaron que la vitamina C, la vitamina E o
un multivitamínico disminuyen el predominio de opacidades nucleares y el
predominio era incluso más bajo en las mujeres que habían tomado vitamina C
por 10 años o más.
No
todas las vitaminas y sus precursores son beneficiosas para todas las víctimas
de las cataratas. En un estudio de hace 12 años, que incluyó a 22.000 médicos
hombres, le fueron suministrados 50 gr. de betacaroteno o de placebo, día por
medio, y los resultados que en las personas sin factores de riesgo los
betacarotenos no aportaron beneficios.
Sin embargo, en fumadores, el betacaroteno sirvió para atenuar el riesgo de
cataratas en un 25 por ciento.
La
formación de las cataratas es resultado de la exposición de los ojos a la luz,
en particular a los rayos ultravioletas (UV). En experimentos de laboratorios
con animales, ratas con deficiencias de vitamina E y cinc fueron expuestas a
rayos UV-A y UV-B; en la investigación, los especialistas encontraron
deficiencias debidas al daño provocado por los rayos UV en la córnea y la
lente de las ratas.
Como
en el caso de la degeneración macular, la luteína tiene una alguna acción en
la prevención de las cataratas. La luteína solo demostró haber mejorado la
visión en aquellos que ya padecen cataratas. Los investigadores dividieron a 17
pacientes con cataratas en tres grupos dándole: 15g de luteína, 100g de
vitamina E y placebo, tres veces por semana durante dos años. Los niveles en
suero de luteína y de vitamina E aumentaron, aunque las diferencias estadísticas
en la mejora de la agudeza visual y sensibilidad comparadas a los niveles de
base, solo son observadas en el grupo de la luteína.
Los
suplementos de luteína pueden incrementar la densidad del pigmento macular, lo
que podría reducir los efectos de la aberración cromática y aumentar la
sensibilidad. El mejoramiento en la visión de los pacientes con suplemento de
luteína se puede relacionar con los efectos agudos y crónicos en la retina y
con el mantenimiento de la salud y de la integridad funcional de la retina y la
lente.
Además
de la luteína, otros carotenoides, e incluso flavonoides, han tenido efectos
contra las cataratas. Un carotenoide, el licopeno, demostró ayudar a aquellos
con cataratas inducida por diabetes, causada por la tensión osmótica junto con
un debilitamiento de los mecanismos de defensa antioxidante. Y un flavonoide, la
quercetina, tuvo efectos para inhibir la formación de cataratas diabética.
Otras
opciones, basadas en plantas medicinales, son el extracto de semilla de uva (GSE),
el ginkgo y el té verde. El GSE, suministrado a ratas con cataratas
hereditaria, previno significativamente y pospuso la formación de cataratas.
Esto sugiere que las procianidinas que contienen, y sus metabolitos
antioxidantes, previnieron la progresión en la formación de cataratas. Las procianidinas
moleculares más grandes en el GSE pudieron contribuir a esta actividad
anticataratas.
En
un estudio de la India, el ginkgo resultó útil para combatir la formación de
cataratas, por sus habilidades antioxidantes. Con un extracto EGb761, utilizado
en ratas en las que las cataratas fue inducida, se encontró que limpió fácilmente
los radicales reactivos del oxígeno y del nitrógeno, inhibiendo las
modificaciones oxidantes que ocurren a las proteínas. También se incorporó en
las células intactas y las protegió contra la tensión, y previno al ADN
nuclear de las roturas simples. En particular, el extracto retardó
significativamente el progreso del opacidad de la lente “in vivo”.
Para
la mejora de las cataratas, los polifenoles (productos químicos aromáticos)
del té verde pueden llegar a ser el pasajes para una visión más clara. En
experimentos con ratas, el té verde redujo la presencia de selenio en las
cataratas, causada por el estrés en la lente ocular.