Nombre científico:
Hammamelis virginica
Nombre vulgar:
Avellano, Avellano de la hechicera
Planta originaria de América del Norte, fue utilizada en el siglo XIX, por un
homeópata americano llamado Boericke, quien la introdujo en su práctica diaria y
en experimentaciones exhaustivas, comprobando su eficacia en trastornos
circulatorios venosos, hemorragias pasivas y de sangre oscura no importando su
ubicación, hematomas espontáneos debidos a alteraciones de la coagulación, y en
ciertos tipos de anemias.
Seguramente Boericke tuvo contacto con las antiguas referencias que los
indios estadounidenses hacían de ella, ponderando su efecto anti-hemorroidal.
Los pieles-rojas hacían uso del avellano para curar úlceras en las piernas tanto
de personas como de animales, haciendo un emplasto de barro, saliva y hammamelis.
Botánica
oculta:
desde tiempos inmemoriales la varita adivinatoria se hace del avellano
silvestre, cortando una rama a la salida del sol, cualquier día del mes de
junio.
En los escritos del Padre Kircher, estudioso de las ciencias botánicas
ocultas, en el siglo XIX, el mejor poder del avellano se obtenía recolectando la
planta en meses regidos por Mercurio.
La tintura de avellano silvestre
se prepara con corteza y hojas frescas, la maceración durante al menos veinte
días, fue comprobada homeopáticamente como la más eficaz para mejorar en
aplicaciones locales excoriaciones y equimosis (derrames de sangre) traumáticas.