Testosterona para la andropausia: ¿sí o no?

Los síntomas de la andropausia se deben a la disminución de los niveles de testosterona, pero los especialistas no se ponen de acuerdo sobre la conveniencia de una terapia de reemplazo hormonal en los hombres...

¿CUÁLES
SON LAS VENTAJAS?

No
hay duda que la administración de testosterona en los hombres con estados
verdaderos de deficiencia de esta hormona mejorará su salud y bienestar. Los síntomas
de la andropausia desaparecerán. 

Pero la impotencia -la
inhabilidad de sostener una erección- no responde bien a la terapia con testosterona, excepto
en los hombres con deficiencias severas de la
hormona.
Esto
abarca aproximadamente entre un 8 a 16% de los hombres que consultan por problemas de
disfunción eréctil. 
No existen pruebas de que administrar testosterona a los hombres que tienen niveles
bajos de la hormona mejorará
el funcionamiento sexual.

¿CUÁLES
SON LOS RIESGOS?

·       
Cáncer de próstata—
En
las autopsias realizadas a hombres mayores de 50 años se pudo observar células atípicas en
la próstata que parecen células cancerígenas. Por eso existe mucha preocupación entre los urólogos. Ya que al
aumentar los niveles de testosterona pueden llegar a activarse estas células y
resultar en un cáncer de
próstata. Por otra parte hay una prueba llamada PSA que todos los hombres mayores de 50 se deben realizar una vez por
año que es relativamente eficaz para detectar el cáncer temprano de próstata.
De todos modos, no hay evidencia en los estudios disponibles de que la terapia de reemplazo de
testosterona aumente el riesgo de cáncer de próstata.

·       
Enfermedades
cardíacas— Se piensa que el aumento de testosterona también
aumentaría los niveles de colesterol. Esto aumenta
el riesgo de enfermedades coronarias. Por ello, los hombres que utilizan suplementos de testosterona deben ser evaluados y chequeados periódicamente
por un cardiólogo.

·       
Enfermedades del
hígado— Los suplementos de testosterona ingeridos oralmente pueden dañar el
hígado. Puede hasta incluir cáncer de hígado, hepatitis y otras
enfermedades del hígado.

·       
Supresión de la
función glandular— Como principio general, siempre que se administre cualquier
hormona, la glándula que normalmente la produce deja de funcionar y la
recuperación puede ser variable. Los pacientes con niveles bajos de
testosterona podrían necesitar tratamiento de por vida si comienzan con el reemplazo
de testosterona.

Formas
de presentación y administración

1-
Píldoras


Metiltestosterona
– Testosterona en preparación oleosa

Mesterolona (Proviron) 25mg — less potent
(not available in the USA)

2-
Inyecciones

– Cipionato de
testosterona 
– Propionato de testosterona
– Enantato de testosterona

La
dosis usual es de 1cc inyectada semanalmente o cada dos semanas. Esta ruta de
administración elimina el riesgo del daño del hígado que se puede causar por la 
metil-testosterona, y el riesgo de aumento del colesterol causado por las medicaciones
orales. 
El problema es que los niveles de hormona fluctúan, y la administración
inadecuada.

3-
Preparaciones transdermales

4-
Implantes subdérmicos

Hace
algunos años los organismos de salud aprobaron el uso de los implantes
liberadores de
testosterona para el tratamiento de la deficiencia de hormonas sexuales
masculinas. 
Se colocan 6 u 8 “bolitas” debajo de la piel, que se disuelven lentamente durante aproximadamente tres o cuatro
meses. Esto proporciona un nivel normal y estable de testosterona

El
procedimiento de implante consiste en una incisión pequeña a través de la cual
se insertan un trocar y una cánula. Las bolitas se insertan a través de la
cánula y entonces esta se retira.  La
incisión se cierra y se le aplica presión hasta parar la sangre y el área se
cubre con una preparación especial. No se han reportado hasta el momento efectos secundario con
este procedimiento.

Los
requisitos para utilizar estas bolitas incluyen:

·       
Buena salud

·       
Ninguna evidencia de
enfermedades cardíacas

·       
Nivel de colesterol
normal

·       
Nivel normal de PSA

·       
Examen normal de
próstata, sin antecedentes de enfermedades de la próstata.