¿Qué es el cáncer de cuello uterino?
Condiciones precancerosas y cáncer del cuello del útero
Tratamiento de condiciones precancerosas
Tratamiento del cáncer de
cuello uterino
Seguimiento y control posterior
El
cuello uterino es la parte inferior, estrecha, del útero. El útero, un órgano
hueco, en forma de pera, está ubicado en el abdomen inferior de la mujer,
entre la vejiga y el recto. El cuello del útero forma un canal que
desemboca en la vagina, la cual conduce al exterior del cuerpo.
El
cáncer es un grupo de muchas enfermedades relacionadas. Estas enfermedades
empiezan en la célula, la unidad básica de vida del cuerpo. Las células tienen
muchas funciones importantes en todo el cuerpo. Normalmente, las células crecen
y se dividen para formar nuevas células en forma ordenada. Ellas llevan a cabo
sus funciones por un tiempo y luego mueren. Este proceso ayuda al cuerpo a
mantenerse sano. Algunas veces, sin embargo, las células no mueren. Al
contrario, siguen dividiéndose y creando células nuevas que el cuerpo no
necesita. Estas células que no son necesarias forman masas de tejidos
adicionales, lo que se dice un crecimiento o tumor. Los tumores pueden
ser benignos o malignos.
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Los tumores benignos no son cáncer. Generalmente se pueden operar y, en la
mayoría de los casos, no vuelven a aparecer. Pero, lo más importante es que
las células de los tumores benignos no invaden otros tejidos y no se esparcen
a otras partes del cuerpo. Los tumores benignos no son una amenaza para la
vida. Los pólipos, quistes y verrugas genitales son tipos de
crecimientos benignos del cuello uterino. -
Los tumores malignos son cáncer. Las células de estos tumores son anormales.
Estas células se dividen sin control y sin orden, y no mueren. Pueden invadir
y dañar tejidos y órganos cercanos. Las células cancerosas pueden también
desprenderse de un tumor maligno y entrar en el torrente de la sangre y del
sistema linfático. Así es como el cáncer del cuello del útero se disemina
a otras partes del cuerpo, tales como a los ganglios linfáticos
cercanos, al recto, a la vejiga, a los huesos de la columna y a los pulmones.
Cuando el cáncer se esparce, se le llama metástasis.
¿Qué es el cáncer de cuello uterino?
El
cáncer del cuello uterino también se llama cáncer cervical. Como sucede con la
mayoría de los cánceres, se les da el nombre por la parte del cuerpo en donde
empiezan. Los cánceres del cuello del útero también se llaman de acuerdo al tipo
de células en donde empezaron. La mayoría de los cánceres del cuello del útero
son carcinomas de células escamosas.
Las células escamosas son delgadas,
planas, y forman la superficie del cuello uterino. Cuando el cáncer se disemina
a otras partes del cuerpo, el tumor nuevo tiene la misma clase de células
anormales y el mismo nombre que el cáncer original (primario). Por ejemplo, si
el cáncer cervical se disemina a los huesos, las células cancerosas en los
huesos son células cancerosas del cuello del útero. La enfermedad se llama
cáncer cervical metastásico (no es cáncer óseo).
NOTA: El cáncer del cuello uterino es diferente del cáncer que empieza en otras
partes del útero y requiere un tratamiento diferente. El tipo más común de
cáncer del útero empieza en el endometrio, el revestimiento del órgano.
Condiciones precancerosas y cáncer del cuello del útero
Las células de la superficie del cuello del útero algunas veces aparecen
anormales pero no cancerosas. Los científicos creen que algunos cambios
anormales en las células del cuello del útero son el primer paso en una serie de
cambios lentos que pueden conducir al cáncer años más tarde. O sea, algunos
cambios anormales son precancerosos; pueden hacerse cancerosos con el
tiempo.
Al
pasar de los años, los médicos han usado términos diferentes para referirse a
cambios anormales en las células de la superficie del cuello uterino. Un término
que se usa ahora es el de lesión intraepitelial escamosa, SIL por
sus siglas en inglés (la palabra lesión se refiere a un área de tejido
anormal; intraepitelial significa que las células anormales están
presentes sólo en la capa de la superficie de las células). Los cambios en las
células se pueden dividir en dos categorías:
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Lesión intraepitelial escamosa de grado leve se refiere a cambios precoces en
el tamaño, forma y número de células que forman la superficie del cuello
uterino. Algunas lesiones de grado leve desaparecen por sí mismas. Sin
embargo, con el tiempo, otras lesiones pueden hacerse más grandes o hacerse
más anormales, formando una lesión de grado grave (vea más adelante). Las
lesiones precancerosas de grado leve también se llaman displasia leve o
neoplasia intraepitelial cervical l (CIN 1, por sus siglas en inglés).
Tales cambios precoces en el cérvix ocurren con más frecuencia en mujeres de
25 a 35 años de edad pero pueden aparecer en otros grupos de edad también.
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La lesión intraepitelial escamosa de grado grave significa que hay un gran
número de células precancerosas; se ven muy diferentes de las células
normales. Del mismo modo que las lesiones intraepiteliales escamosas de grado
leve, estos cambios precancerosos implican sólo células en la superficie del
cuello del útero. Las células no se harán cancerosas y no invadirán las capas
más profundas del cérvix por muchos meses, tal vez años. Las lesiones
intraepiteliales escamosas también se llaman displasia moderada o severa, CIN
2 ó 3, o bien carcinoma in situ. Estas lesiones se presentan con más
frecuencia en mujeres de 30 a 40 años de edad pero pueden aparecer en otros
grupos de edad también. -
Si las células anormales se diseminan con más profundidad dentro del cuello
del útero o a otros tejidos u órganos, la enfermedad se llama entonces cáncer
cervical o cáncer cervical invasor. Ocurre con más frecuencia en mujeres de
más de 40 años de edad.
Si
todas las mujeres tuvieran exámenes de la pelvis y pruebas de Pap,
(abreviación de Papanicolaou) con regularidad, se detectarían la mayoría de las
condiciones precancerosas y se tratarían antes de que se desarrollara el cáncer.
De esa forma, se podrían prevenir la mayoría de los cánceres invasores.
Cualquier cáncer invasor que se presenta ahora, habría sido encontrado en una
etapa temprana, curable.
En
un examen de la pelvis, el médico examina el útero, la vagina, los ovarios,
las trompas de Falopio, la vejiga y el recto. El médico siente estos
órganos buscando cualquier anormalidad en su forma o tamaño. Se usa un
espéculo para ensanchar la vagina, para que el médico pueda ver la parte
superior de la vagina y el cuello del útero o cérvix.
La
prueba de Pap es una prueba sencilla, sin dolor, para detectar células anormales
en el cuello uterino o en su derredor. La mujer deberá presentarse para esta
prueba cuando no esté menstruando; el mejor tiempo es entre 10 y 20 días después
del primer día de su período menstrual. Dos días antes de la prueba de Pap, ella
deberá evitar hacerse lavados vaginales o usar espumas, cremas o lubricantes
espermicidas, o medicinas para la vagina (a excepción de lo que ordene el
médico), lo cual podría lavar u ocultar cualquier célula anormal. Una prueba de
Pap se puede hacer en el consultorio del médico o en una clínica de salud. Se
usa un raspador de madera (espátula) y un cepillo pequeño para recoger una
muestra de células del cuello del útero y de la parte superior de la vagina. Las
células se colocan en un portaobjetos de vidrio que se envía al laboratorio
médico para que se examine si hay cambios anormales.
La
forma como se describen los resultados de la prueba de Pap está cambiando. El
método más nuevo es el Sistema Bethesda. Los cambios se describen como lesión
intraepitelial escamosa de grado leve o de grado grave. Muchos médicos piensan
que el Sistema Bethesda proporciona información más útil que el sistema
anterior, el cual usa números que van de clase 1 a clase 5. (En la clase 1, las
células en la muestra son normales, mientras que la clase 5 se refiere a cáncer
invasor). Las mujeres deben pedir al médico que explique el sistema usado en su
prueba de Pap.
Las mujeres deben hacerse examinar regularmente, incluyendo un examen de la
pelvis y una prueba de Pap, si son activas sexualmente o lo han sido, o si
tienen 18 años o más. Las que tengan un riesgo mayor de desarrollar cáncer del
cuello del útero deben tener cuidado especial en seguir la recomendación de su
médico en cuanto a los exámenes. Las mujeres que han tenido una histerectomía
(cirugía para quitar el útero, incluyendo el cérvix) deben pedir el consejo del
médico acerca de la frecuencia de los exámenes pélvicos y las pruebas de Pap.
Los cambios precancerosos del cuello del útero o cérvix generalmente no causan
dolor. De hecho, generalmente no causan síntoma alguno y no se detectan al menos
que la mujer tenga un examen pélvico y una prueba de Pap.
Los síntomas generalmente no aparecen hasta que las células cervicales anormales
se hacen cancerosas e invaden el tejido cercano. Cuando esto sucede, el síntoma
más común es un sangrado anormal. El sangrado puede comenzar y detenerse entre
períodos menstruales regulares o puede ocurrir después de relaciones sexuales,
de lavado vaginal o de un examen pélvico. El sangrado menstrual puede durar más
tiempo y ser más abundante que de costumbre.
El sangrado después de la
menopausia también puede ser un síntoma de cáncer cervical. Una mayor
secreción vaginal es otro síntoma de cáncer cervical. Estos síntomas pueden ser
causados por cáncer o por otros problemas de salud. Sólo un médico puede
determinarlo con seguridad. Es importante que la mujer vea al médico si ella
tiene alguno de estos síntomas.
El
examen pélvico y la prueba de Pap permiten al médico detectar los cambios
anormales en el cérvix. Si estos exámenes muestran que hay presente una
infección, el médico trata la infección y después de un tiempo repite la prueba
de Pap. Si el examen o la prueba de Pap sugieren algo más que una infección, el
médico puede repetir la prueba de Pap y hacer otras pruebas para encontrar el
problema.
La
colposcopia es un método usado ampliamente para examinar el cuello del
útero para áreas anormales. El médico aplica una solución como de vinagre al
cérvix y luego usa un instrumento que parece un microscopio (llamado colposcopio)
para mirar de cerca el cérvix.
El médico puede entonces cubrir el cuello uterino
con una capa de solución de yodo (un procedimiento que se llama prueba de
Schiller). Las células sanas adquieren un color café; las células anormales
adquieren un color blanco o amarillo. Estos procedimientos pueden hacerse en el
consultorio del médico. Es posible que el médico quite una pequeña cantidad de
tejido cervical para que sea examinado por un patólogo.
Este
procedimiento se llama biopsia. En un tipo de biopsia, el médico remueve
pedazos pequeños de tejido cervical mediante un instrumento que pellizca el
tejido. Otro método usado para obtener una biopsia se llama procedimiento de
excisión electroquirúrgica con asa (LEEP por sus siglas en inglés). En este
procedimiento, el médico usa un aro de alambre eléctrico para rebanar un pedazo
delgado y redondo de tejido. Estos tipos de biopsias se pueden hacer en el
consultorio del médico usando anestesia local.
El
médico también podría revisar dentro de la abertura del cérvix, un área que no
se puede ver durante la colposcopia. En un procedimiento llamado curetaje
endocervical (ECC por sus siglas en inglés), el médico usa una cureta (un
instrumento pequeño en forma de cuchara) para raspar el tejido dentro de la
abertura cervical.
Estos procedimientos para remover tejido pueden causar algo de sangrado u otra
secreción. Sin embargo, la curación ocurre generalmente pronto. Algunas mujeres
también experimentan con frecuencia algo de dolor semejante a los calambres
menstruales, lo cual se puede aliviar con medicina.
Estas pruebas pueden no mostrar con seguridad si las células anormales se
encuentran sólo en la superficie del cérvix. En ese caso, el médico removerá
entonces una muestra más grande de tejido en forma de cono. Este procedimiento,
llamado conización o biopsia de cono, permite que el patólogo vea si las
células anormales han invadido el tejido debajo de la superficie del cérvix. La
conización también se puede usar como tratamiento para una lesión precancerosa
si se puede quitar toda el área anormal. Este procedimiento requiere ya sea
anestesia local o general y se puede hacer en el consultorio del médico o en el
hospital.
En
unos pocos casos, es posible que no esté claro si una prueba anormal de Pap o
los síntomas de una mujer son causados por problemas en el cérvix o en el
endometrio (revestimiento del útero). En esta situación, el médico puede
hacer una dilatación y curetaje. El médico extiende la abertura del
cérvix y usa una cureta para raspar tejido del revestimiento del útero así como
del canal cervical. Como la conización, este procedimiento requiere de anestesia
local o general y puede hacerse en el consultorio del médico o en el hospital.
Tratamiento de condiciones precancerosas
El
tratamiento de una lesión del cérvix depende de varios factores. Es decir, si la
lesión es de grado leve o grave, si la mujer desea tener hijos en el futuro, la
edad y salud en general de la mujer, y la preferencia de la mujer y de su
médico. Una mujer con una lesión de grado leve puede no necesitar un tratamiento
ulterior, especialmente si el área anormal fue removida completamente durante la
biopsia, pero ella debe hacerse pruebas de Pap y exámenes pélvicos con
regularidad.
Cuando una lesión precancerosa requiere de tratamiento, el médico
puede usar criocirugía (congelamiento), cauterización (mediante
calor, llamada también diatermia), o cirugía con rayo láser para
destruir el área anormal sin dañar el tejido sano del derredor. El médico puede
también remover el tejido anormal por medio de excisión electroquirúrgica con
asa o de conización. El tratamiento de lesiones precancerosas puede causar
calambres u otro dolor, sangrado o una secreción acuosa.
En
algunos casos, la mujer puede tener una histerectomía especialmente si se
encuentran células anormales dentro de la abertura del cérvix. Esta cirugía es
más probable que se haga cuando la mujer no quiera tener hijos en el futuro.
Tratamiento del cáncer del cuello uterino
Estadificación
La
selección del tratamiento para cáncer cervical depende del lugar y tamaño del
tumor, de la extensión de la enfermedad, la edad y salud en general de la mujer,
y de otros factores. La estadificación (de estadios, fases o etapas de
una enfermedad) es un intento cuidadoso de descubrir si el cáncer se ha
diseminado y, si es así, cuáles son las partes del cuerpo afectadas.
Generalmente se hacen pruebas de sangre y de orina. El médico puede también
hacer un examen pélvico detallado en la sala de operaciones con la paciente bajo
anestesia.
Durante este examen, el médico puede hacer los procedimientos
llamados cistoscopia y proctosigmoidoscopia. En la cistoscopia, el
médico ve dentro de la vejiga con un instrumento delgado, iluminado. La
proctosigmoidoscopia es un procedimiento en el cual un instrumento iluminado se
usa para revisar el recto y la parte inferior del intestino grueso. Ya que el
cáncer cervical puede diseminarse a la vejiga, al recto, a los ganglios
linfáticos o a los pulmones, el médico puede también ordenar rayos-X o
pruebas para revisar estas áreas. Por ejemplo, la mujer puede tener una serie de
rayos-X de los riñones y de la vejiga llamada pielografía intravenosa.
Es
posible que el médico revise también los intestinos y el recto usando un
enema de bario. Para buscar ganglios linfáticos que puedan estar agrandados
porque contienen células cancerosas, el médico puede ordenar una tomografía
computadorizada o tomografía axial computadorizada (TAC), una serie
de rayos-X puestas en orden por una computadora para hacer imágenes detalladas
de áreas internas del cuerpo. Otros procedimientos que pueden usarse para
revisar los órganos dentro del cuerpo son la ecografía y el sistema de
imágenes por resonancia nuclear magnética.
Obtención de una segunda opinión
Antes de empezar el tratamiento, la paciente puede querer que un segundo
patólogo revise el diagnóstico y que otro especialista revise el plan de
tratamiento. Algunas compañías de seguro requieren una segunda opinión; otras
pueden cubrir una segunda opinión si la paciente la solicita. Se puede llevar de
una a dos semanas para arreglar una segunda opinión. Este corto retraso no
reducirá las posibilidades de que el tratamiento tenga éxito. Hay varias formas
de encontrar a un médico que pueda dar una segunda opinión:
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El médico de la paciente puede sugerir patólogos y especialistas para
consultar. -
El Servicio de Información sobre el Cáncer, en el teléfono 1–800–4–CANCER,
puede informar a los que llaman sobre establecimientos de tratamiento,
incluyendo centros para cáncer y otros programas apoyados por el Instituto
Nacional del Cáncer. -
Las mujeres pueden obtener los nombres de especialistas de la asociación
médica de su localidad, de un hospital cercano o de una escuela de medicina.
Preparación para el tratamiento
La
mayoría de las mujeres con cáncer cervical quieren saber lo más posible acerca
de su enfermedad y sobre las opciones de tratamiento, ya que así pueden tener
una parte activa en las decisiones acerca de su cuidado médico. Los médicos y
las otras personas del equipo médico pueden ayudar a las mujeres al explicarles
lo que ellas quieren saber.
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Métodos de tratamiento
Con mayor frecuencia, el tratamiento para cáncer del cérvix comprende cirugía
y radioterapia. Algunas veces se usa la quimioterapia o la
terapia biológica. Las pacientes son tratadas a menudo por un equipo de
especialistas. El equipo puede incluir a oncólogos ginecólogos y
oncólogos radiólogos. Los médicos pueden decidirse a usar un método de
tratamiento o una combinación de métodos. Algunas pacientes toman parte en
estudios clínicos (estudios de investigación) que usan nuevos métodos de
tratamiento. Tales estudios están diseñados para mejorar el tratamiento del
cáncer.
La
cirugía es terapia local para remover tejido anormal en el cérvix o cerca
de él. Si el cáncer está sólo en la superficie del cuello uterino, el médico
puede destruir las células cancerosas en forma semejante a los métodos usados
para tratar lesiones precancerosas. Si la enfermedad ha invadido capas más
profundas del cérvix pero no se ha diseminado más allá del cérvix, el médico
puede llevar a cabo una operación para extirpar el tumor pero deja el útero y
los ovarios. En otros casos, sin embargo, una mujer puede necesitar que se le
haga una histerectomía o puede escoger tener esta operación, especialmente si no
tiene planes de tener hijos en el futuro. En este procedimiento, el médico
remueve todo el útero, incluyendo el cérvix; algunas veces también se remueven
los ovarios y las trompas de Falopio. Además, el médico puede quitar los
ganglios linfáticos que están cerca del útero para saber si el cáncer se ha
extendido a estos órganos.
La
terapia con radiación (también llamada radioterapia) usa rayos de alta energía
para dañar las células cancerosas y detener su crecimiento. Como la cirugía, la
radioterapia es terapia local; la radiación puede afectar células cancerosas
sólo en el área tratada. La radiación puede proceder de una máquina grande
(radiación externa) o de materiales radioactivos colocados directamente dentro
del cérvix (radiación de implante). Algunas pacientes reciben ambos tipos de
radioterapia.
La
mujer que recibe radioterapia externa va al hospital o clínica cada día para
tratamiento.
Generalmente los tratamientos se administran 5 días a la semana por 5 o 6
semanas. Al final de ese tiempo, a menudo se aplica una concentración extra de
radiación al sitio del tumor.
Para radiación interna o de implante, se coloca directamente en el cérvix una
cápsula que contiene material radioactivo. El implante pone los rayos que matan
el cáncer cerca del tumor mientras conserva casi todo el tejido sano que está a
su alrededor. Generalmente se deja en el sitio de uno a tres días y el
tratamiento puede ser repetido varias veces durante el transcurso de 1 a 2
semanas. La paciente permanece en el hospital mientras los implantes están
colocados.
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La
quimioterapia es el uso de fármacos para matar las células cancerosas. Con más
frecuencia, se usa cuando el cáncer del cuello del útero se ha diseminado a
otras partes del cuerpo. El médico podría usar sólo un fármaco o una combinación
de fármacos.
Los fármacos anticancerosos usados para tratar el cáncer cervical pueden ser
dados por inyección en la vena o por la boca. De cualquier forma, la
quimioterapia es un tratamiento sistémico, lo cual significa que los
fármacos fluyen por el cuerpo en el torrente sanguíneo.
La
quimioterapia se da en ciclos: un período de tratamiento seguido de un período
de recuperación, luego otro período de tratamiento y así sucesivamente. La
mayoría de las pacientes tienen quimioterapia como pacientes ambulatorias (en el
hospital, en la oficina del médico o en casa). Dependiendo del tipo de fármacos
dados y de la salud general de la mujer, sin embargo, ella podría necesitar
permanecer en el hospital durante su tratamiento.
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La
terapia biológica es un tratamiento que usa sustancias para mejorar la forma
como el sistema inmune del cuerpo combate la enfermedad. Podría usarse para
tratar el cáncer que se ha diseminado desde el cérvix a otras partes del cuerpo.
El interferón es la forma más común de terapia biológica para esta
enfermedad; se puede usar en combinación con quimioterapia. La mayoría de las
pacientes que reciben interferón son tratadas como pacientes ambulatorias.
Estudios clínicos
Algunas mujeres con cáncer del cuello uterino son tratadas en estudios clínicos.
Los médicos conducen estudios clínicos para determinar si un tratamiento nuevo
es seguro y efectivo, y para responder cuestiones científicas. Las mujeres que
toman parte en estos estudios pueden ser las primeras en recibir tratamientos
que han mostrado prometer en las investigaciones de laboratorio. Algunas
pacientes pueden recibir el nuevo tratamiento mientras que otras reciben el
enfoque estándar. De esta forma, los médicos pueden comparar terapias
diferentes. Las pacientes que toman parte en un estudio hacen una contribución
muy importante a la ciencia médica y pueden tener la primera oportunidad de
beneficiarse de mejores métodos de tratamiento.
Efectos secundarios del tratamiento
Es
difícil limitar los efectos de la terapia de tal forma que sólo las células
cancerosas sean extirpadas o destruidas. Ya que el tratamiento también daña
células y tejidos sanos, con frecuencia causa efectos secundarios desagradables.
Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer dependen principalmente del
tipo y extensión del tratamiento. También, cada paciente reacciona en forma
diferente. Los médicos y enfermeras pueden explicar los efectos secundarios
posibles del tratamiento, y pueden ayudar a aliviar los síntomas que puedan
ocurrir durante y después del tratamiento. Es importante hacer saber al médico
si ocurren algunos efectos secundarios.
Cirugía
Los métodos para remover o destruir pequeños cánceres en la superficie del
cérvix son semejantes a los usados para tratar lesiones precancerosas
mencionadas anteriormente. El tratamiento puede causar calambres u otro dolor,
sangrado o una secreción acuosa.
La
histerectomía es cirugía mayor. Por algunos días después de la operación, la
mujer puede sentir dolor en la parte inferior del abdomen. El médico puede
ordenar medicina para controlar el dolor. La mujer puede tener dificultad para
vaciar su vejiga y es posible que necesite que se inserte un catéter en
la vejiga para drenar la orina por algunos días después de la cirugía. Tal vez
ella tenga problemas también para evacuar el intestino en forma normal. Por un
período de tiempo después de la cirugía, las actividades de la mujer se deberán
limitar para dar lugar a la curación. Las actividades normales, incluyendo las
relaciones sexuales, generalmente se pueden reanudar en 4 u 8 semanas.
Las mujeres a las que se les ha removido el útero ya no tienen períodos
menstruales. Sin embargo, el deseo sexual y la capacidad para tener relaciones
sexuales generalmente no se afectan por la histerectomía. Por otra parte, muchas
mujeres pasan por un tiempo difícil emocionalmente después de esta cirugía. La
visión de la mujer de su propia sexualidad puede cambiar, y ella puede sentir
una pérdida emocional porque ya no puede tener hijos. En este momento, es
importante un compañero que comprenda. Las mujeres querrán discutir estos
asuntos con el médico, la enfermera, la asistente social médica o algún
sacerdote.
Radioterapia
Es
posible que las pacientes se sientan muy cansadas durante la radioterapia,
especialmente en las últimas semanas del tratamiento. El descanso es importante,
pero los médicos aconsejan generalmente a las pacientes que traten de permanecer
tan activas como sea posible.
Con radiación externa, es común perder el pelo en el área tratada y que la piel
se ponga roja, seca, sensible y que sienta comezón. Es posible que haya un
oscurecimiento permanente o “bronceado” de la piel en el área tratada. Esta área
deberá exponerse al aire siempre que sea posible pero se deberá proteger del
sol, y las pacientes deberán evitar usar ropa que roce el área tratada. Se
mostrará a las pacientes cómo mantener el área limpia. No deberán usar loción o
crema en su piel sin la autorización del médico.
Generalmente se recomienda a las mujeres que no tengan relaciones sexuales
durante la radioterapia o mientras el implante esté colocado. Sin embargo, la
mayoría de las mujeres pueden tener relaciones sexuales unas semanas después de
que termine el tratamiento. Algunas veces, después del tratamiento, la vagina se
hace más estrecha y menos flexible, y las relaciones sexuales pueden ser
dolorosas. Es posible que se enseñe a las pacientes a usar un dilatador
así como un lubricante a base de agua para ayudar a que estos problemas
sean mínimos.
Las pacientes que reciben radioterapia externa o interna también pueden tener
diarrea y micción frecuente e incómoda. El médico puede dar sugerencias u
ordenar medicinas para controlar estos problemas.
Quimioterapia
Los efectos secundarios de la quimioterapia dependen principalmente de los
fármacos y de las dosis que reciba la paciente. Además, como con otros tipos de
tratamiento, los efectos secundarios varían de persona a persona. Generalmente,
los fármacos anticáncer afectan las células que se dividen con rapidez. En estas
se incluyen las células de la sangre, las cuales combaten las infecciones,
ayudan a que la sangre se coagule, o llevan oxígeno a todas las partes del
cuerpo.
Cuando las células de la sangre son afectadas por los fármacos anticáncer, las pacientes tienen más probabilidad de contraer infecciones;
pueden magullarse o sangrar fácilmente y pueden tener menos energía. Las células
de las raíces del pelo y las células que forran el tracto digestivo también se
dividen con rapidez. Cuando la quimioterapia afecta estas células, las pacientes
pueden perder su pelo y pueden tener otros efectos secundarios, como apetito
escaso, nauseas, vómitos o llagas en la boca. El médico puede dar medicina para
ayudar con los efectos secundarios. Los efectos secundarios desaparecen
gradualmente durante los períodos de recuperación entre los tratamientos o
después de que haya terminado el tratamiento.
Terapia biológica
Los efectos secundarios causados por las terapias biológicas varían con el tipo
de tratamiento que recibe la paciente. Estos tratamientos pueden causar síntomas
como de gripe tales como escalofríos, fiebre, dolor muscular, debilidad, pérdida
del apetito, nauseas, vómitos y diarrea. Algunas veces, las pacientes tienen
erupciones en la piel y es posible que sangren o se magullen con facilidad.
Estos problemas pueden ser serios, pero desaparecen gradualmente después de que
se detiene el tratamiento.
Nutrición para pacientes con cáncer
Algunas pacientes encuentran difícil comer bien durante el tratamiento del
cáncer. Es posible que pierdan el apetito. Además de la pérdida del apetito, los
efectos secundarios comunes del tratamiento, como las nauseas, vómitos o llagas
de la boca pueden hacer difícil el comer. Para algunas pacientes, la comida sabe
diferente. También, algunas personas no se sienten con ganas de comer cuando
están incomodas o cansadas.
Comer bien durante el tratamiento del cáncer significa tomar suficientes
calorías y proteínas para ayudar a prevenir la pérdida de peso y recuperar las
fuerzas. Las pacientes que comen bien con frecuencia se sienten mejor y tienen
más energía. Además, pueden ser más capaces de controlar los efectos secundarios
del tratamiento.
Los médicos, las enfermeras y dietistas pueden ofrecer consejos para comer
sanamente durante el tratamiento de cáncer.
Seguimiento y control posterior
Los exámenes regulares consecutivos, incluyendo el examen pélvico, prueba de Pap
y otras pruebas de laboratorio, son muy importantes para cualquier mujer que
haya sido tratada por cambios precancerosos o por cáncer del cérvix. El médico
hará estas pruebas y exámenes con frecuencia por varios años para buscar
cualquier signo de que la condición haya regresado.
El
tratamiento del cáncer puede causar efectos secundarios muchos años después. Por
esta razón, las pacientes deben continuar teniendo chequeos regulares y deben
informar de cualquier problema de la salud que aparezca.
La
perspectiva para mujeres con cambios precancerosos del cuello del útero o cáncer
muy precoz del cérvix es excelente; casi todas las pacientes con estas
condiciones se pueden curar. Los investigadores continúan la búsqueda de formas
nuevas y mejores de tratar el cáncer cervical invasor.
Las pacientes y sus familias se preocupan naturalmente por lo que el futuro
reserva para ellas. Algunas veces las pacientes usan estadísticas para tratar de
calcular su probabilidad de curarse. Es importante recordar, sin embargo, que
las estadísticas son promedios basados en gran número de pacientes. No se pueden
usar para predecir lo que le sucederá a una mujer en particular, porque no hay
dos pacientes iguales; los tratamientos y las respuestas a ellos varían
considerablemente. El médico que atiende a la paciente y sabe su historial
médico está en mejor posición para hablar con ella sobre sus posibilidades de
recuperación (pronóstico).
Los médicos hablan con frecuencia de sobrevivir al cáncer o usan el término
remisión más bien que curación. Aunque muchas mujeres con cáncer del cuello
uterino se recuperan completamente, los médicos usan estos términos porque la
enfermedad puede recurrir. (El regreso del cáncer se dice una
recurrencia).
Al
estudiar un gran número de mujeres en todo el mundo, los investigadores han
identificado ciertos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de
que las células en el cuello uterino se hagan anormales o cancerosas. Piensan
que, en muchos casos, el cáncer cervical se desarrolla cuando dos o más factores
de riesgo actúan juntos.
La
investigación ha mostrado que las mujeres que empezaron a tener relaciones
sexuales antes de los 18 años de edad y las mujeres que han tenido muchas
parejas sexuales tienen un riesgo mayor de desarrollar cáncer cervical. Las
mujeres también tienen un riesgo mayor si sus parejas empezaron a tener
relaciones sexuales a una edad joven, han tenido muchas parejas sexuales o
estuvieron casados anteriormente a mujeres que tuvieron cáncer del cérvix.
Los científicos no saben exactamente por qué las prácticas sexuales de las
mujeres y de sus parejas afectan el riesgo de desarrollar cáncer cervical. Sin
embargo, la investigación sugiere que algunos virus transmitidos sexualmente
pueden causar que las células del cérvix empiecen las series de cambios que
pueden llevar al cáncer. Las mujeres que han tenido muchas parejas sexuales o
cuyas parejas han tenido muchas parejas sexuales pueden tener un riesgo mayor de
cáncer del cuello uterino al menos en parte porque ellos tienen más probabilidad
de contraer un virus transmitido sexualmente.
Los científicos están estudiando los efectos del virus del papiloma humano
(VPH) transmitido sexualmente. Algunos virus del papiloma humano transmitidos
sexualmente causan verrugas genitales (condilomata acuminata). Además,
los científicos piensan que algunos de estos virus pueden causar el crecimiento
de células anormales en el cérvix y pueden jugar un papel en el desarrollo de
cáncer. Han encontrado que las mujeres que tienen VPH o cuyas parejas tienen VPH
tienen un riesgo mayor que el promedio de desarrollar cáncer cervical.
Sin
embargo, la mayoría de las mujeres que tienen la infección de VPH no desarrollan
cáncer del cuello uterino y el virus no está presente en todas las mujeres que
tienen esta enfermedad. Por estas razones, los científicos piensan que otros
factores actúan junto con los virus del papiloma humano. Por ejemplo, el
herpesvirus genital también puede tener un papel. Se necesita más
investigación para saber el papel exacto de estos virus y cómo actúan junto con
otros factores en el desarrollo de cáncer cervical.
El
fumar también aumenta el riesgo de cáncer del cérvix, aunque no es claro
exactamente cómo o por qué. El riesgo parece que aumenta con el número de
cigarrillos que fuma una mujer cada día y con el número de años que ella ha
fumado.
Las mujeres a cuyas madres se dio el fármaco dietilestilbestrol (DES)
durante el embarazo para prevenir la pérdida del mismo también tienen un riesgo
mayor. (Este fármaco se usó con este fin desde cerca de 1940 a 1970). Un tipo
raro de cáncer vaginal y cervical se ha encontrado en un número pequeño de
mujeres cuyas madres usaron el DES.
Varios informes sugieren que las mujeres cuyo sistema inmune está debilitado
tienen más probabilidad que otras de desarrollar cáncer cervical. Por ejemplo,
las mujeres que tienen el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el cual
causa el SIDA, tienen un riesgo mayor. También, las pacientes de transplantes de
órganos, que reciben fármacos para suprimir el sistema inmune con el fin de
impedir el rechazo del nuevo órgano, tienen más probabilidad que otras de
desarrollar lesiones precancerosas.
Algunos investigadores piensan que hay un riesgo mayor de cáncer del cuello
uterino en las mujeres que usan anticonceptivos orales (la píldora). Sin
embargo, los científicos no han encontrado que la píldora cause directamente el
cáncer del cuello del útero. Esta relación es difícil de probar porque los dos
factores principales de riesgo de cáncer del cérvix: relaciones sexuales a una
edad temprana y múltiples parejas sexuales, pueden ser más comunes entre las
mujeres que usan la píldora que entre las que no lo hacen. Todavía, las
etiquetas de los anticonceptivos orales advierten de este posible riesgo y
aconsejan a las mujeres que los usan que tengan pruebas de Pap cada año.
Alguna investigación ha mostrado que la vitamina A puede tener un papel en
detener o prevenir los cambios cancerosos en las células como las que están en
la superficie del cuello del útero. La investigación ulterior con formas de
vitamina A puede ayudar a los científicos a aprender más acerca de la prevención
del cáncer del cérvix.
Actualmente, la detección temprana y el tratamiento del tejido precanceroso
siguen siendo las formas más efectivas de prevenir el cáncer del cuello uterino.
Las mujeres deben hablar con su médico sobre un programa apropiado de chequeos.
La recomendación del médico se basará en tales factores como la edad de la
mujer, el historial médico y los factores de riesgo.
Abdomen:
la parte del cuerpo que contiene el estómago, los intestinos, el hígado, los
órganos de la reproducción y otros órganos.
Anestesia:
pérdida de la sensación o conciencia. Un anestésico local causa la pérdida de la
sensación en una parte del cuerpo. Un anestésico general hace que se duerma la
persona.
Benigno:
no canceroso; no invade el tejido cercano o se disemina a otras partes del
cuerpo.
Biopsia:
un procedimiento usado para remover células o tejidos con el fin de verlos en el
microscopio para buscar signos de enfermedad. Cuando se remueve todo un tumor o
una lesión, el procedimiento se llama biopsia de excisión. Cuando sólo se quita
una muestra de tejido, el procedimiento se llama biopsia incisional. Cuando una
muestra de tejido o de fluido se remueve con una aguja, el procedimiento se
llama biopsia de aguja o aspiración con aguja fina.
Cáncer:
un término para enfermedades en las que células anormales se dividen sin
control. Las células cancerosas pueden invadir tejidos cercanos y se pueden
diseminar por medio del torrente sanguíneo y del sistema linfático a otras
partes del cuerpo. Cáncer cervical invasor: cáncer que se ha diseminado
desde la superficie del cérvix a tejido más profundo del cérvix o a otras partes
del cuerpo.
Carcinoma de células escamosas:
cáncer que comienza en las células escamosas, las cuales son delgadas, planas,
semejantes a las escamas de pez. Las células escamosas se encuentran en el
tejido que forma la superficie de la piel, la cubierta de los órganos huecos del
cuerpo y los pasajes del tracto respiratorio y del digestivo. También se le
llama carcinoma epidermoide.
Carcinoma in situ:
cáncer que comprende sólo las células en donde comenzó y que no se ha diseminado
a tejidos vecinos.
Catéter:
un tubo flexible que se usa para depositar líquidos dentro del cuerpo o para
extraerlos de él.
Cauterización:
la destrucción de tejido con un instrumento caliente, una corriente eléctrica o
una sustancia cáustica.
Cérvix:
el extremo inferior, estrecho del útero, que forma un canal entre el útero y la
vagina. También se dice cuello uterino o cuello del útero.
Cirugía:
un procedimiento para quitar o reparar una parte del cuerpo o para descubrir si
hay enfermedad presente.
Cistoscopia:
examen de la vejiga usando un instrumento delgado, iluminado, (llamado
cistoscopio) que se inserta en la uretra. Se pueden remover muestras de tejido
para examinarse con un microscopio para determinar si está presente una
enfermedad.
Colposcopia:
examen de la vagina y del cérvix usando un instrumento iluminado de aumento
llamado colposcopio.
Condilomata acuminata:
verrugas genitales causadas por algunos virus del papiloma humano (VPH).
Conización:
cirugía para remover un pedazo de tejido en forma de cono del cérvix y del canal
cervical. La conización puede usarse para diagnosticar o para tratar una
condición cervical. También se dice biopsia de cono.
Criocirugía:
tratamiento llevado a cabo con un instrumento que congela y destruye tejidos
anormales. Este procedimiento es una forma de crioterapia.
Curetaje endocervical:
el raspado de la membrana mucosa del canal cervical usando un instrumento en
forma de cuchara llamado cureta.
Diatermia:
el uso de calor para destruir células anormales. También se dice cauterización o
electrodiatermia.
Dietilestilbestrol:
una hormona sintética que se recetó desde principios de los años cuarentas hasta
1971 para ayudar a las mujeres con complicaciones de embarazo. El
dietilestilbestrol ha sido relacionado con un riesgo mayor de carcinoma de
células claras de la vagina en las hijas de mujeres que lo habían usado. El
dietilestilbestrol puede también aumentar el riesgo de cáncer de seno en las
mujeres que lo usaron.
Dilatación y curetaje:
una operación menor en la que se expande (dilata) el cérvix lo suficiente para
permitir raspar el canal cervical y el revestimiento del útero con un
instrumento en forma de cuchara llamado cureta.
Dilatador:
un instrumento usado para dilatar o estirar una abertura.
Displasia:
células que se ven anormales al microscopio, pero que no son cáncer.
Ecografía:
un estudio en el cual las ondas sonoras (de ultrasonido) se hacen rebotar en los
tejidos, y los ecos se convierten en una imagen.
Efectos secundarios:
problemas que ocurren cuando el tratamiento afecta células sanas. Los efectos
secundarios comunes del tratamiento del cáncer son la fatiga, nauseas, vómitos,
disminución en los recuentos de las células de la sangre, pérdida del pelo y
llagas en la boca.
Endometrio:
la capa de tejido que reviste el útero.
Enema de bario:
un procedimiento en el que un líquido que contiene bario se pone en el recto y
en el colon por el ano. El bario es un compuesto metálico de color blanco plata
que ayuda a mostrar la imagen del tracto gastrointestinal inferior en una
radiografía.
Espéculo:
un instrumento usado para ensanchar una abertura del cuerpo para que sea más
fácil ver hacia dentro.
Estadificación:
llevar a cabo exámenes y pruebas para conocer la extensión del cáncer en el
cuerpo, especialmente si la enfermedad se ha diseminado desde el sitio original
a otras partes del cuerpo.
Estudio clínico:
un estudio de investigación que evalúa la efectividad de intervenciones nuevas
en la gente. Cada estudio está diseñado para evaluar nuevos métodos de
detección, prevención, diagnóstico o tratamiento de una enfermedad.
Factor de riesgo:
cualquier cosa que aumenta la posibilidad de desarrollar una enfermedad.
Ganglio linfático:
una masa redonda de tejido linfático que está rodeada por una cápsula de tejido
conjuntivo. También se conoce como glándula linfática. Los ganglios linfáticos
están esparcidos a lo largo de los vasos linfáticos y contienen muchos
linfocitos, los cuales filtran el líquido linfático (linfa).
Herpesvirus:
un miembro de la familia herpes de los virus.
Histerectomía:
una operación en la que se quita el útero.
Interferón:
un modificador de la respuesta biológica (una sustancia que estimula la
respuesta del cuerpo a la infección y a la enfermedad). Los interferones afectan
la división de las células cancerosas y hacen que el crecimiento del tumor sea
más lento. Hay varios tipos de interferones: el interferón alfa, el interferón
beta y el interferón gama. Estas sustancias son producidas normalmente por el
cuerpo. También se hacen en el laboratorio para usarse en el tratamiento del
cáncer y de otras enfermedades.
Intraepitelial:
dentro de la capa de células que forman la superficie o revestimiento de un
órgano.
Láser:
un instrumento que concentra la luz en un rayo estrecho, intenso, que se usa
para cortar o destruir tejido. Se usa en microcirugía, en terapia fotodinámica y
para una variedad de fines de diagnóstico.
Lesión:
un área de cambio anormal del tejido.
Lesión intraepitelial escamosa
(SIL por sus siglas en inglés): un término general para el crecimiento
anormal de células escamosas en la superficie del cérvix. Los cambios en las
células se describen como de grado leve y de grado grave, dependiendo de cuánto
esté afectado el cérvix y qué tan anormales aparezcan las células.
Lubricantes:
sustancias aceitosas o resbaladizas.
Maligno:
canceroso; un crecimiento con una tendencia a invadir y destruir el tejido
cercano y a diseminarse a otras partes del cuerpo.
Menopausia:
el tiempo de la vida cuando deja de haber períodos menstruales en la mujer al
menos por un año. También se dice “cambio de vida”.
Metástasis:
la diseminación del cáncer de una parte del cuerpo a otra. Los tumores formados
de células que se han diseminado se dicen “tumores secundarios” y contienen
células que son como las del tumor original (primario).
Neoplasia intraepitelial cervical:
un término general para el crecimiento de células anormales en la superficie del
cérvix. Se pueden usar los números del 1 al 3 para describir qué tanto del
cérvix contiene células anormales.
Oncólogos ginecólogos:
médicos que se especializan en tratar cánceres de los órganos reproductores
femeninos.
Oncólogo radioterapeuta:
un médico que se especializa en usar radiación para tratar cáncer.
Ovarios:
el par de glándulas reproductoras femeninas en las cuales se forman los óvulos o
huevos. Los ovarios están ubicados en la pelvis, uno en cada lado del útero.
Patólogo:
un médico que identifica enfermedades mediante el estudio de las células y los
tejidos en el microscopio.
Pielograma intravenoso:
una serie de radiografías de los riñones, los uréteres y la vejiga. Las
radiografías se toman después de haber inyectado un colorante en un vaso
sanguíneo. El colorante se concentra en la orina, lo cual delinea los riñones,
los uréteres y la vejiga en las radiografías.
Pólipo:
un crecimiento que sobresale de una membrana mucosa.
Precanceroso:
un término que se usa para describir una condición que puede hacerse cancerosa o
que hay probabilidad de que se haga cancerosa. También se dice pre-maligna.
Proctosigmoidoscopia:
un examen del recto de la parte inferior del colon usando un tubo delgado,
iluminado, llamado sigmoidoscopio.
Pronóstico:
el resultado posible o el curso de una enfermedad; las posibilidades de
recuperación.
Prueba de Pap:
la recolección de células del cérvix para ser examinadas en el microscopio. Se
usa para detectar cambios que pueden ser cáncer o pueden llevar al cáncer, y
puede mostrar condiciones no cancerosas, tales como infección o inflamación.
También se dice frotis de Papanicolaou.
Prueba de Schiller:
una prueba en la que se aplica yodo al cérvix. El yodo da un color café a las
células sanas; las células anormales no adquieren color, aparecen a menudo como
de color blanco o amarillo.
Quimioterapia:
tratamiento con fármacos anticancerosos.
Quiste:
una bolsa o cápsula llena de líquido.
Radioterapia:
el uso de radiación de alta energía procedente de rayos X, neutrones y otras
fuentes, para matar células cancerosas y reducir tumores. La radiación puede
proceder de una máquina fuera del cuerpo (radioterapia de rayo externo) o de
materiales llamados radioisótopos. Los radioisótopos producen radiación y se
colocan en un tumor o cerca de él o cerca de células cancerosas. Este tipo de
tratamiento por radiación se llama radioterapia interna, radiación de implante o
braquiterapia. La radioterapia sistémica usa una sustancia radioactiva, tal como
el anticuerpo monoclonal radio marcado que circula por todo el cuerpo.
Rayos X:
radiación de alta energía que se usa en dosis bajas para diagnosticar
enfermedades y en dosis altas para tratar el cáncer.
Recto:
los últimos 20 o 25 centímetros del intestino grueso.
Recurrir:
volver a ocurrir. Una recurrencia es el regreso del cáncer, al mismo sitio del
tumor original (primario) o a otro lugar, después de haber desaparecido.
Remisión:
desaparición de los signos y síntomas del cáncer. Cuando sucede esto, se dice
que la enfermedad “está en remisión”. Una remisión puede ser temporal o
permanente.
Resonancia nuclear magnética (RNM):
un procedimiento en el que se usa un magneto conectado a una computadora para
crear imágenes detalladas de áreas internas del cuerpo.
Sistema linfático:
los tejidos y órganos que producen, almacenan y llevan las células blancas de la
sangre que combaten las infecciones y otras enfermedades. Este sistema incluye
la médula ósea, el bazo, el timo y los ganglios linfáticos, y una red de tubos
delgados que llevan la linfa y las células blancas de la sangre. Estos tubos se
ramifican, como los vasos sanguíneos, dentro de todos los tejidos del cuerpo.
Sistema reproductor:
en la mujer, los órganos que están incluidos directamente en la producción de
los óvulos, en la concepción y el embarazo.
Sistémico:
que afecta a todo el cuerpo.
Tejido:
un grupo o capa de células que juntas llevan a cabo funciones específicas.
Terapia biológica:
tratamiento para estimular o restaurar la capacidad del sistema inmune para
combatir la infección y la enfermedad. También se usa para mitigar los efectos
secundarios causados por algunos tratamientos contra el cáncer. También se dice
inmunoterapia o terapia modificadora de la respuesta biológica (BRM por sus
siglas en inglés).
Terapia local:
tratamiento que afecta las células en el tumor y en el área cercana a él.
Tomografía computadorizada:
una serie de imágenes detalladas de las áreas interiores del cuerpo; las
imágenes son creadas por una computadora conectada a una máquina de rayos X.
También se le llama tomografía axial computadorizada (TAC).
Trompas de Falopio:
parte del tracto reproductor femenino. Los tubos largos, delgados, por los que
pasan los óvulos desde los ovarios al útero.
Tumor:
una masa anormal de tejido que resulta de una división excesiva de células. Los
tumores no desempeñan una función útil en el cuerpo. Ellos pueden ser benignos
(no cancerosos) o malignos (cancerosos).
Útero:
el órgano pequeño, hueco, en forma de pera en la pelvis de la mujer. Este es el
órgano en donde se desarrolla el feto.
Vagina:
el canal muscular que se extiende desde el útero al exterior del cuerpo. También
se dice canal del parto.
Vejiga:
el órgano que almacena la orina.
Verruga:
un crecimiento elevado en la superficie de la piel u otro órgano.
Virus del papiloma humano (VPH):
un virus que causa crecimiento (verruga) anormal de tejido y está relacionado a
menudo con algunos tipos de cáncer.
Fuente:
Instituto Nacional del Cáncer (USA)