El
nombre correcto para tu hijo
Primer
Nombre, Segundo Nombre
La antigua sabiduría nos indicaba
que los nombres tienen una gran importancia para definir nuestro
carácter, personalidad, aptitudes y hasta detalles de nuestra
vida en lo profesional, desde que tipo de profesión preferiremos
hasta que tan exitosos seremos en ella.
Por eso se debe tener mucho cuidado
cuando se elige un nombre. Y además hay que tener en cuenta
que el orden de los nombres también tiene importantes efectos.
Primer Nombre: Este es el más
importante de los dos nombres ya que, por lo general, es aquel que
mas utilizamos. Muy poca gente (y en la mayor parte de los casos,
aquellos que tienen un primer nombre muy común como Juan
o María) utiliza en forma cotidiana el segundo nombre. Por
esto es que se le debe dedicar mucho tiempo y pensamiento a la elección
de este primer nombre con el que no solo tendremos que cargar toda
nuestra vida, sino que tendremos que utilizarlo. Y mucho.
Fijémonos, inclusive, como un
ejemplo de lo poco que se suele cuidar este aspecto del nombre cuando
tenemos un hijo, en el hecho de que muchísimas (no hay números
exactos, pero es una gran parte) de las personas desearían
cambiarse el nombre o, al menos, no están totalmente conformes
con el que tienen.
Probablemente las mayores influencias
actuales en la selección de nombres provienen de la televisión,
de las películas de moda, de novelas y de los grandes héroes
del deporte. El que un nombre le sirva a una persona o que nos parezca
que, por emulación y fanatismo, es el nombre perfecto para
nuestro hijo no quiere decir que realmente sea un nombre que lo
vaya a acompañar correctamente durante todo el tiempo que
dure su vida.
Por otro lado, todos sabemos que los programas de televisión,
las películas y hasta los deportistas pasan y desaparecen
con el tiempo, por decirlo de alguna manera. Y una vez que estas
modas que han creado pasan, uno suele encontrarse con que el nombre
que se ha escogido suena muy raro, no es un nombre común
o que solo trae reminiscencias de una moda que ya paso y que no
amenaza con volver.
Imaginémonos el efecto en nuestro
hijo cuando las modas pasan y se encuentra con un nombre que lo
único que genera, en los demás, son risas y más
risas.
El primer nombre es el más importante. Dediquémosle
todo el tiempo necesario para hacer una buena elección.
Segundo Nombre: Por otro lado, el segundo
nombre también es importante. No debería ser simplemente
un acompañamiento para el primero, sino más bien una
opción de cambio, una posibilidad de mejorar en el caso de
que el primer nombre nos sea realmente insoportable.
O sea, lo que queremos decir es que
si nuestro primer nombre nos resulta muy molesto y decidimos que
no podemos usarlo, el segundo nombre debe ser lo suficientemente
bueno como para que podamos utilizarlo en vez del primero.
Y, en otro aspecto, también hay que tener en cuenta el sonido
que tiene el segundo nombre cuando se lo dice a continuación
del primero, cuando se dice uno detrás del otro en rápida
sucesión. El sonido de ambos nombres juntos debe ser agradable
para el oído y fácil de pronunciar. Sumemos luego
el apellido y todo debe dar como resultado una unidad de sonido
placentera.
Los males
de un mal nombre
La realidad, probada mediante estudios
científicos, indica que un mal nombre puede afectarnos muy
negativamente. No es el mismo poder que tal vez tienen otras cosas,
pero socialmente los efectos que tienen sobre los otros seres humanos
son más poderosos que el de cualquier bomba atómica
o los de cualquier rayo láser.
Desde hace muchos años que se estudian los efectos de los
nombres sobre las personas y se llego a interesantes conclusiones,
entre ellas unas que indican que un mal nombre colabora en forma
activa en la creación de una personalidad retraída,
que un nombre poco común es una forma de potenciar las posibilidades
de que una persona termine siendo un ser humano con problemas de
ajuste con sus pares, con falta de comunicación y que no
vive en una relación sana con el resto de aquellos que componen
la sociedad; mientras que los nombres más de moda y, principalmente,
aquellos con mayor poder de impresión sobre la mente de los
demás, puede ayudar muchísimo a una persona tanto
a mejorar la forma en que se relaciona con los demás como
a conseguir mejores oportunidades laborales y a tener mas triunfos
en general.
Los nombres que tienden a quedarse en
la mente de quien los escucha son, si es así por causas positivas,
una gran ventaja a la hora de ser seleccionados para algo. Y, el
caso contrario, genera menos chances de ser tomados seriamente.
Un mal nombre puede generar problemas de falta de auto-estima, debilidad
o timidez extrema. Y esto eventualmente se siente en todas las áreas
de la vida.
Cambiando
el nombre
Se ha hecho popular en los últimos
tiempos el cambiarse el nombre. Hace algunos años esto era
algo casi imposible de pensar, pero últimamente hay cada
vez mas personas que, a una edad más o menos avanzada, deciden
cambiar su nombre por otro que les resulte mas positivo en su vida.
Lo que principalmente se busca con esto es cambiar el curso de la
suerte y desviarlo en nuestra dirección.
La única contra grande que se le puede encontrar a esta practica
es que no es tan fácil como para una serpiente cambiar su
piel, sino que conlleva muchísimos ajustes a una nueva “identidad”.
Y que, si no sabemos lo que estamos haciendo, el cambio puede hasta
ser para peor.
La inicial
La inicial de nuestro nombre es una
de las partes más importantes del mismo. La correcta elección
de la letra con el que este comienza es el primer gran paso que
se da para que el nombre con el que terminamos sea positivo en nuestra
vida.
La inicial del primer nombre indica
nuestras características como seres humanos. Esto debe ser
tenido en cuenta, tanto como que el nombre sea numerológicamente
correcto. Tener un nombre que solo es correcto en este segundo aspecto
no es suficiente.
En realidad, los dos aspectos deben estar en un correcto equilibrio.
La inicial de nuestro nombre tiene en cuenta tanto la numerología
como el signo del Zodiaco. La intersección de estos tres
factores nos debe dar como resultado la inicial a utilizar.
Esto indica que es posible que nuestro
nombre no sea del todo correcto en el aspecto numerológico,
pero tener la inicial correcta pero si tener la inicial adecuada
astrológicamente. Así que lo que buscamos es tener
un equilibrio entre todos los factores.
Finalmente, es bueno saber que, si hemos hecho la elección
de forma deliberada y sin ninguna base, no nos sentiremos cómodos
con nuestro nuevo nombre y seguramente terminaremos volviendo a
nuestro nombre viejo.
La armonía
de las iniciales
Cada letra corresponde a un plano distinto.
Veremos una lista de a cual corresponde cada uno.
Plano Mental: A, J, S, H, Q, Z.
Plano Emocional: B, K, T, C, L, U, F, O, X.
Plano Intuitivo: G, P, Y, I. R.
Correlación entre las sílabas
iniciales de nuestro nombre y el signo del Zodiaco
Finalmente, veremos una pequeña
lista de la correlación entre la sílaba con que comienza
el nombre y los signo del Zodiaco. A esto hay que agregar el factor
numerología, para lograr el equilibrio del que hablábamos.
Sílabas de comienzo del nombre
Signo
chu , che , cho , la , li , lu , le , lo: Aries
ee, uu,ae, o , va , vi , vu , ve , vo: Tauro
ka , ki , ha , ku , gha , rh, ch , ke , ko: Géminis
hu , he , ho , da , di , du , de , do: Cáncer
ma , me , mu , me , tta , tti , ttu , tte: Leo
to , pa , pi , pu , sh , rhn, tha, pe , po: Virgo
ra , ri , ru , re , ro , ta , ti , tu , te: Libra
na , ni , nu , ne , no, ya , yi , yu: Escorpio
ye , yo , bh , bhi , bhu , bhe ,dha , pha , rha: Sagitario
bho , ja, ji , ju , je, jo , khi, khu, khe,kho,ga, gi: Capricornio
gu, ge , go , saa , si , su , se , so , da: Acuario
di , du , tha , jha , eeyan , de , do , cha , chi: Piscis
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