Ventajas y desventajas de ir al gimnasio

¿Gimnasio sí o gimnasio no? Esa es la gran pregunta a la hora de decidirse a comenzar una rutina para adelgazar



Si necesitas perder peso, seguramente habrás pensado en el gimnasio como una
alternativa. Sin embargo, también te habrás preguntado si esto te ayudará en
serio a bajar de peso.

A decir verdad, no existen dos personas iguales en todo
el mundo, y en consecuencia todo se resume a saber lo que funciona para ti.
Existen muchas razones para anotarse en el gimnasio, y también existen algunas
para no hacerlo.

Por qué ir al gimnasio


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Motivación


Todos acuden al gimnasio por una razón: para
ejercitar. Rodearse de personas que
comparten el mismo objetivo puede motivarte en tu empresa de bajar de peso y
ayudarte a hacer las rutinas con entusiasmo. Si ir al gimnasio te ayudará a
entrenar en forma regular, entonces sin dudas deber ir.


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Sin las distracciones del hogar


Siempre hay algo que hacer o siempre hay alguien que te necesita en casa. Estas
distracciones pueden fácilmente tener prioridad en tu mente sobre el ejercicio.

Cuando haces la mayor parte del ejercicio físico en el gimnasio, los platos, la
cena, las llamadas telefónicas, la ropa sucia, y todo lo demás quedan en espera.


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Acceso a equipamiento adecuada y clases de
fitness


No necesitas mucho equipamiento para hacer una buena rutina de ejercicios. No
obstante, usar siempre los mismos videos y correr todos los días en la antigua
cinta puede atentar contra tu motivación.

Cuando eliges ejercitar en el
gimnasio, accedes a toneladas de equipamiento y a una gran cantidad de clases de
fitness, de modo que es será difícil que te aburras.

Por qué no ir al gimnasio



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Puedes quedar atrapado en un contrato


Muchas personas se anotan en el gimnasio y usan sus membresías en forma
religiosa. Otros comienzan presos de un fanatismo casi irracional que después
comienza a desvanecerse.

Si eres uno de los que pierden entusiasmo con facilidad
y firmas un contrato por 12 meses, debes saber que podrías verte obligado a
pagar un año completo de una membresía que no usas. Básicamente sería una
pérdida de dinero.


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Los aranceles son continuos


La mayoría de las membresías de los gimnasios son cobradas bajo la modalidad de
débito automático. Si pierdes tu empleo o ingresas en un período de dificultades
económicas, no tendrás forma de evitar el cobro de los aranceles hasta que tu
contrato haya expirado.

Si tus finanzas están en serio arruinadas, el dinero que
el gimnasio saque de tu cuenta puede generar cargos por descubierto y otras
inconveniencias.


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Superpoblación


Los gimnasios tienen por objetivo hacer dinero (perdón por la obviedad).
Mientras más miembros tengan, mayor será el dinero que hagan.

En consecuencia,
no será extraño que encuentres las instalaciones frecuentemente atestadas de
personas, sobre todo durante las horas pico. Si odias los lugares muy
concurridos o te sientes incómodo ejercitando con gente al lado, entonces la
atmósfera de un gimnasio puede no ser la adecuada.


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Equipamiento sucio


Cuerpos sudorosos y las manos sucias… no es un secreto que el equipamiento de
los gimnasios y los vestuarios están llenos de gérmenes.

En este sentido, es
virtualmente imposible mantenerse a salvo de estos aparatos o instalaciones
contaminados, por lo que podrías volverte más vulnerable a las enfermedades e
infecciones. Si tienes fobia a los gérmenes o reniegas del lavado de manos, tal
vez deberías pensar en ejercitar en casa.

Combate las desventajas


Claro que no somos de los que se bajan sin dar pelea. Si bien no es necesario ir
a un gimnasio para perder peso, algunas personas pueden prosperar en esta clase
de ámbitos.

Si no estás seguro que un gimnasio sea adecuado para ti, acércate a
un establecimiento cercano y solicita un período gratuito de prueba. Esto te
dará la posibilidad de usar las instalaciones durante algún tiempo y decidir si
es realmente lo que quieres hacer.


Si sientes que un gimnasio es lo que necesitas para ejercitar y perder peso,
negocia con el fitness club algún pequeño descuento.

Algunos gimnasios retirarán
los aranceles de registro u ofrecerán descuentos en los precios de la membresía
de hasta el 30 por ciento, aunque desde luego, deberás preguntar por ellos.


Si te indigestas ante la idea de dejarte atrapar en un contrato, solicita una
membresía mensual. La mayoría de los gimnasios no publicitan esta clase de
membresías, aunque todos suelen tenerlas. Con esta membresía, pagarás en forma
mensual, mientras asistas al gimnasio, y dejarás de hacerlo cuando te canses.

Por Isabel Ríos –
Autora del programa "Comer para perder",
que apunta a perder 4,5 kg. en 14 días apelando a los alimentos "quema-grasas"