Según
muchos viajeros, Larios, propiedad de Gloria Estefan; Blue Door, de Madonna; el divertido News Cafe o el siempre concurrido Mezzanote, son algunos de
los lugares mas recomendables para quienes viajen a esa ciudad.
Cerca, el Café Piazzola (Washington Ave y la calle cuarta), le brindará una
alternativa también sensata con su atención personalizada y precios acordes.
Para
no dejar de visitar, los clásicos y accesibles: Rascal’s, en North Miami
Beach, un restaurante con los clásicos de la cocina judía que no tiene nada
que envidiarle a los mejores deli de Nueva York.
Y
para los amantes de los peces y los mariscos (sobre todo langostinos y cangrejo)
la cadena Red Lobster, con locales en varias zonas de Miami y Fort Lauderdale,
para comer hasta hartarse a precios difíciles de igualar.
Dos
consejos prácticos:
La
propina
(tip) es casi una obligación. Si no la deja por propia iniciativa le
pondrán muy mala cara, o se la reclamaran sin más vueltas. Un 10% del monto
total de la adición es suficiente, aunque muchos dejan el 15%. Recuerde revisar
primero la cuenta para no pagarla dos veces, pues en muchos lugares la incluyen
directamente.
No
olvide una palabra mágica llamada “refill”, sobre todo si va con niños. Al
contrario que en muchos países latinoamericanos, los restaurantes de los
Estados Unidos no hacen grandes ganancias con las bebidas sino que las usan como
promoción.
Las gaseosas (no las bebidas alcohólicas) las cobran una sola vez y
se puede tomar lo que uno quiera. Cuando el vaso esté vacío, dígale
“refill” al mozo y en la mayoría de los casos se lo volverá a llenar las
veces que quiera sin cobrarle.