Lisboa es una ciudad llena de edificios
con azulejos y pastelerías. En Portugal, los azulejos son una expresión
artística, y forman parte de su patrimonio nacional.
Desde el Siglo XVI estas piezas están
presentes en todos los ámbitos.
Las pastelerías, son otra de las
características de la ciudad. Se encuentran en todas las cuadras, y lo más
típico es el “Pastel de Belem”.
El lugar más recomendado para probarlo
es “La pastelería Belem.”, donde fue creado.
Lisboa, si bien es la capital
portuguesa, no es una ciudad muy grande, pero su historia y su belleza hacen que
valga la pena pasarse unos días.