1. La tierra de los niños, Fiji
Los padres que buscan descanso y rejuvenecimiento no podrían hacer nada mejor
que ir a Fiji, ese magnífico archipiélago verde que flota alegremente en el
Pacífico Sur.
Aquí los complejos turísticos de ultra-lujo atienden a toda la
familia. En el “Fiji Islands Resort”, por ejemplo, una dedicada niñera se
encarga de los niños a su llegada, y garantizará que sus pequeños se
entretengan.
Entonces, usted queda liberado para recargar sus baterías
descansando en la playa y probando diversos tratamientos de spa.
Los fijianos
son increíblemente amables con los niños, por lo que puede estar seguro de que
sus hijitos serán mimados durante su estadía exactamente igual (o incluso más)
que por sus propios padres.
2. Acampando, camping, viaje de costa a costa por EE.UU.
La emoción de la ruta espera a las
familias aventureras en los EE.UU.
Alquile
un coche en Nueva York (elija un descapotable si realmente quiere vivir la
experiencia a pleno) y luego encare lentamente hacia el oeste, tomando las rutas
y caminos pueblerinos de EE.UU. en su camino hasta la adorable San Francisco.
Lo que realmente hace especial este viaje es dormir en carpa durante algunas noches
(los parques nacionales de Estados Unidos son su atractivo más importante).
Hay pocas cosas mejores al final de un día en la ruta que todos colaborando para
armar las carpas en medio de los árboles, y compartir la cena alrededor del
fogón.
Planifique su viaje utilizando la página web del servicio de Parques
Nacionales de EE.UU. : www.nps.gov
3. Tome el camino
de Escocia
Hay muchas más cosas en Escocia que ganado, whisky y montañas brumosas, y una
estancia veraniega ofrece placeres para toda la familia.
Comience en el Lago
Ness: puede parecerle un mito, pero pocos realmente pueden rechazar una visita
al monstruo.
Luego vaya a las Hébridas para un paseo en ferry entre focas y
delfines, y un montón de playas desiertas para remar.
Luego, diríjase al sur,
hacia Edimburgo, para visitar su famoso festival “Fringe”: en el que el teatro
está dirigido a todas las edades, mientras que los artistas callejeros en la
frenética Royal Mile alegrarán a sus hijos con sus malabares, bromas, trucos y
bailes.
4. Paseando por la tierra de Oz
Alquile una casa rodante
y embárquese en una aventura por Australia en el
borde del mundo.
Los pequeños naturalistas disfrutarán leyendo sobre todas las
especies venenosas que están al acecho escondidas detrás de las rocas, y la
diversión que genera el aire fresco, las fogatas y las rutas encantarán a toda
la pandilla.
Maneje hasta Uluru (Ayers Rock) para vivir la experiencia del
desierto por excelencia, dando un pequeño paseo por las aulas de la escuela
local para ver cómo reciben educación los niños nativos; o vaya en busca de
canguros mientras recorre las rutas lentamente.
5. Viaje a bordo de un camello, El Cairo, Egipto
Una visita a El Cairo, "la madre del mundo”, demuestra que esta ciudad es tan
ruidosa que puede ahogar incluso a los niños más ruidosos y generar un silencio
asombrado en los viajeros de adolescentes más reticentes.
Comience con un paseo
por el Museo Egipcio, donde usted se maravillará con los tesoros del emperador
(a los más pequeños les encantará la sala de las momias) y luego pasee por los
zocos, que ofrece de todo tipo de productos, desde una amplia variedad de
aperitivos callejeros hasta vendedores de carros.
Luego, vaya a Giza para
recorrer los pasillos claustrofóbicos de las pirámides, o probar una de las
principales delicias del Cairo, un viaje por el desierto viendo la puesta del
sol desde las dunas a bordo del transporte clásico, incómodo y desagradable del
desierto.