Historia
Los primeros ocupantes de la isla, los indígenas arauacos, llegaron hace varios siglos, el rastro de su paso lo encontramos en sitios arqueológicos como Hope Estate, donde numerosos artefactos han sido descubiertos y se conservan actualmente en el museo Marigot.
Descubierta el 11 de noviembre de 1493 por Cristóbal Colón, durante su segundo viaje, Saint Martin debe el nombre al día de su santo.
Este descubrimiento no cambió nada para la isla, la que a pesar de su nuevo nombre, no pareció interesar a nadie hasta 1626, cuando un grupo de holandeses y franceses vino a establecerse. Los holandeses se apoderaron de la parte sur de la isla, con las salinas que se convertirían en Philipsburg; los franceses ocuparon la parte norte, donde se dedicaron a la agricultura.
Cuando el gobierno holandés y el francés deciden ocupar la isla, se ponen de acuerdo para ratificar oficialmente la situación de común acuerdo y de cooperación que el pueblo supo instaurar:
El tratado de 1648 se firmó entre las dos naciones y así nació el territorio más pequeño del mundo compartido por dos naciones, este tratado reconoce a la vez, la doble nacionalidad de la isla y su unidad: Saint Martinno nunca ha tenido fronteras físicas y se hace libre intercambio de bienes y personas, situación que aún se mantiene.
Conservando una identidad propia, los dos lados de la isla conservan el espíritu del tratado de 1648, razón por la que aún hoy en día Saint Martin es un puerto libre que logró convertirse en uno de los mejores sitios turísticos de las Antillas.
Geografía
Situada a 6 grados al sur del trópico de Cáncer, a 63 grados oeste y 18 grados norte, la isla de Saint Martinqueda al extremo nordeste del arco Antillas.
En la unión entre las Antillas menores y mayores, la isla está en contacto a la vez con el océano Atlántico y con el mar Caribe.
De norte a sur, una cadena de colinas termina en el Pic Paradis, 424 m, formando la columna vertebral de San Martín.
La costa, muy accidentada, ofrece más de treinta playas, desde la más pequeña (La Playa "des Amoureux") hasta la más grande (Long Beach) y dos puertos, Philipsburg y Marigot.
Las ensenadas accesibles en barco de recreo son numerosas y a menudo bien equipadas, como Oyster en el este o la ensenada Mareel al norte.
La costa Atlántica “del lado del viento” está sometida a la acción de las olas de altamar y a los vientos alisios que soplan regular y casi constantemente todo el año, para satisfacción de quienes conducen veleros o planchas a vela.
La vegetación de ese lado de la isla es más seca y heterogénea. La costa Caribe está al abrigo del viento y las olas son menos potentes en tiempo normal, las playas son más numerosas y la vegetacon más exuberante.
Clima
Debido a su situación geográfica subtropical, Saint Martin goza de un clima agradable con diferencias de temperatura inapreciables entre las dos estaciones principales: el invierno con una temperatura promedio de 24°C y el verano con 28°C mientras que la temperatura del agua varía entre 25°C y 29°c.
Saint Martin es primordialmente una isla seca en la que aunque llueve seguido, en algunos años no cae ni una gota de lluvia durante meses.
Según la estación las lluvias son diferentes: muy cortas, localizadas y frecuentes en invierno; generalmente más largas, abundantes y menos frecuentes en verano.
Los sitios más irrigados por cierto son las colinas del centro de la isla, puesto que las nubes bajas atraviesan las cimas. Aun ocurre que durante la visita a Pic Paradis, uno se halle como" en las nubes"
Cualquiera que sea la estación, todas las playas son bien venteadas y nunca se siente demasiado calor, esto hace olvidar que se está por debajo del trópico y que el sol es más ardiente aquí que bajo otras latitudes.
Aceites o lociones solares son indispensables para quienes quieran tener una estadía de ensueño.
La fauna y la flora
La fauna y la flora de Saint Martin son típicas de esa región y de su clima, las diferentes lagunas están rodeadas de manglares cuyas raíces aéreas se entrelazan formando el nido de varias especies de animales marinos y terrestres.
Los cangrejos terrestres de todas las edades vienen allí para alimentarse, y hasta el momento, junto con las aves zancudas, constituyen el peor enemigo de esta joven población.
Si las raíces sirven de albergue a creaturas marinas y a anfibios, los ramajes albergan el nido de numerosas aves zancudas, copetes, garzas, golondrinas, etc y sirven a veces de etapa a los pelícanos.
Sobre la costa este y en el flanco de las colinas áridas, numerosas especies de cactáceas han elegido su morada en terrenos pedregosos. Entre los más corrientes, estan el Candelabro, el "tete a I”anglais" y el Yuca.
A veces, al acercarse a un candelabro de varias ramas, en medio se halla el nido de un ave familiar, "el azucarero", pajarito amarillo y negro que viene a la hora del desayuno a robar algunos granos de azúcar o a sumergir su cabeza en el frasco de la mermelada.
Al borde de numerosas playas, los almendros y las uvas de mar son árboles alterados que extienden sus ramificaciones lejos, son un excelente albergue de sombra para cuando el sol está muy fuerte.
El árbol simbólico del trópico, el Ceibo, es común en muchos jardines, y se encuentra aquí en dos colores, rojo-anaranjado y amarillo.
Muchos jardines se ornamentan con Buganvillas multicolores y con Majaguas, los preferidos por los colibríes. En varios sitios del campo, por aquí y por allá, se encuentran matorrales de algodón o de Ricino silvestre, últimos vestigios de épocas en las que constituían un recurso económico, igualmente en el flanco de la colina, el espesor del bosque impide a veces el reconocimiento de árboles de mango, aguacate o de pan, todos descendientes de árboles plantados por el hombre en plantaciones hoy abandonadas, donde la naturaleza recuperó sus derechos.
Los caminos campestres permiten a veces percibir un huésped muy veloz y difícil de identificar: la Mangosta, que importada de la India para eliminar las ratas, se aclimató muy bien y subsiste en diversos sitios.
Estos comedores de serpientes parecen soportar bien la ausencia de este tipo de reptil en la isla y se tienen que contentar con las diferentes especies de lagartijas, las cuales no faltan en ningún sector de la isla.
Otra clase de reptil, espectacular cuando uno tiene la suerte de verlo (muy rara vez), es la iguana, de color verde limón cuando es joven y más oscuro tirando a marrón en la edad adulta.
Precaución especial
Si acaso se encuentran durante su paseo con un árbol cuyas hojas se parecen a las de un manzano y las frutas a pequeñas manzanas, no se acerquen.
Ese árbol venenoso, que afortunadamente no es frecuente encontrar en la isla, puede causar quemaduras graves por simple contacto o si el agua chorrea de sus hojas, es el manceliniar.
Población
Para ser una isla tan pequeña, Saint Martin ofrece una diversidad de población probablemente única en el mundo.
Efectivamente, más de setenta nacionalidades diferentes, venidas de todos los continentes, han sido censadas.
Luego de haber sido ocupada por los Arauacos durante muchos siglos, Saint Martin duró abandonada durante algún tiempo, hasta la llegada e instalación de los primeros colonos holandeses y franceses.
Hacia finales del siglo XVII, un gobernador francés, con el fin de aumentar la población, decide abrir la parte francesa a la colonización, ofreciendo tierras a las familias que desearan venir a instalarse.
Esta solución permitió aumentar y sobre todo estabilizar la población gracias a la llegada de numerosas familias inglesas provenientes de las islas circundantes, cada una con algunos esclavos de origen africano.
Esta nueva población se convirtió rápidamente en mayoritaria e impuso su idioma en toda la isla, razón por la que Saint Martin es hoy de habla inglesa.
Siguiente:
Saint Martin,
playas y buena comida
¿Tienes miedo a subir a un avión? ¿Quieres saber cómo superar el miedo a volar? Inscríbete ahora en nuestro curso gratis Basta de Miedo a Volar, y ¡súbete al avión!