Sergipe y el Nordeste de Brasil: una región tentadora

Si desea un destino donde haya un mar azul cristalino, playas de arena casi blanca y un sol pleno que dore la piel, ese lugar es el nordeste del Brasil...

Pero pocos conocen Sergipe, un lugar cercano a Bahía de bajo perfil que parece ser una isla virgen, sin más compañía que el agua y un señor/a que se dedica a entregar manjares servidos en bandejas bien decoradas.

La isla donde se encuentra Sergipe, se llama Da Sogra (de la suegra) y queda en la desembocadura del río Real, por donde nadan delfines que se escaparon de las aguas saladas.

Según la leyenda este lugar tiene esa denominación por a medida que pasa el día el agua tapa el islote de arena color crema por las crecidas que comienzan después de las dos o tres de la tarde, y que un pescador dejó allí a su suegra a quién nunca volvió a buscar.

La capital es Aracajú y desde allí parten pequeñas lanchas, llamadas escunas, hacia la isla. Este pequeño lugar fue el que inspiró al escritor Jorge Amado para escribir Tieta do Agreste, una gran novela que fue llevada al cine.

Las posadas suelen dar a la pequeña playa. Siempre es bueno seguir el recorrido arriba de un buggy que recorre las enormes dunas a velocidades increíbles, cruza la zona para ver el mar abierto, entrega sorpresas visuales y luego regresa al barco para volver a Aracajú.

En realidad Sergipe es el lugar ideal para aquellos que busquen algo salvaje, poco contaminado, con comodidades aceptables, pero donde el lujo está totalmente ausente. Las playas son anchas, el mar es cálido y todo el marco es de una naturaleza agreste.

Aracajú, la capital de Sergipe, es una ciudad relativamente nueva. Antes la capital esa Sao Cristovao a 25 kilómetros  de Aracajú. Esta ciudad tiene una arquitectura colonial barroca, calles empedradas, museos, balcones pintorescos y un espectacular paisaje  donde las serranías se confunden con los atardeceres.

La antigua capital es la cuarta ciudad más antigua de Brasil y una de las únicas donde el Gobierno local promueve cada 15 días, las Noches de Serenata. Desde todos lados llegan personas  a la plaza central, flanqueada por tres iglesias, para escuchar y bailar una música inolvidable. Y se hace durante todo el años ya que la temperatura promedio es de 27 grados.

Otro punto recomendable para visitar es el mercado de artesanías, pájaros y comida de Aracajú. Abre a las 5 de la mañana.

Además en Sergipe se puede disfrutar de la vida nocturna. Sobre la costanera es posible visitar restaurantes con vista al mar y bailar la danza típica del forró y tomarse unas buenas caipirinhas.

Xingó

Este lugar es un bello cañón natural repleto de agua gracias a la construcción de una represa o por Pirambú.

Esta última zona es muy bella y muy agreste pero con una infraestructura precaria todavía. Pirambú tiene kilómetros de playas agrestes y solitarias, con olas respetables, y con pescadores que salen al amanecer a cazar a sus presas y con pequeños chiringos frente al mar, donde comer es siempre un placer.

El Mercado de Artesanías de Sao Cristovao

Aquí se puede disfrutar de la compra de muy buena artesanía y disfrutar de una exquisita comida.

La comida más tradicional es la moqueca, hecha a base de leche de coco con arroz, pescado y harina de mandioca.

Otros manjares son la carne al sol, significa que es carne expuesta al sol para su cocción acompañada por puré, vinagreta y harina de mandioca con manteca.

Otro dato importante es que en la zona de Sergipe es donde se cría y se exporta la mayor cantidad de cangrejos de Brasil.

De entrada lo común es tomar un caldo de pescado que tiene un lejano sabor a ajenjo con cierto picor luego de que pasa por la garganta. Otro manjar es el pescado del día grillado, en cuya panza suelen acopiar una salsa con harina de mandioca, camarones, tomates y finas hierbas.

Las comidas suelen ser acompañadas por la bebida nacional que es la cerveza, además de la caipirinha.  También es muy buena la casi inagotable variedad de jugos.

Pero además de comidas y bebidas el lugar es reconocido por sus artesanías en telas y bolillos. Es imperdible la ropa hecha a mano de hilo y especialmente los manteles bordados por increíbles manos.