1. Pasajeros problemáticos
Un vuelo lleno es como una caja de bombones: nunca se sabe qué tipo de pasajero
se sentará a su lado. El tipo con una tos espantosa y un olor a transpiración
terrible.
La abuela con vejiga del pájaro que se sienta junto a usted en el
asiento de la ventana. El excesivamente charlatán. El que se estira demasiado en
el asiento.
2. El comensal ingrato
Comer la comida típica de su ciudad de destino es parte de la experiencia
cultural de viajar, ¿no? Al parecer, para algunos turistas, esto no así, porque
van directamente a todos los Burger King y McDonalds que encuentran, aunque
estén a 10 cuadras de la Torre Eiffel.
3. Los que no dan propinas
Dar propinas en América (excepto en Brasil) es como no cruzar con el semáforo en
rojo. La
gente lo entiende y da por descontado. Así que hay que decir algo sobre los turistas internacionales
que pretenden desconocer el protocolo de las propinas.
4. El híper-regateador
En algunos países, el regateo es un ritual común que es casi una forma de arte.
Todo el mundo lo hace.
Y luego están aquellos que se exceden un poco, negociando
con una fiereza enloquecida que no parece muy compatible con alguien que quiere
un par de zuecos auténticos tallados a mano.
5. Los viajeros aburridos
Nunca está de más enfatizar la importancia de elegir con prudencia a sus
compañeros de viaje, sobre todo si al final termina viajando con un viajero
aburrido.
Estas personas nunca quieren ver nada. Pasar todo el día en la pileta
del hotel les parece un gran plan.
Y cuando finalmente consigue convencerlo de
ir a ese restaurante nuevo, se muestra completamente indiferente, lo que hace
que usted sienta aún más ganas de darle un puñetazo.
6. El viajero novato que de repente sabe TODO
El novato sabelotodo ha investigado exhaustivamente sobre su viaje y conoce el
destino como la palma de su mano.
Está ansioso por contarle todo sobre la
historia de Angkor Wat y que van a encontrar cuando lleguen al Vaticano. El
único problema: por lo general, estas personas suelen estar totalmente
equivocadas.
7. Los arrastradores de niños
En sus muchos viajes, usted probablemente haya visto niños durmiendo sentados en
restaurantes a las 10 PM de un día martes.
O niños quejosos que no aprecian una
pintura de Van Gogh. O niños pequeños sentados en sus cochecitos durante un
concierto por la tarde-noche en una plaza.
Nos gustaría pensar que deberían
estar en la cama, pero, en última instancia, no somos sus padres. Al parecer,
tampoco lo son los adultos egoístas que los arrastran por todas partes.
8. Las parejas excesivamente amigables
¿Existe tal cosa como ser extrañamente amigable?
En los viajes, sí. En concreto,
las pareja excesivamente amigables son aquellas parejas alegres que invaden el
espacio personal de los demás, con muchas ganas de saber sobre su historia de
vida, y esperando que usted les pregunte a ellos.
Su hábitat natural incluye
cruceros, bares y la mesa del desayuno de cualquier hotel.