Los viajes y el embarazo
Reduce el estrés
Realmente la mejor forma de reducir el estrés es quedarse en casa durante las partes más avanzadas del embarazo, pero si tienes que viajar, seguro que reducirás la ansiedad y el estrés si planeas con antelación los detalles del viaje (donde alojarse, qué transporte tomar, compra de billetes, reservas, etc.).
Si vas a un destino determinado que pueden requerir vacunas, consulta antes con tu médico ya que algunas vacunas están contraindicadas para las embarazadas.
Tampoco está mal llevar los números de teléfonos de los familiares y amigos de tanto el lugar de destino como el de origen para poder contactarlos en caso de emergencia. Incluya el de su médico.
Si viajas en algún medio de transporte que no sea tu propio coche (no es aconsejable conducir durante el embarazo), ten en cuenta que tendrás que usar un aeropuerto, una estación de autobús, o una estación de tren con todo el estrés que eso puede suponer; por lo tanto es aconsejable que llegues con bastante tiempo de antelación para evitar tensiones y estrés.
Viaja con poco peso, lo ideal es que lleves sólo lo que puedas transportar por ti misma (una sola maleta). Si eso no es posible, lleva una maleta mediana con ruedas que puedas llevar en forma de carro, o consigue un carrito tan pronto como llegues al aeropuerto.
Otra cosa
muy importante, llévate contigo tu mejor humor. Con el embarazo las hormonas
pueden provocar cambios de humor que pueden hacerte reír o llorar.
Además de todo esto, deberás tener paciencia para aguantar esperas, colas e
incluso retrasos. Mientras esperas cambia de actividad de vez en cuando: escucha
música, lee un poco, date un pequeño paseo si puedes, etc.
Todo esto es importante para maximizar tu energía y para que no te desinfles
antes incluso de comenzar el viaje.
Descansa
Una vez en tu destino, tómatelo todo con calma y baja el ritmo de actividades. Incluso aunque tu ritmo normal de viaje sea el de visitar museos, cenar fuera, ir al teatro, visitar a amigos, etc.
Si estás
en viaje de negocios, es posible que la agenda no te permita tomarte las cosas
tan relajadamente, pero no intentes abarcar todo lo que solías abarcar cuando no
estabas embarazada.
Intenta crear pequeños huecos en el día para dedicarte tiempo a ti misma: toma
un baño, duerme un poco, lee en la playa. Es importante que saques momentos de
tranquilidad para sentirte descansada y por lo tanto tener más energía durante
el día.
Come sano
Los
ataques de hambre probablemente te resultarán familiares ahora que estás
embarazada, y debes tener cuidado de no saltarte comidas porque provocarán que
te sientas más cansada e incluso mareada.
Antes de tomar ese avión, autobús o tren, llévate en tu equipaje de mano snacks
(barras de cereales, frutos secos, etc.) y fruta suficiente para esos ataques de
hambre.
Y no te
olvides de llevar agua y de beberla, aunque no tengas mucha sed. El agua es muy
importante para evitar la deshidratación.
Si viajas en avión el agua o cualquier otro líquido como zumos o infusiones te
ayudará a prevenir pies y tobillos hinchados, problemas de los que ahora eres
especialmente susceptible durante el embarazo.
Intenta comer alimentos equilibrados dentro de horarios razonables. Las comidas equilibradas son importantes tanto para ti como para el crecimiento de tu bebé.
Si
mientras estás de viaje no puedes comer dosis razonables de fruta y verduras así
como proteínas en tus desayunos, almuerzos o cenas.
Pregúntale a tu médico antes de salir cómo puedes suplir esta carencia. Quizá te
aconseje tomar suplementos de vitaminas y minerales.
Náuseas y mareos
Si tienes
problemas con algunas comidas y olores (esa sensación que te pone el estómago
revuelto o sientes náuseas), intenta comer cinco o seis veces al día.
Te sentirás mejor si comes pequeñas cantidades de comida ligera a lo largo del
día que si tomas tres grandes comidas al día. La comida ligera en poca cantidad
y más frecuente ayuda a reducir el malestar.
Quizá también te ayude chupar algo de menta para reducir la sensación de náusea.
Ir al baño
Es muy
probable que hayas descubierto que tienes que ir al baño más a menudo que
cualquier otro ser mortal.
Los servicios de los aeropuertos suele haber mucho ajetreo de gente que entra y
sale y algunos pueden estar incluso sucios. Por ello, si encuentras un lavabo
limpio y cómodo, aprovecha la oportunidad y úsalo.
Intenta anticipar un poco la necesidad de ir al baño y procura ir en momentos
concretos tales como los baños de una estación de servicio en la autopista antes
de llegar al aeropuerto.
Si viajas en tren o autobús, intenta coger siempre un sitio de pasillo para poder ir así al baño todas la veces que necesites sin tener que molestar a los pasajeros.
Pies hinchados
Si estás
sentada durante mucho tiempo, es posible que sientas que tus pies y tobillos se
duerman, se hinchen, o incluso te duelan.
Si conduces, es importante que hagas paradas cada 90 minutos para caminar y
estirar las piernas. Si vas en tren, autobús o avión y tienes un asiento libre a
tu lado, no dudes en colocar las piernas en alto.
Puedes quitarte los zapatos durante el viaje, seguro que es un gran alivio, pero ten en cuenta que los pies se te pueden hinchar durante el viaje y luego puedes sentir los zapatos demasiado estrechos.
Para mantener una buena circulación da paseos a lo largo del pasillo de vez en cuando. Esto hará que te sientas mejor además de estirar los músculos del cuerpo.
Si no puedes levantarte, levanta las piernas para estirarlas y mueve los tobillos en círculos. Flexiona los pies hacia arriba y hacia abajo para estirar las pantorrillas.
El sistema
circulatorio se resiente durante el embarazo y aumenta la posibilidad de
trombosis o venas varicosas. Volar durante el embarazo sólo hace aumentar este
riesgo.
Si tienes varices, procura llevar medias adecuadas cuando vueles. Esto hará que
tu circulación se mantenga activa.
Elige actividades seguras
Puede que
el esquí acuático, el snowboard o el surf sean tus deportes favoritos, pero si
estás embarazada tendrás que esperar un poco para retomarlos.
Por el momento debes evitar cualquier actividad que entrañe riesgo. El
submarinismo u otros deportes acuáticos “presurizados” pueden formar burbujas de
aire en tu riego sanguíneo cuando sales a la superficie.
Estas burbujas son muy peligrosas tanto para ti como para el crecimiento de tu
bebé.
Los toboganes de los parques acuáticos también deben salir de tu lista ya que una caída demasiado estrepitosa o los movimientos de aceleración y desaceleración no son buenos para el bebé.
Algunos estudios muestran que aumentar la temperatura corporal durante los primeros meses de embarazo puede provocar problemas en el feto por lo que deberías evitar saunas y jacuzzis.