También al sur pero a 74 km de la ciudad, se encuentra Dunas de Marapé un
complejo turístico relativamente nuevo que pertenece al pueblo de Jequiá da
Praia. Sus playas son semi vírgenes, y se mezclan con las aguas de los ríos
Poxim e Jequiá.
Aquí habitan unos monos muy amistosos y una tornasoladas y enormes iguanas. El
paisaje subacuático es onírico, si se está suspendido sobre las formaciones
rocosas, los arrecifes, en segundos el panorama se llena de peces de todos los
tamaños y colores.
Se dice que allí está la segunda barra de arrecifes de coral más importante del
mundo después de la Coral Reef de Australia.
El último pueblo de Alagoas, es Maragogi a 125 km al norte de Maceió, al límite
con Pernambuco. Este municipio tiene 22 km de litoral y varias playas con sus
propias características.
La primera, viniendo de Maceió, es Sao Bento, pasando el puente sobre el río
Salado, que separa Maragogi de Japaratinga. Esta se trata de una aldea de
pescadores cuya tranquilidad es su principal característica.
Mas adelante se encuentra Camacho, en la faz del río Maragogi. La playa del
pueblo de Maragogi, urbana, con su rambla repleta de bares, restaurantes y
negocios de artesanías. La próxima es Bugalhau, que empieza pasando el Rio dos
Paus, donde hay un gran mangueral.
Detrás de Barra Grande se esconde un histórico poblado que atesora leyendas de
la época de la guerra contra el invasor holandés.
Las playas de Antunes y Dourado son especiales para el descanso.
La penúltima, Ponta de Mangue, es de aguas calmas y arrecifes de coral.
Finalmente, se llega a Peroba, de aguas turquesas y claras, al límite con
Pernambuco.
En todas estas playas se pueden degustar de platos típicos como la peixada
portuguesa, moqueca de lagosta e camarao, arroz de camarao, filé a Parmeggiana,
lula acebolada, o una suculenta macarronada de frutos do mar.
Antes: Maceió: guía
al Paraíso
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