Podía ver al fondo el Arco del
Triunfo. Estaba tan embelesada que lo camine todo (en total caminé como 4 veces
los Campos Elíseos en esta visita a París).
Como era sábado había mucho
movimiento, los restaurantes y las tiendas de ropa estaban llenos y había mucha
gente disfrutando del lugar.
Hice una breve parada en el
Arco del Triunfo y salvé las pocas cuadras hasta llegar a la Torre. Llegue por
Trocadero y es la mejor vista de la Torre en todo París según mi punto de vista.
Me enteré que los sábados en
la tarde es gratis la subida a la torre así que aproveché. La vista de París es
magnifica al no existir competencia en altitud.
Después de allí y muy cansada
me dirigí al hostal. Allí conocí a unas mexicanas y nos fuimos en la noche al
clásico recorrido por el Sena. Había investigado los precios y en el Pont Neuf
se puede tomar el recorrido más económico desde allí.
Hacía mucho frío, pero fue
fantástico ver Paris de noche y todos los edificios iluminados haciendo gala del
título de la ciudad de las luces. La Torre Eiffel se lleva el puesto número uno
en iluminación por supuesto.
Tomamos el último viaje de la
noche y luego nos fuimos a los Campos Elíseos a tomarnos unas copas. Al día
siguiente era domingo, no cualquier domingo, sino el primero del mes. En el
hostal me comentaron que el primer domingo del mes es gratis la entrada a todos
los museos de Paris.
No tenia elección. Era el día
del Museo de Louvre. Pase todo el día recorriendo sus salas hasta donde pude. Es
la visita mas larga que he realizado a un museo, 8 horas continuas de 9 de la
mañana a 5 de la tarde.
Al salir estaba saturada de
arte y muy embelesada. Me encantó sobre todo la sala egipcia ya que es una
cultura que admiro mucho. Pude ver momias, sarcófagos, esfinges, estatuas de
diosas como Sekmet y bueno, de todo.
Quede hechizada con la
victoria alada o Victoria de Samotracia, el código de Hammurabi y todas esas
pinturas y esculturas que estudié en el colegio estaban allí.
Al salir me dirigí a la Place
de la Bastille, todavía pensando en encontrar la antigua prisión, pero en su
lugar hay un monumento con un ángel en la cima. En los alrededores está la Opera
de la Bastilla y la casa museo de Víctor Hugo. Hay varios cafés muy animados y
pequeños bares.
Conocí luego a otro grupo de
jóvenes y nos fuimos a ver la Torre de noche, subimos el Arco del Triunfo y
pasamos el resto de la noche en los puentes sobre el río Sena, tomando vino.
Al tercer día visité la
Oficina de Turismo en el número 26 de los Campos Elíseos y obtuve información en
mi idioma. De la Torre Eiffel caminé por el campo de Marte hasta la Escuela
Militar.
Pasé a la tumba de Napoleón en
el Hotel des Invalides y luego a los jardines de Luxemburgo que es un deleite a
la vista por los colores de las flores. Cerca del Louvre esta el antiguo Hotel
De Ville.
El que visita Paris no puede
pasar por alto el Centro Pompidou, que mezcla lo moderno y lo vanguardista de
forma impresionante; la calle Sebastopol donde hay ferias con venta de comidas,
artesanías internacionales y espectáculos.
Chatelet-Les Halle donde cerca
de la iglesia hay una escultura de una enorme cabeza de mujer tallada en piedra,
además, debajo esta el centro comercial bajo tierra mas grande del mundo (me
costó como media hora hallar la salida).
Al día siguiente fuimos a
Montmartre, sitio obligado, recorrer sus calles es una experiencia
extraordinaria. Tomamos el autobús número 95 desde el museo.
Visitamos el Moulin Rouge, por
fuera por supuesto, ya que ver el show cuesta 150 euros con media botella de
champaña. Pero en la entrada tienen videos del espectáculo.
Subimos por las empinadas
escalinatas que hay por todo el barrio y llegamos a la Iglesia del Sacre Coeur.
La vista de París desde aquí es alucinante y uno no puede uno dejar de verla.
Esta iglesia también es muy
espiritual. Al salir la rodeamos y quedamos en una calle con cafés y pequeñas
tiendas de recuerdos. Pasamos por el cementerio y en total estuvimos allí varias
horas recorriendo este barrio.
Luego hicimos una parada en la
Opera de Paris un edificio clásico y de decoración elegantísima. Me hizo pensar
en la época de los carruajes y vestidos largos con crinolina.
Visité la Madeleine, un
antiguo templo romano convertido en iglesia católica y hay que ver las columnas
y como fue aprovechado todo el espacio. Cerca esta un antiguo y reconocido
restaurante, Le Máxim.
Hay tanto que ver en París que
debes aprovechar los días al máximo. No puedes dejar de tomar café o vino en los
incontables cafés al aire libre y sucumbir a la elegante y deliciosa comida
francesa (por lo general no entendía los menús pero era todo muy rico).
Comer un crepe por las calles
y en fin dejar que París entre en tus sentidos. Me queda mucho por ver y
disfrutar en París y en sus alrededores, como Versalles por ejemplo.
Pero la verdad que para mí
fueron 4 días alucinantes en París.
Enviado por Luzynna. ¡Muchas
gracias!
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