Este gran paseo, atraviesa el corazón del centro barcelonés. Se inicia en la
Plaza de Cataluña y finaliza en el puerto antiguo donde se halla la famosa
estatua de Cristóbal Colón. Es el sitio donde se vive una de las mejores
experiencias urbanas.
Es un recorrido excitante por la gran oferta de actividades y atracciones que se
despliega a cada paso. La calle está adaptada únicamente para el tránsito
peatonal y se caracteriza por ser una zona muy ruidosa, tanto de día como de
noche, en cualquier época del año.
En los laterales de la calle se ubican los quioscos de flores, periódicos, hay
también vendedores de aves, estatuas vivientes que se disfrazan de diferentes
personajes o personalidades y varias propuestas de alojamientos, hoteles y
hostales.
Los visitantes que deciden hospedarse a lo largo de la rambla se encuentran con
el desafío de optar por tener un acceso directo a la ciudad o estar más
alejados, lejos del ruido perturbador.
La permanente actividad artística de los recitales, representaciones callejeras
y artistas de todo tipo que recorren la zona con su música e instrumentos,
generan un tránsito constante y permanente de turistas.
Mediante su recorrido es posible advertir y disfrutar la
oferta de restaurantes
que hay a lo largo de la calle.
Las propuestas no son económicas, pero valen la
inversión ya que un almuerzo o cena al aire libre resulta ser una postal
pintoresca y que servirá sin dudas de recuerdo.
Las tapas, (porciones de comidas diferentes), están elaboradas a base de
embutidos, quesos, vegetales y frutos de mar.
Otras de las especialidades son
los tomates disecados, que a diferencia de las opciones más comunes, aquí tienen
la particularidad de estar secados al sol, de manera natural, sin que su sabor
se vea alterado.
Las
cebollas caramelizadas con azúcar rubia es plato típico. También se puede
degustar una gran variedad de ensaladas combinadas con carne de foie y patatas
bravas. La sidra y la sangría son las dos bebidas que tienen gran aceptación.
Combinan muy bien con los pimientos, el bacalao, las carnes marinadas y adobadas
con especias y atún.
El amplio abanico gastronómico se completa con croquetas
que pueden ser de bacalao, chipirones, queso de cabra, pates de pato o de
ternera sin pasar por alto los frutos de mar como los caracoles o los populares calcots.
|