Si los integrantes del paseo serán muchos, una vez se tenga decidido el destino,
hay que establecer si habrá un líder que se encargará de organizar al grupo.
Las
decisiones es mejor que se tomen en conjunto, pero es conveniente que haya
alguien que pueda destacar en el grupo que sea responsable y serio y se encargue
especialmente de que se cumplan las reglas impuestas.
Siempre existirán
discusiones y situaciones que generen controversia, lo importante es poder
negociar y llegar a un acuerdo que beneficie a todos los integrantes.
Los problemas que aporta la convivencia tienen relación con el orden de la
vivienda, el dinero y las responsabilidades.
Es importante establecer antes de
comenzar el viaje si las compras serán individuales o colectivas.
Si son
grupales habrá que llevar un estricto control para que el reparto sea equitativo
(comida, excursiones, etc) y es importante que se establezca de antemano cuánto
dinero se tendrá que llevar.
Es conveniente que todos los amigos llevan la misma
suma de dinero para evitar peleas posteriores.
En cuanto a las labores del
hogar, hay que determinar quien se encargará de qué actividad: cocinar, limpiar
y ordenar.
Cada integrante se puede encargar de una tarea fija o hacer que las
labores sean rotativas, pero es fundamental que se hable de esto antes de
embarcarse en la aventura de la convivencia con extraños ya que aunque sean los
mejores amigos, no se sabe cómo es cada uno en la intimidad.
Las imposiciones no tienen por qué existir. Si varios amigos quieren ir a un
sitio y otros no, no hay por qué discutir.
Cada quien es libre de ir adonde
desee. Irse juntos no significa que no se pueda mantener un día de soledad o
privacidad.
El respeto es fundamental para que el viaje sea fructífero. Hay
quienes están acostumbrados a levantarse temprano y otros muy tarde.
Cada uno
tiene que sentir la libertad de hacer lo que quiera y reunirse con el resto del
grupo a la hora que lo desee sin tener que sentirse obligado a seguir al
conjunto porque así lo marca el resto.
Si el programa total de actividades pensadas no tiene atractivo alguno, lo mejor
es replantearse si éste es el momento adecuado para acompañar en la salida. No
hay peor cosa que aburrirse y estar de mal humor constantemente.
Meditar acerca
de esta posibilidad y si el aburrimiento aparece con el solo hecho de pensar las
actividades que esperan, lo mejor es dar un paso al costado antes de que sea
demasiado tarde.
El saber ceder es importante. Si nunca antes se ha viajado con amigos, será
complejo negociar lo que no termina de gustar.
Sin embargo, hay que hacer un
esfuerzo y demostrar flexibilidad para que en otro momento se pueda exigir lo
mismo de un compañero.
Recomendaciones para unas buenas vacaciones con amigos
Conocer los hábitos, costumbres y sobre todo el carácter de los amigos es
fundamental para analizar compatibilidades.
Los problemas siempre existirán,
pero al menos se sabrá de antemano a qué atenerse si se quiere continuar con la
idea de irse de viaje con los amigos.
Cuanto más previsiones se tomen, mejores
resultados habrá a la hora de la convivencia.
El respeto por el otro es un factor clave. Irse en grupo no significa que todos
deban hacer lo mismo e ir juntos a todos los sitios.
Cada quien es libre de
tomar su propio camino y reunirse con los amigos cuando se desee. Si se puede
comprender esta idea, será mucho más fácil que las vacaciones se desarrollen en
armonía y con felicidad.
Si es la primera vez que se saldrá de viaje con los amigos, es conveniente irse
por pocos días para ver qué tal resulta la experiencia.
Una vez se tenga en
claro lo que ha pasado de bueno y malo, se podrá pensar más adelante en un viaje
más largo.
Antes de emprender el viaje, una buena idea es pasar juntos un día o unas horas
para ver qué grado de compenetración existe.
Muchas veces, los viajes están
compuestos por amigos y también conocidos, por lo cual es importante poder
conocerse antes de comenzar unas vacaciones todos juntos.