Uno de
los factores que más influyen a la hora de decidir dónde irse de vacaciones es
si se tienen niños o no. “El tener unos día al año para compartir entre todos
los miembros de la familia es muy útil y hace muy bien para conocerse, relajarse
y compartir un período distinto todos juntos, pero también hay que saber que de
vez en cuando es muy saludable irse unos días en pareja.
Esta actitud no implica
dejar abandonados a los pequeños sino dejarlos al cuidado de alguien de
confianza unos días ya que el vínculo amoroso también hay que afianzarlo y
potenciarlo”, sostiene la psicóloga uruguaya Pilar Carmona.
Beneficios de irse unos días solamente con la pareja:
·
Estrechar la relación de pareja que suele debilitarse debido a las obligaciones
y la rutina.
·
También es ventajoso para los niños que logran despegarse de los padres unos
días y ganan en autonomía.
·
Cambiar de aire, regresar con mejor humor y encargarse de los hijos con otra
energía mucho más positiva y renovada.
·
Disponer de tiempo para que la pareja realice actividades que no lleva a cabo
desde que eran solteros como por ejemplo ir al cine, al teatro, realizar algún
deporte o simplemente relajarse sin tener que estar pendiente de los niños, de
la comida y demás tareas cotidianas.
·
Recuperar aunque sea por unos días el romanticismo perdido y disfrutar del sexo
sin preocupaciones ni interrupciones
·
Poder tener el tiempo necesario para aclarar conflictos que hayan quedado
pendientes por no estar nunca solos
·
Aumentar el nivel de comunicación
Según un
estudio realizado a más de 400 padres por la empresa norteamericana Kelton
Research, reveló que el 47 por ciento de los encuestados querría irse de
vacaciones sin los niños, pero que la culpa los detiene. En caso de animarse a
tomarse unos días de descanso, cuatro de cada diez comprobarían al menos una vez
al día cómo están sus hijos.
Hay que
saber encontrar el equilibrio. “Despejarse un fin de semana en pareja no
pondrá en riesgo la psiquis de los niños y en la mayoría de los casos, los
adultos se sorprenderían de lo bien que son capaces de pasarla los niños sin sus
padres. Ellos también necesitan ver otra gente, relajarse, aprender de nuevas
personas y disfrutar de la compañía de otros familiares o amigos que se encargan
de ellos”, reflexiona la psicóloga Carmona.
Esta
separación temporal ayuda a que ambas partes se valoren y asuman la importancia
que tiene uno en la vida del otro.