Ropa de época, pasado y actualidad
Cuando jovencitas,
pasábamos horas en negocios que vendían ropa de segunda mano, revisando con
avidez largos percheros abarrotados de prendas,. donde se mezclaban la ropa de
dos o tres temporadas atrás, con la de 20 o 30 años atrás.
Vestidos de piqué, y de tejidos
sintéticos, drapeados de seda y de hilo, carteras, boinas y sombreros y gran
profusión de bijou, pasaban sin mucho trámite a revistar en nuestro
guardarropas. Y, ocasionalmente, nos topábamos con, por ejemplo, un Yves Saint
Laurent autentico.
Sin saberlo, habíamos
adquirido una nada desdeñable pericia, combinando estos hallazgos de diseño
elegante con prendas actuales, que usábamos para ir donde fuera.
La ropa que llamamos de època (o Vintage, por el nombre que se conoce en inglés), es la que
pertenece a las distintas décadas del siglo pasado. Nos referimos al período
que va desde los años 20 a fines de los 70.
La ropa posterior a esta última década, o , mucho más cerca, la de dos o tres
temporadas atrás, es ropa de segunda
mano.
La ropa antigua, en cambio, es toda confección anterior a los años 20,
generalmente ropa que algunas familias han conservado de generación en
generación y que un buen día aparece en exhibición en alguna vidriera o salón,
gracias a los buenos oficios de un anticuario.
Pero volvamos a la ropa
de época, ella sí tiene un atractivo irresistible, y es que no hay chance de
que otra persona pueda comprar la misma prenda, lo que en los hechos, significa
que es exclusiva . Además, muchas de estas prendas se consiguen en buen estado
de conservación.
Algunas figuras famosas
suelen mostrarse enfundadas en modelos de los 50, 60 y 70, no sólo por el
prestigio de que goza el estilo retro, sino para evitar su peor pesadilla, la
de encontrarse en el mismo lugar con alguien vestida exactamente igual.
En cuanto a nosotras
consumidoras, sentimos una gran estima por la buena confección, porque bien
sabemos lo que se siente cuando nuestro vestido nuevo se descose después del
primer lavado , mientras aquellas prendas , de excelente hechura y calidad, lo
resistían todo, desde las rudas sesiones de lavado dentro de los lavarropas
antiguos, hasta el paso del tiempo.
Otro buen motivo es el
costo relativamente accesible.
Para los amantes de la
moda, el diseño y lo exclusivo, que conocen una infinidad sobre el asunto, una
prenda de firma de unas cuantas temporadas atrás, costará bastante menos que
una actual, del mismo diseñador o de otro .
La
moda es una expresión social, y por lo
tanto. un reflejo de la época en que fue creada.
En lo que va de los 20 a
los 50, la vida social era intensa. Los clubes, confiterías, salones de baile y
teatros, reunían a la sociedad de entonces. No se escuchaban celulares en medio
de un cocktail, ni las fluctuaciones de la bolsa hacían saltar a nadie de su
silla. Entonces había tiempo para casi todo.
Del 20 al 50
A pesar de los estilos
que diferenciaron la moda de esas tres décadas entre sí (20/50), las
convenciones sobre la vestimenta se mantuvieron firmemente pautadas. A nadie se
le hubiera ocurrido llevar puesto de mañana o de noche, el mismo vestido que
habría usado para reunirse a tomar el té con sus amigas.
De noche, para asistir a
una gala en el teatro o a una reunión en el club, las reglas de la
etiqueta eran estrictamente observadas.
Los inolvidables 60 y después
Pero los sesenta irrumpen con gran
fuerza, en respuesta, entre otras cosas, a las rígidas tendencias de los años
anteriores, imponiendo un estilo vital y radicalmente distinto, con colores,
telas y diseños antes inimaginables, y cuya influencia se extendería por el
mundo entero.
La ropa de esta época y la de los setenta, (que también aportaron lo suyo), es
la que ofrecen los negocios especializados en la actualidad.
¿Y qué ha pasado desde
entonces? Mucho, sin duda, y vaya si las cosas han cambiado.
Hoy podemos aparecernos
en jeans en cualquier lugar y a cualquier hora del día y nadie nos señalara con
el dedo.
La moda es bastante más
que algo que sólo concierne a mujeres y hombres preocupados por su apariencia,
sería entretenido investigar un poco sobre épocas, estilos y diseñadores, e
inclusive ir más lejos en la historia.
Si estamos en la búsqueda
de prendas no convencionales, además de
averiguar en dónde se vende esta clase de ropa, no olvidemos curiosear a
conciencia en el placard y en los baúles.
Quizás,
la sorpresa esté en casa.